Llegas a casa, abres una botella de vino y te sirves una copa. Costumbre y placer mezclado a partes iguales. ¿Eres de blanco o de tinto? ¿Solo o acompañado? Sea cual sea tu caso, no entiendes la vida sin vino, sin su intensidad, sin los tonos de cuba, afrutados o secos, que mejoran tu día según baja el nivel del vaso. Los españoles lo sabemos. Nuestro país es líder mundial en ventas de vino, está dentro de los cinco que más producen y ocupa el séptimo lugar en consumo por habitante, según los datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino.
Nuestra tradición vitivinícola es innegable. De hecho, los viñedos ocupan más de 960.758 hectáreas de terreno y el caldo entra en el 70% de nuestros hogares. Se bebe a diario, en celebraciones, se cocina con él, se brinda, forma parte de nuestra cultura, nuestra tierra y nuestra historia. Durante años los médicos han afirmado que una copa de vino tinto al día es beneficiosa para la salud pero, ¿sigue en pie esta creencia? La Organización Mundial de la Salud parte de la premisa que cuanto menos alcohol, mejor, y especifica que "no existe un consumo mínimo que permita beber alcohol sin ningún riesgo". Sin embargo estas afirmaciones no están libres de polémica.
La Sociedad de Cardiología Española considera que el vino en dosis moderadas protege las arterias coronarias de padecer un infarto de miocardio o una angina de pecho. Además añaden que "unos 35 gramos de alcohol diarios, dos vasos de vino, es una cifra que encontramos perfectamente tolerable y no hay evidencia de que tenga ningún efecto nocivo para la salud". En esta línea se encuentra también Manuel Alejandre Serrano, médico de familia en Madrid que asegura que "una copa de vino con las comidas – importante, solo una -, no es mala para la salud, forma parte de la dieta mediterránea y además protege el estómago y se asimila de forma progresiva". El doctor añade que "hay que tener en cuenta la graduación del vino, nunca superior a los 12 o 13 grados".
El estudio SUN realizado en 2016 por la Universidad de Harvard, monitorizó los parámetros de salud de más de 22.000 españoles, y demostró, según explica Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina preventiva y Salud pública y uno de los investigadores del proyecto, que "en algunas circunstancias el consumo de alcohol puede ser beneficioso". Así lo afirma en su libro 'Salud a ciencia cierta', donde recoge que cuanto más alcohol, más mortalidad, pero que también "se sabe a ciencia cierta que el alcohol reduce el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular". Eso sí, solo a partir de cierta edad: "los 45 años en varones y los 55 en mujeres". Además, aclara que la muestra forma parte de un patrón determinado. Todos están "motivados por tener una buena salud, se interesan en la prevención, tienen estudios superiores, son responsables y con autocontrol. No consta que ninguna de ellas haya tenido un uso problemático del alcohol. En principio, se trata de personas que comen bastante bien y están sanas. Casi nunca consumen destilados, ni se emborrachan, ni toman mucho alcohol al día, sino solo en las comidas. Y lo reparten durante la semana, no se dan el atracón el fin de semana. Beben un poquito para comer o cenar".
Por su parte, la farmacéutica y dietista-nutricionista Carlota Martín-Maestro remarca que lo más importante es tener en cuenta con qué se compara. "Una copa de vino siempre será mejor que cualquier refresco o bebida energética o azucarada, pero el agua es la opción más saludable".
No obstante, apunta que "el consumo de una copa de vino diaria a partir de cierta edad, de los 45 años, es beneficioso para la salud cardiovascular, pero antes realmente no". La cantidad recomendada nunca deber ser "superior a los nueve gramos de alcohol", apunta la dietista, y recalca la importancia de acompañar las comidas con agua.
Sin embargo, hay expertos que niegan rotundamente que un consumo moderado de algún tipo de alcohol, como el vino, ayude a prevenir ninguna enfermedad.
El pasado mes de mayo, durante el 39º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) celebrado en Málaga, Julio Basulto, dietista-nutricionista y profesor de la Universidad de Vic, afirmó que "no hay razones para recomendar como beneficioso para la salud del conjunto de la población el consumo de bebidas alcohólicas de cualquier graduación" y calificó de 'bulos' las afirmaciones en sentido contrario.
La semFYC defiende que el alcohol aumenta el riesgo de enfermedad hipertensiva y apela a un estudio realizado por la revista BMC Public Health que concluye que una mujer no fumadora y que consume una botella de vino semanal aumenta su riesgo de padecer cáncer tanto como una mujer que fuma 10 cigarros a la semana.
El propio Basulto y otros expertos cuestionan los estudios médicos que han permitido atribuir a esa copa diaria de vino calidades beneficiosas. Hablan de errores de diseño en la metodología de esos trabajos de campo.
Además, más allá de las enfermedades cardiovasculares, otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Southampton y la de Bangor, en Reino Unido, y publicado en BCM, recuerda que el alcohol es un factor causal del cáncer. Según dicho estudio un hombre no fumador que bebe una botella de vino a la semana aumenta en un 1% de posibilidades de sufrir cáncer.