Peligros de la extrema limpieza en cuarentena: de mezclas nocivas de productos a envenenar mascotas
La lejía no se debe mezclar con ningún otro producto de limpieza ya que se pueden producir reacciones químicas peligrosas
El Ministerio de Sanidad pone a disposición de los ciudadanos un Servicio de Atención Toxicológica al que se puede recurrir en caso de accidente con este producto
Limpiamos más que nunca. Y con razón. La higiene es importante y a veces, lo llevamos al extremo. No te vengas arriba. También entraña sus riesgos. En este momento la lejía se ha convertido en nuestra compañera de batallas y el alcohol, también. Te contamos qué productos no puedes mezclar bajo ningún concepto para no llevarte un susto y no poner en riesgo ni tu salud ni la de los que viven contigo (incluidas tus mascotas).
Lejía: nunca con…
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Como regla general, según nos recomienda la OCU, la lejía no se debe mezclar con ningún otro producto de limpieza ya que se pueden producir reacciones químicas peligrosas. Especialmente cuando se hace con:
- Alcohol en gel: la combinación de ambas sustancias produce cloroformo y ácido muriático y estos componentes provocan mareos, nauseas, perdida de conciencia e incluso la muerte.
- Amoniaco: es una mezcla muy peligrosa ya que produce vapores que pueden causar daños severos en el sistema respiratorio. Además, debes tener en cuenta que el amoniaco en altas concentraciones es muy tóxico e incluso potencialmente explosivo
- Vinagre: se trata de un ácido débil que si se lo agregas a la lejía genera vapores tóxicos que pueden generar serias quemaduras en los ojos y graves daños en los pulmones.
- Limpiacristales, lavavajillas o limpia baños: la mezcla de estos productos con lejía produce gas cloro y es muy peligros. La mínima exposición a este gas causa problemas respiratorios y oculares.
Consejos para utilizarla bien
Desde la Organización de Consumidores lazan una serie de recomendaciones para ya que la utilizamos, lo hagamos de la forma correcta para maximizar su eficacia y reducir al mínimo su riesgo.
- La lejía para desinfección se usa en una proporción de 1:50 en agua fría (el agua caliente evapora el cloro y elimina la acción desinfectante del producto), sin detergente. Es decir, un vaso de lejía por cada 10 litros de agua limpia.
- Para que sea eficaz, la mezcla de agua con lejía hay que prepararla cuando se vaya a usar y no guardar la disolución de un día para otro.
- Ten cuidado con las salpicaduras sobre la cara, los ojos o la ropa. Ponte mejor prendas usadas, guantes de cocina y unas gafas de plástico protectoras.
- Procura abrir la ventana de la habitación durante su aplicación y al terminar, para ventilar.
Otra mezcla que jamás debes hacer
Vinagre y agua oxigenada: la mezcla de estos dos productos, aparentemente inofensivos por separado, genera ácido paracético que, en concentraciones alta, irrita y daña la piel, ojos, garganta, nariz y pulmones.
¿Qué pasa si mi mascota ingiere lejía por accidente?
La obsesión por una limpieza excesiva no pone en riesgo solo nuestra salud si no que también la de nuestras mascotas. Desde que comenzó la crisis del coronavirus se ha podido ver en redes sociales imágenes de perros y gatos con las patas quemadas debido a que sus dueños han empleado lejía en exceso en casa o porque, directamente tras los paseos, se han higienizado sus patas con este producto.
Cuando limpiamos una habitación debemos tener especial cuidado de dejar la puerta cerrada con nuestra mascota fuera hasta que se seque. Así evitaremos que se reboce en el suelo y después se lama las patas y se intoxique. Es especialmente necesario con los gatos, ya que el olor de este producto les genera una gran atracción y tienden a acercarse a él.
Si nuestro animal ingiere este producto experimentará dolor estomacal, vómitos, diarrea y, en casos graves, incluso dificultad respiratoria y convulsiones. La plataforma Mundoperros recomienda, en estos casos, lavarle la boca con agua y darle 30 ml de leche por cada 3 kg de peso, con esto se reducirá el ácido de la lejía presente en el estómago. No obstante, este producto puede provocar quemaduras internas en el animal por lo que es importante acudir a un veterinario de urgencia a que le hagan lavado estomacal y lo examine.
Respecto a la higiene tras los paseos, desde la plataforma Somospetfriendly recuerdan que la limpieza con agua y jabón de sus patas y hocico será suficiente. Otra opción es hacerlo con agua oxigenada o con un poco de alcohol diluido en agua, pero sin excederse. Y aseveran que jamás se debe utilizar lejía ya que lo único que se logra es quemar la piel del animal y provocarle dolor.
¿Y si lo hace mi hijo por accidente?
El Ministerio de Sanidad pone a disposición de los ciudadanos un Servicio de Atención Toxicológica al que se puede recurrir en caso de un accidente de este tipo. Desde aquí recomienda que tras una pequeña ingesta de lejía se debe evitar el vómito. En su lugar es mejor ingerir un vaso de agua o leche más una clara de huevo batida. Si la ingesta es importante se debe acudir a urgencias de inmediato.
Pasos a seguir si cae sobre nuestra piel u ojos:
- Retirar ropa, joyas, etc., que actúan como reservorio del producto.
- Lava inmediatamente con agua durante al menos 20-30 minutos la zona afectada.
- No emplees nunca antídotos sustancias para 'neutralizar' el corrosivo como el zumo de limón, el bicarbonato, etc. porque se producen reacciones exotérmicas que agravan la quemadura.
- Evita la auto-exposición en la persona que esté realizando la descontaminación o lavados. Deberá llevar guantes, mascarillas, gafas, etc. y empleará un chorro de agua a baja presión.
En el caso de que salpique en los ojos se debe:
- Retirar las lentillas si se llevasen.
- Lavar con agua o suero fisiológico, retrayendo bien el párpado, durante 10-20 minutos o incluso más tiempo en función del producto.
- Cubrir los ojos con un apósito estéril y acudir urgencias