Desde bien pequeños siempre nos han advertido de que debemos conservar una buena postura al dormir, caminar o mantenernos sentados para cuidar nuestra espalda y así evitar dolores que podemos arrastrar durante años y que se agravan con la edad. Ahora bien, ¿sentarnos mal o bien también puede afectar a nuestro estado de ánimo? Parece que a priori no hay relación, pero un estudio de la universidad alemana Friedrich Alexander publicado en Acta Psychologica parece decir otra cosa.
Ahora que gran parte de la población ha pasado de ir cada día a la oficina a trabajar desde casa puede que nuestra postura no sea la mejor. Sí, ya no tenemos nuestra mesa, nuestro ordenador o esa silla que teníamos perfectamente regulada para nuestra comodidad. Aunque durante todo este tiempo hemos ido perfeccionando nuestro lugar de trabajo en casa, la mayoría no tiene los mismos medios en su hogar que en la oficina. Por eso, entre otras cosas, los investigadores han realizado este estudio con 83 personas.
Este trabajo surge de otros anteriores que han detectado una relación entre la postura corporal y el estado de ánimo de las personas, como que tras recibir comentarios negativos se tiende a tomar una postura más encorvada o que tener pensamientos positivos es más fácil en aquellos que se mantienen erguidos que en los que están en una postura encorvada.
La gran novedad en esta investigación es que al pedirles realizar diferentes pruebas mientras estaban sentados, estos no sabían que se estaba evaluando su postura, pensaban que se estudiaba su concentración. Además, los autores del trabajo manipularon de manera implícita sus posturas regulando tanto la silla como la mesa para obtener la posición deseada en cada individuo.
Tras la prueba, cada sujeto valoró su estado de ánimo y, como era de esperar, aquellos que se mantuvieron con una postura más correcta se encontraban mejor que los que habían adoptado una menos saludable para el cuerpo. Además, también consiguieron establecer que los que tenían una postura erguida lograron una mayor velocidad de procesamiento que los que no. A pesar de ello, no contaron con pruebas suficientes para demostrar los efectos que la postura tiene en la precisión de ese procesamiento.
De esta manera, con el estudio creen que sus hallazgos "pueden proporcionar implicaciones interesantes para entornos en los uno tiene la intención consciente de influir en los estados de ánimo o el rendimiento cognitivo", destacan.
Una de las autoras de la investigación, Sarah Awad, ha destacado que una buena postura ayuda a tener una presión arterial y temperatura corporal más baja, además de lograr que la frecuencia cardiaca vaya más lenta. En cambio, apunta que "las posturas encorvadas pueden indicarle a alguien que se encuentra en una situación potencialmente amenazante y necesita adoptar una postura protectora, experimentando un estado de ánimo negativo".