Toda la vida con alergia a las gramíneas, y ahora: cómo me afecta si no salgo a la calle
La primavera es la peor época para los alérgicos, aunque tomando una serie de precauciones pueden seguir haciendo su vida normal
Las gramíneas son el tipo de polen que más afecta a la población española, según la SEIAC
La primavera ha llegado. El frío del invierno y las lluvias empiezan a remitir. Se ha producido el cambio de horario, lo que significa que disfrutamos de más horas de sol. Nos entran más ganas de realizar planes, las temperaturas son más suaves, ya no necesitas tanto abrigo y comienza la mejor época para el terraceo. Pero por mucho que nos encante la primavera, hay un sector de la población para el que es la estación más temida: los alérgicos. El buen tiempo da paso al florecimiento del campo, y con ello, a la aparición de las gramíneas, uno de los pólenes más frecuentes y que más afecta a los españoles. Por suerte (o desgracia para la mayoría), el confinamiento actual por el coronavirus hará que los síntomas en los alérgicos disminuyan al no pisar la calle con frecuencia.
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) recoge que solo en España hay más de ocho millones de personas alérgicas al polen, de los cuales casi la totalidad de ellos son alérgicos a las gramíneas, y en menor medida a otro tipo de plantas. Cada año se puede hacer una estimación de la cantidad de gramíneas en el aire durante la primavera gracias a los datos recogidos en invierno y otoño sobre las lluvias, temperatura y humedad. Por lo que dependiendo de estas circunstancias, se puede valorar cuando empieza el crecimiento de vegetales y, por tanto, la polinización.
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Desde la SEAIC avisan: en la última década los alérgicos al polen se han duplicado, entre los que destacan los datos de las gramíneas, pasando de un 35% hasta elevarse a un 74%. La entidad valora que una de las causas principales para esta subida tan exagerada se deba al efecto que tiene tanto la contaminación como el cambio climático en el polen.
Gramíneas, ¿qué son?
Las gramíneas se extienden por absolutamente todo el mundo y, aunque por el nombre puede que no sepas reconocerlas, son aquellas plantas en forma de espiga que pueden nacer de forma salvaje o en forma de cultivo. Esto se debe a que gran parte de los cereales nacen de este tipo de plantas, como el trigo, el maíz, la avena, el arroz o la cebada. Muchos alimentos esenciales en la dieta de las personas, aunque su planta pueda causar bastantes problemas a mucha gente.
Estos cultivos producen una gran cantidad de polen y es precisamente en los núcleos urbanos más cercanos a las plantaciones donde más puede afectar a la población, a pesar de que con el viento el polen puede recorrer varios kilómetros. Como ya comentamos, todo depende de la meteorología del otoño y el invierno, pero normalmente la mayor concentración de gramíneas en el aire se encuentra entre abril y junio. Aún así, en ocasiones puede adelantarse a febrero o marzo e incluso extenderse hasta agosto.
Sus síntomas son los propios de una alergia y dependiendo de cada persona le afectará de una forma más suave o más grave. Rinitis, asma, picor en el paladar, en la nariz o enrojecimiento de los ojos son solo algunos de los síntomas que los alérgicos a las gramíneas pueden sufrir. Diagnosticar si la alergia es producida por las gramíneas o no es bastante sencillo, simplemente con las típicas pruebas cutáneas en las que se detecta, dependiendo de la reacción, a qué se tiene alergia y la gravedad de esta.
Y un dato muy importante que no se debería pasar por alto por las dudas que puedan ocasionar. Ser alérgico a las gramíneas no significa que directamente se sea alérgico a los cereales que la producen. Puede ocurrir, pero no es lo común.
¿Cómo protegerse?
Si eres de esos alérgicos que no tienen síntomas más allá de algún que otro estornudo o un poco de picor en la nariz estás de suerte, pues muchos otros, cuando salen a la calle se llevan su propio kit de supervivencia, porque nunca se sabe cuándo puedes tener un episodio alérgico en medio de la primavera.
Desde la SEAIC, para la prevención y el control de la alergia, recomiendan el tratamiento que el especialista haya prescrito al paciente para momentos en los que se detectan los síntomas. También insisten en el uso de las vacunas antialérgicas, dado que desde la entidad consideran que es el único tratamiento que puede modificar la evolución natural de la patología.
Aún así, destacan otras medidas de prevención como el uso de mascarillas homologadas para evitar el contacto con el polen por medio de la respiración, así como filtros en los coches o llevar las ventanillas cerradas. Por supuesto, evitar el contacto con plantas que produzcan gramíneas, y para el interior del hogar recomiendan, si es posible, purificadores de aire que limpien el ambiente de posibles sustancias perjudiciales para la salud.
Ahora que estoy en casa… ¿me afecta igual?
Una de las grandes preocupaciones actualmente entre los alérgicos es si se encuentran entre los grupos de riesgo ante el coronavirus. Desde la SEAIC tranquilizan a todo el sector, pues a través de un comunicado han afirmado que los alérgicos no presentan un mayor riesgo ante el virus, ya que su sistema inmunitario funciona igual que el de un no alérgico, aunque si se es asmático sí que se debe tener más precaución.
Además, no salir de casa es una buena noticia para los alérgicos al polen, más aún en esta época en la que su nivel en el aire es muy alto. Por ello, se reduce bastante la exposición a las gramíneas u otros tipos de polen, aunque esto no te libra de poder presentar algún síntoma, como picor en el paladar. Aún así, evita ventilar la casa en las horas puntuales del día, entre las 12:00 y las 17:00, puesto que es el momento en el que más polen se concentra en la atmósfera, y si quieres utiliza un purificador de aire que mantenga limpio el ambiente de tu hogar.
Si eres de esos alérgicos para los que la primavera es una verdadera pesadilla, no cabe duda que salir a la calle no te haga nada de gracia y, en parte, el confinamiento te está salvando. Aún así, siguiendo las pautas de tu especialista, manteniendo la higiene, en especial de tus manos, y alejándote de ambientes en los que el polen se pueda concentrar más, puedes seguir saliendo a la calle sin problema. Eso sí, siempre con tu tratamiento y unos pañuelos a mano. ¡Que las gramíneas no te estropeen la primavera!