Doce de la noche. Antes de dormir te cepillas instintivamente los dientes. Forma parte de la rutina diaria de miles de personas en nuestro país. Un acto, casi reflejo, que el 68% de los mayores de 65 años realiza entre dos y tres veces al día, según los datos de la Fundación Dental Española (FDE). Sin embargo, aunque creas que lo haces bien, con ayuda de Colgate, te revelamos seis errores que probablemente cometas sin darte cuenta.
Debes lavarte los dientes durante al menos 120 segundos para mantener una sonrisa sana y brillante. A ser posible, con una crema dental con flúor, ya que ayuda a eliminar la placa bacteriana que se adhieren a los dientes y es responsable de las caries y enfermedades de encías. Si no nos cepillamos el tiempo suficiente, dejamos bacterias en nuestra boca que pueden provocar problemas como la gingivitis y la periodontitis.
Cepillarla ayuda a eliminar las bacterias que habitan en ella y a mantener un aliento fresco. Esta zona al no ser suave y estar llena de grietas y elevaciones es un nido perfecto para estos microrganismos que no se eliminan ni con agua ni con enjuague bucal. La forma correcta de cepillarla es hacia delante y hacia atrás, y después de un lado a otro.
Después de la comida y especialmente después de la cena. Por la noche se saliva menos y las sustancias campan a sus anchas por nuestra dentadura, por eso es imprescindible que se eliminen por completo antes de ir a la cama. Dos veces es la periodicidad mínima para conseguir una buena salud bucondental. Un tema que preocupa, y mucho, al 43% de los mayores de 65 años, según el informe ‘La Salud Bucodental en España’, realizado por la FDE.
Sorpresa. No es necesario aclarar la boca con agua después del cepillado. Es mejor hacerlo con enjuague bucal para mantener el flúor en tus dientes, protegiéndolos aún mejor. El flúor que contienen los dentífricos ayuda a fortalecer tus dientes y a protegerlos contra la caries.
Usa el cambio de estaciones como recordatorio. Un cepillo de dientes nuevo limpia un 95% mejor que uno que ya tiene un trimestre de uso. Es la forma de garantizar que sus filamentos no se desgasten y se abran en abanico, lo que provoca que no se llegue a las zonas de difícil acceso. Que tenga una buena apariencia no es sinónimo de buen estado.
El cepillo, debido a su forma, no llega uniformemente a todas las cavidades y recovecos de la boca. Emplear el enjuague bucal y el hilo es fundamental para completar la limpieza de las zonas que no alcanzaste.