Antes de empezar con los chapuzones del verano, los expertos en cuidado capilar recomiendan preparar el pelo y el cuero cabelludo con una exfoliación. El objetivo es dotarle de fuerza para soportar agua salada y dulce, rayos solares, calor y sobre todo un uso más frecuente del secador y de la plancha de alisado. Además, insisten en que el consejo es válido para mujeres y hombres, nadie se debe librar de cuidarse para presumir de pelazo, fortalecerlo y retrasar la calvicie. En Uppers hemos preguntado qué es la exfoliación capilar en concreto, para qué sirve, si es aconsejable para todo tipo de cabezas y cuándo usar un exfoliante capilar.
Es un proceso por el cual se eliminan las células muertas, el exceso de sebo, la caspa, la suciedad y los residuos de los productos que usamos habitualmente. Consiste en liberar al folículo piloso de todo lo que se va depositando y que le podría asfixiar. El tratamiento limpia en profundidad la piel de la cabeza.
Los expertos afirman que los beneficios son muchos tanto internamente como a la vista. El primero es que se desobstruyen los poros. A consecuencia de esa limpieza de los poros se oxigena la piel de la cabeza. Al igual que cuidamos y limpiamos la piel del rostro y del cuerpo, el cuero cabelludo necesita esos mismos cuidados para ayudar a su desintoxicación y a su correcta renovación celular. El pelo crecerá fuerte y sano cuando la piel de la cabeza esté limpia y sana.
Otro beneficio es que la exfoliación va acompañada de un buen masaje para activar la circulación sanguínea, lo que favorece la llegada de nutrientes al cabello, evita la caída y posibilita el crecimiento. El resultado es un pelo sano, fuerte, suave y brillante que dura más tiempo limpio porque el folículo piloso ya no está obstruido ni asfixiado. Además, ayuda a mantener el pH de la piel equilibrado lo que genera una menor tendencia a engrasarse.
Lo más recomendable es llevar a cabo una exfoliación en el cuero cabelludo una vez a la semana. Nunca convienen abusar y repetir el proceso en la misma semana porque cabe la posibilidad de que se genere un efecto rebote. El folículo piloso podría responder segregando más grasa ante un exceso en la estimulación de las glándulas sebáceas. Cada tres semanas por ejemplo también sería suficiente.
De todas formas, el peluquero profesional es quien mejor puede aconsejar cada cuanto tiempo repetir la operación según las características de cada cabello, si es graso, con tendencia a generar caspa, si está coloreado, si es sensible…
Además, después de esa limpieza en profundidad es cuando hay que aprovechar para realizar un tratamiento nutritivo y reparador con una mascarilla específica. Realmente, se nota la diferencia porque el pelo y el cuero cabelludo están preparados para absorber los nutrientes que necesitan. Sin esa exfoliación anterior, el resultado del proceso reparador será mucho más pobre.
En los salones de peluquería disponen de muy buenos productos con resultados increíbles. El pelo luce y brilla, tiene fuerza y movimiento, dura mucho más tiempo limpio y se reduce la caída. Muchas marcas de cosmética capilar también han lanzado al mercado multitud de productos exfoliantes para completar el ritual capilar en casa. Otra opción es probar con un tratamiento casero bastante sencillo.
Ingredientes del exfoliante capilar: 3 cucharadas de azúcar moreno, 1 cucharadita de aceite de coco, 1 cucharada de gel de aloe vera y, opcionalmente, 5 gotas de aceite de ricino.
Una vez se hayan mezclado en un bol todos los ingredientes se deben seguir estos pasos: