Toda la vida sin chapuzón después de comer: ¿existe el corte de digestión o es un mito popular?
Con la llegada del verano vuelve otro año más las conversación sobre el corte de digestión, ¿realidad o mito?
Aunque por el término pensemos que tiene que ver con la digestión, lo que se produce es un síncope por hidrocución
Este problema que surge del cambio brusco de temperatura entre el cuerpo y el agua, puede prevenirse
Verano, sinónimo de calor, playa, piscina y corte de digestión. Es llegar el buen tiempo y que aparezca en una conversación. Padres, madres, abuelos, tíos, primos, hermanos, amigos… da igual quien sea, ese "espera dos horas después de comer para bañarte" lo hemos escuchado todos desde que tenemos uso de razón y pisábamos la playa o la piscina. Si no quieres esperar las dos horas de digestión el truco nos lo sabemos, entrar poquito a poco en el agua y mojarse la barriga y la nuca para aclimatar el cuerpo antes de zambullirnos. Pero la duda siempre ha estado ahí, ¿realmente existe el corte de digestión o es un mito que ha pasado de generación en generación?
Nada que ver con la digestión
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Pues realmente muchos expertos coinciden en decir que el corte de digestión como tal, no existe, pues en ningún momento se detiene el proceso de digestión tras la ingesta de alimentos, los problemas se producen en el sistema circulatorio y su nombre adecuado sería síncope por hidrocución. Cuando esto ocurre podemos tener cierto malestar o desmayarnos por el contacto con el agua fría, por lo que se pueden producir cambios en la presión arterial que desencadenen los síntomas de lo que conocemos como corte de digestión.
Entre esos síntomas que asociamos al corte de digestión se encuentran los mareos, las náuseas y vómitos, visión borrosa, escalofríos y, en términos más graves, la pérdida del conocimiento o la parada cardíaca Por eso mismo, realmente no es un problema de digestivo o de una comida copiosa previa a un chapuzón, sino del cambio brusco de temperatura. Nuestro cuerpo puede estar a una temperatura alta por el calor y el contraste con el agua puede provocar una disminución de la frecuencia cardíaca que acabe con un shock termodiferencial.
Evitar el mal llamado corte de digestión
Ahora sabemos que realmente el corte de digestión como tal no existe, pero sí hay peligros sobre los cambios bruscos en la temperatura corporal que se producen tras meternos de repente en el agua. Por ello, el síncope por hidrocución se puede prevenir hasta cierto punto teniendo en cuenta algunas recomendaciones. Ahora bien, ¿está entre ellas no bañarnos hasta que hayan pasado dos horas desde que comimos?
Lo cierto es que con algunos de esos trucos estamos más que familiarizados. Lo primero es evitar tirarnos al agua de forma brusca, aunque seas de los que prefiere meterse de golpe en el mar para no sufrir con el agua fría, mejor no hacerlo. Lo mismo ocurre si hemos estado mucho rato al sol, nuestro cuerpo habrá aumentado su temperatura, por lo que lo conveniente es mojarse poco a poco antes de meter el cuerpo por completo en el agua.
Y sobre la espera de dos horas antes de irnos al agua… es recomendable en algunos casos. Si bien durante el verano las comidas suelen ser más ligeras, con el calor tampoco apetecen grandes comilonas, de vez en cuando podemos pasarnos un poco con comidas más copiosas. En esos casos sí que se aconseja evitar entrar en el agua, sobre todo si está muy fría, cuando la digestión.
Algo parecido ocurre con el deporte. Puede que hayas salido a hacer bici o a correr y, tras sudar la gota gorda, decidas refrescarte en el mar. Pues cuidado, si lo haces, entra en el agua de forma calmada, pues tu cuerpo está a una temperatura muy alta y el contraste con el agua puede no ser del todo bueno para tu salud. No obstante, los expertos afirman que, desde que se siente la aparición de cualquier síntoma asociado con eso que llamamos corte de digestión, deberíamos salir rápidamente del agua.