La Semana Santa ha traído consigo un repunte en los casos de coronavirus, con un aumento de la incidencia que, en mayores de 60 y ‘riesgo muy alto’. Asturias y Cantabria ya se han planteado la posibilidad de volver a aplicar medidas de contención y recomendar el uso de la mascarilla que recordamos dejó de ser obligatoria también en interiores el pasado 20 de abril.
Mientras España camina hacia esa ansiada normalidad, los sénior prefieren seguir siendo cautos al ser la población más vulnerable. Con una mayoría que sea despedido de los cubrebocas quitando los hospitales, residencias y transporte público, nos preguntamos si realmente es efectivo llevarlos puestos si nadie más lo hace.
Actualmente, uno de cada cuatro casos de coronavirus es asintomático, lo que eleva y mucho el riesgo de contagio. Además, con la aparición de una nueva variante, los investigadores aseguran que no hay que confiarse demasiado en la inmunidad aportada por infecciones anteriores o vacunas. Por eso, los expertos aseguran que es de vital importancia que los mayores sigan utilizándola en interiores así como cualquier persona con sintomatología COVID o de cualquier proceso catarral o gripal.
El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública e integrante del grupo Covid de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Vicente Martín, aseguraba a 20 minutos que, aunque la mascarilla aporta más beneficios cuando más gente la llave, funciona como un escudo que corta la cadena de transmisión y si alguien que la aporta se infecta, no contagia.
Si hablamos de mascarillas como la FPP2 protege incluso si demás no la llevan puesta. El grado de protección dependerá de la calidad de la mascarilla y de su ajuste, también de la ventilación del entorno y el tiempo de exposición.
Si hablamos de las quirúrgicas, un estudio de los CDC estadounidenses calculó que una mascarilla quirúrgica protege sólo del 7,5% de las partículas emitidas por la tos de alguien cercano. Esa protección se incrementa hasta el 65% si está bien ajustada. Los investigadores de Virginia Tech se centraron en los aerosoles y bloquearon el 30%. Por último, en cuanto a las de tela, si se lavan correctamente y llevan los filtros adecuados, un estudio realizado en Japón asegura que ofrecen una protección entre el 17 y el 27%.