Llevamos ya meses escuchando el tema de las "burbujas" y, con la llegada de la Navidad, más aún. Este año, sin embargo, de las burbujas que se hablan no son de las de Freixenet, sino de las que tenemos que crear para pasar unas Navidades seguras con los nuestros. Posiblemente nunca en la vida nos habíamos encontrado con esta situación, así que en Uppers te damos unos consejos para llevarlo a cabo de manera exitosa y, de paso, avisarte de los puntos débiles donde podrías fallar.
Pongamos un ejemplo práctico: en la cena de Nochebuena os reunís 10 personas, pero cada una de ellas ha estado, en los diez días previos, con otras tres personas cada día tomando unas cañas, yendo al cine, saliendo de paseo y haciendo vida social. Si lo multiplicas, al final sale que ha habido contacto con unas 300 personas, por lo que el riesgo de haber sido contagiado por coronavirus aumenta.
La idea de crear una burbuja social es, precisamente, limitar esos contactos al mínimo, de tal manera que esas personas que os reunís en la cena hayáis seguido las mismas normas desde un tiempo antes y podáis tener algo más de seguridad en la velada.
En un artículo para Bussiness Insider donde preguntaban a expertos sobre lo mejor para hacer este tipo de burbujas, la primera recomendación era mantenerla pequeña. En España, con las restricciones actuales para Navidad, el número máximo de participantes puede ser de hasta diez, niños incluidos. Sin embargo, en condiciones no-navideñas, el límite se está situando en seis personas.
No te va a quedar otra. El riesgo cero no existe, pero sí se puede minimizar si todos los miembros del grupo burbuja mantenéis las mismas normas en cuanto a distancia social con otras personas de fuera, eventos a los que ir, lugares por donde moverse... Tener esta hoja de ruta clara desde del principio puede evitar problemas de desconfianza posteriores.
Si queréis llegar con seguridad a la cena de Nochebuena, a partir del día 10 deberíais reducir todos al máximo vuestros contactos sociales respectivos. Si puedes quedarte en casa esas dos semanas sería lo ideal, pero si te es imposible intenta dejar tu agenda social en lo mínimo posible y, sobre todo, sé extremadamente cauto durante esas semanas con las medidas de seguridad anti-covid.
Otro de los consejos a la hora de la reunión con los miembros de la burbuja social es mantener las ventanas abiertas en la medida que se pueda, sobre todo ahora que las bajas temperaturas no animan a ello. A través de un simulador del MIT se puede ver el tiempo que es seguro permanecer en una estancia en función de varios parámetros como las personas que haya en el interior, los metros cuadrados, la altura del techo o si se lleva mascarilla y el volumen con el que se está hablando.
A la hora de reunirse, aunque los miembros del grupo burbuja hayáis cumplido con todas las autorestricciones que os impusisteis, no hay que bajar la guardia y por eso lo recomendable es seguir manteniendo la costumbre de llevar mascarilla mientras no se esté comiendo o bebiendo, así como la distancia social. Ya sabes: evitar los abrazos y los besos durante esta Navidad.
Como este sistema de las burbujas sociales no es infalible y puede haber fisuras en el plan, lo más recomendado es que, a la hora de juntarse no se incluyan a las personas vulnerables como mayores de 60 años, personas con diabetes o inmunodeprimidos. El espíritu de la Navidad es todo lo contrario, pero puede merecer la pena saltárselo un año para poder seguir disfrutándolo en años venideros.
Del mismo modo que se decía anteriormente que los miembros de la burbuja social deberían tener el mínimo contacto posible con otras personas durante los 14 días anteriores a la exposición, los estudiantes, profesores, o personal esencial van a poder cumplir con esta medida de una manera muy limitada por la propia idiosincrasia de su perfil. Por eso es mejor que queden fuera del grupo burbuja por mucho que nos pese.
Por último, otro de los errores que podemos cometer es el de mezclar miembros de varias burbujas sociales para formar una sola. En el caso de que no haya habido casos en ninguna de las dos, la probabilidad de contagio en la nueva que se forma es muy pequeño, pero no inexistente. Por eso los expertos recomiendan que, en la medida de lo posible, no se mezclen.