Oil pulling, los enjuagues bucales con aceite que ayudan a limpiar dientes y encías ¿son efectivos?
Se trata de una técnica ancestral de la medicina ayurvédica que consiste en enjuagarse la boca con cualquier aceite ecológico.
Gwyneth Paltrow, Miranda Kerr y Kim Kardashian son algunas de sus seguidoras.
Aunque aún faltan estudios que confirmen el dato, los resultados provisionales sí establecen una relación entre el oil pulling y la disminución de la gingivitis y otros problemas dentales.
El oil pulling es una técnica ancestral de la medicina Ayurveda que se usa para ayudar en procesos de detoxificación. Se trata simplemente de enjuagarse la boca durante varios minutos con un aceite vegetal, preferiblemente de primera presión. Puede ser de oliva o girasol, aunque últimamente se ha puesto de moda el aceite de coco, rico en ácido laúrico, con propiedades antisépticas. La teoría de su efectividad se basa en que las toxinas solubles en grasa (como los metales pesados, parásitos, pesticidas o aditivos, entre otros) son absorbidos por el aceite y se van adhiriendo a él conforme lo movemos por todo el interior de la boca.
Cómo se hace
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El proceso es extremadamente sencillo. Solo hay que tomar una cucharada de aceite vegetal ecológico y mover el líquido en la boca durante al menos 20 minutos, intentado que la solución recorra bien la cavidad bucal. Después de ese tiempo, se escupe; si disponemos de un raspador de lengua y mejillas, limpiamos bien esas zonas y nos lavamos los dientes. Otra opción es depositar el enjuague en la basura para no contribuir a la contaminación de las aguas.
Pros y contras
Como en todo tratamiento alternativo, hay profesionales a favor y en contra de esta técnica, utilizada ya por celebrities como Gwyneth Paltrow (sí, la persona a la que menos pereza le da probar tratamientos raros), Miranda Kerr y Kourtney Kardashian.
En general, los odontólogos señalan que hay pocos estudios que avalen la efectividad del método. La Sociedad Dental Americana , de hecho, reclama más investigación con muestras más grandes y periodos variables con seguimiento a largo plazo. También argumentan que es poco práctico (¿20 minutos al día?) cuando, en realidad, en apenas cinco podemos mantener la boca en perfecto estado después de cepillarnos los dientes entre dos y tres minutos, pasar el hilo dental y utilizar un colutorio, mejor con clorehexidina si las encías están inflamadas o sangran.
En el caso de que estemos haciendo un tratamiento de ortodoncia, sí está contraindicado ya que la limpieza es clave y los residuos del aceite podrían dar al traste con los objetivos.
El doctor Michael Greger es uno de los expertos que está haciendo estudios más rigurosos. En su página web aclara que no recomienda los enjuagues con aceite en todos los casos, pero, haciendo un trabajo de compilación, señala que el oil pulling sí actúa contra las bacterias de la boca. Entre los efectos positivos descritos por este facultativo:
- Reducción de la gingivitis y el sarro.
- Igual de efectivo, aunque más lento, que la chlorhexidina, más barato y sin los efectos secundarios de esta, como la descamación dolorosa y decoloración en dientes y lengua.
- Neutraliza la sensibilidad dental igual que los dentífricos especializados.
Entre los efectos negativos:
- Respecto al blanqueamiento del esmalte dental, no hay evidencia científica.
- La protección natural de los dientes frente a la erosión se debilita con el oil pulling.
- Existe riesgo de aspiración; es decir, es posible que algo de aceite pueda irse a los pulmones y padecer una posible neumonía lipoidea. Por esta razón, la técnica está contraindicado para menores de cinco años.
Lo hemos probado
Durante un par de semanas he realizado oil pullings de manera habitual tanto con aceite de oliva virgen extra como aceite ecológico de coco. En mi caso, sí he notado un blanqueamiento dental pasajero (dura unas horas) y unas encías en mejor estado, con tono sonrosado y sin ningún tipo de irritación. Si tuviera que incluirlo en mi rutina diaria, para mí sería un tratamiento complementario a la limpieza diaria y a las revisiones habituales con el dentista, el profesional que realmente puede aconsejar o no la técnica según las condiciones de cada paciente.