Cuidados faciales: consejos básicos para una rutina diaria de belleza después de los 50
Un buen sueño reparador es uno de los mejores aliados de belleza
Al margen de nuestra genética y estilo de vida existen ciertos pasos de belleza que pueden ayudarnos a parecer más jóvenes.
A los 50 nos sentimos activas, alegres, preparadas y sabemos que podemos con todo. Sin embargo, hay algo que todas las mujeres tenemos en común, las malditas líneas de expresión. Pasan los años, la piel se resiente, y a partir de los 50 es cuando más se notan los efectos del paso del tiempo: arrugas más profundas, piel menos luminosa, líneas de expresión más marcadas, menos firmeza, pérdida del óvalo facial…
A medida que la piel envejece, la zona del triángulo de la juventud es una de las más afectadas. Mejillas con volumen, línea del mentón definida y un cuello firme forman el temido triángulo. Su clave es la pérdida de colágeno, agua y lípidos. Las pieles maduras comienzan a perder colágeno porque disminuyen los estrógenos con la llegada de la menopausia. Las cremas antiedad y ciertas rutinas nocturnas, resultan ser un perfecto aliado contra las pieles maduras con arrugas, dejarán el rostro luciendo de una manera espectacular.
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Debemos tener en cuenta que cada rango de edad tiene características muy diferentes. Los 50 años son una edad especialmente complicada ya que a nivel hormonal surgen muchos cambios por eso debemos utilizar cremas y productos acordes a la edad. Una piel madura necesita más hidratación e ingredientes específicos para tratar los efectos de la edad. Ingredientes como el retinol o el ácido hialurónico van a ser tus grandes aliados. La vitamina C y el ácido glicólico también van a darle a tu piel ese impulso que necesita para que los efectos de la edad sean menos evidentes.
Es muy importante tener una rutina diaria de belleza y cómo ésta es un factor importante para conservar la salud de una piel madura. A continuación te presentaremos algunos consejos que puedes implementar en tu rutina diaria de cuidado de la piel.
PASO 1.Limpieza que hidrate tu piel. Hay que empezar con una buena limpieza. La limpieza no tiene que ser nada agresiva para tu piel, al contrario, debe ser suave y ofrecer hidratación. Eliminar impurezas, maquillaje y suciedad no está reñido con una piel hidratada, por eso tienes que buscar un limpiador que te deje sensación de frescor y elimine la suciedad del rostro pero dándole a tu piel esa hidratación que le falta y que es tan típica de esta época de la vida. Una vez retirado el maquillaje y las impurezas de nuestro rostro, podemos lavarlo con un poco de agua tibia para abrir nuestros poros y realizar una mejor exfoliación.Puedes ayudarte con algún cepillo limpiador facial que te ofrezca un masaje y estimule la circulación del rostro.
PASO 2. Utiliza un sérum para conseguir firmeza en la piel. Los sérums siempre se aplican con el rostro limpio para tratar las necesidades más específicas de tu piel. Manchas, falta de luminosidad, apariencia de poros abiertos, granitos…puedes buscar el sérum que más le convenga a tu piel o combinarlos para tratar varias necesidades. A partir de los 50 lo mejor es uno reafirmante y aplicarlo especialmente en cuello, línea del mentón y mejillas.
PASO 3. Hidratación intensa. A partir de los 50 la hidratación tiene que ser intensa y tratar flacidez y arrugas. La noche es el mejor momento para renovar tu piel y nutrirla en profundidad. Para ello, busca una hidratante con retinol, un ingrediente que aumenta la renovación celular y refuerza el colágeno y la elastina.
PASO 4. Contorno de ojos para una mirada cansada. Al ser una piel más fina, el contorno de los ojos es esa parte del rostro donde más se notan los años. Busca un contorno que reactive tu mirada y luche contra los rasgos más típicos de la edad en esta zona: las bolsas, las ojeras y la falta de firmeza.
PASO 5. Exfolia, renueva tu piel y límpiala en profundidad. El exfoliante ayuda a renovar la piel y te ayuda a que los productos penetren mejor en la piel. Si quieres luchar contra las arrugas busca un exfoliante químico con ácido glicólico: tratarás la luminosidad y rellenarás la piel. Además dos o tres veces por semana añade una mascarilla después de limpiarte el rostro.