Reiki es una técnica japonesa cuya función es canalizar la energía que nos rodea, hacia nosotros y otras personas. Sirve para eliminar estrés, sanar dolencias y enfermedades, aportándonos paz y felicidad, a la vez que armoniza nuestro cuerpo y espíritu. La práctica de canalizar energía tiene más de 3.000 años de antigüedad, siendo re-descubierta por el Dr. Usui, un monje y catedrático, en Japón en 1920.
El Reiki es una terapia antigua, amable y práctica que nos conecta con la energía de la fuerza de vida universal que la ciencia confirma que rodea a cada persona y a cualquier otra cosa viviente. Un practicante de Reiki no es un sanador, pero está entrenado para poder canalizar esta energía a los necesitados mediante el uso de sus manos.
La mayoría de las personas en edad madura dependen exclusivamente de la medicina tradicional. El Reiki no es una alternativa a los medicamentos: sigue acudiendo a tus médicos y usa el reiki como tratamiento complementario. Está específicamente diseñado para reducir el estrés y eliminar los bloqueos de energía del sistema. Después de todo, somos, en su mayoría, energía.
La Federación Española de Reiki lo define como un método sencillo de aprender y enseñar para conseguir el propio equilibrio y eliminar cualquier dolencia que impida nuestro bienestar. Para conseguirlo, el Reiki se basa en canalizar la energía interior y también la que nos rodea, para poder aplicarla allí donde exista un bloqueo energético que sea el responsable de ese dolor.
Una sesión de Reiki puede durar aproximadamente cuarenta y cinco minutos y el paciente permanecerá acostado en una camilla, descalzo y vestido. Durante la sesión se utiliza música suave y aromas como incienso o esencias.
Se colocan las manos sobre una serie de ubicaciones en el cuerpo y la Energía Reiki fluye. Durante un tratamiento, se siente una relajación profunda, una gran sensación de paz. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada en el resultado final, algunas sienten un cosquilleo, calor o frío en diferentes partes del cuerpo según fluye la energía, otras personas ven colores, experimentan una sensación de “flotar” o sienten emociones que salen a la superficie y otras no sienten nada y no por ello el Reiki no está funcionando.
Se pueden hacer sesiones individuales para obtener una profunda relajación y sensación de bienestar momentáneo o bien el tratamiento de cuatro sesiones donde se trabaja más a fondo para sacar al paciente de algún estado de desarmonía.
Según la filosofía Reiki, las enfermedades son desequilibrios o bloqueos del correcto flujo de la energía de nuestros cuerpos que se evidencian en los chakras. Cuando el terapeuta pasa su energía al paciente a través de sus manos, se equilibra o desbloquea el flujo de energía del enfermo. De esta manera, es su propio cuerpo el que alivia dolores y sana.
Los practicantes creen que los beneficios del Reiki vienen dados por las energías que se transmiten a través de las manos del profesional. Múltiples son los beneficios que traen consigo eta practica para la tercera edad.