Tenemos una gran sanidad pública, España es uno de los países en los que mejor está valorada, pero muchas veces la falta de personal hace que las listas de espera sean demasiado largas y en ocasiones puedas tardar meses o hasta más de un año para que un especialista te vea. Incluso hay casos en los que cuando te llaman para darte una cita, ni recuerdas por qué la pediste y te toca hacer memoria. Por eso, mucha gente suele decantarse por pagar un seguro médico privado que agilice las consultas en los especialistas, en especial cuando son causas muy urgentes y desde la sanidad pública no te hacen una prueba hasta tres o cuatro meses después de pedirla.
El problema viene cuando una persona ya tiene cierta edad, pues desde que la crisis económica azotó a España, los recortes en sanidad se hicieron notar, cosa que muchas aseguradoras aprovecharon para inflar los precios en algunos sectores de la sociedad, y uno de ellos fueron los jubilados. Al tener una mayor edad tienen más disposición a sufrir enfermedades, por lo que la gran mayoría de seguros privados tienen cuotas específicas a partir de los 55 o 60 años que son mucho más caras que para personas más jóvenes. Por eso, para ellos es importante fijarse bien en lo que se les oferta, ya que muchos seguros no cubren sus verdaderas necesidades.
Aunque muchas personas tienen su seguro privado, hay ocasiones en las que no saben exactamente cuántas coberturas tienen, o muchos siguen acudiendo a la sanidad pública porque no saben qué ofertan los privados. Aunque luego veremos las complicaciones que le pueden surgir a las personas mayores, en general tienen grandes ventajas y se pueden adaptar a tus verdaderas necesidades.
Una de las causas que provoca que se contraten es la lentitud que en ocasiones tiene la sanidad pública española, por eso desde las aseguradoras se suele acudir directamente al especialista sin necesidad de pasar previamente por la consulta del médico de cabecera para que solicite la cita. Además, estos seguros suelen tener un amplio abanico de posibilidades para elegir el médico que tu creas que más te conviene por su perfil y tus propias circunstancias o patologías.
Hay veces que tienes que pedir el día libre en el trabajo o sacar a tu hijo antes del colegio para acudir al médico en el horario que te han dado, en los seguros privados suele existir una mayor flexibilidad que te permite ir a la consulta sin necesidad de cancelar ningún plan de tu agenda. Al igual que la cita es más rápida, las intervenciones quirúrgicas o los servicios de urgencia también suelen estar más descongestionados. Y uno de los puntos que hace se valore su contratación es que muchas veces ofrecen tratamientos o intervenciones que no cubre la Seguridad Social.
Ya hemos visto que por una cuota mensual un seguro médico privado puede ser un buen complemento a la sanidad pública. Pero para las personas mayores no tanto, ya que se les ha complicado bastante. Los jubilados son una parte más que importante en el engranaje de la sociedad, pero en ocasiones se pueden ver algo discriminados en sectores como la sanidad. Es normal que debido a su envejecimiento sea un grupo que presenta más enfermedades crónicas que otros, y por tanto un mayor gasto sanitario. Una excusa que muchas aseguradoras utilizan para inflar los precios.
Aún así, siguen existiendo ofertas que pueden ser llamativas para ellos con un precio asequible. Lo principal es que cuando se contrate un seguro se tengan claras las coberturas que ofrece. Por ejemplo, una de las más importantes para muchos es la teleasistencia, un sistema que permite contactar con una centralita si se tiene algún tipo de problema, perfecta para los mayores que viven solos.
Hay ocasiones en las que los seguros no incluyen los gastos de hospitalización o de cirugía, por lo que se debe valorar si de verdad compensa. En general lo mejor es que se cubran los tratamientos sobre las enfermedades que ya de tienen o algunos servicios que por la edad puedan ser de utilidad en un futuro, como geriatría o implantes.
No cabe duda que hay que buscar un equilibrio entre lo público y lo privado y, en el caso de los mayores encontrar un seguro que no sea abusivo para ellos y que cubra sus verdaderas necesidades. Porque alguien joven puede esperar unos meses a una consulta, pero una persona mayor debe ser tratada lo antes posible. Es el momento de valorar si de verdad te compensa pagar ese seguro, puede que ahora no lo necesites, pero quien sabe lo que tiene deparado el futuro.