Que la boca es el orificio más grande de nuestro cuerpo no es ningún descubrimiento. Pero esta realidad, durante la pandemia por Covid, tiene implicaciones importantes. La boca es la principal entrada del virus (y de muchos agentes patógenos); de ahí, la utilidad de la mascarilla para proteger tanto la nariz como la boca. De hecho, las personas que tienden a respirar por la boca tienen más posibilidad de contagiarse ante cualquier germen que los que respiran por la nariz, un miembro que, además, dispone de membranas de protección extras.
La mala noticia es que incluso aunque seamos capaces de hacer una perfecta 'respiración consciente' (inhalando y exhalando por la nariz), la ruta natural de cualquier germen, también de los aspirados por la nariz, es pasar por la cavidad buco-faríngea, contaminando la flora del espacio bucal. El coronavirus, por tanto, también puede dejar su rastro en nuestra boca.
De ahí a pensar en la saliva como método diagnóstico solo había un paso. Hace solo unos meses, un estudio de la universidad de Hokkaido, en Japón, demostró que utilizar muestras de saliva es un método de análisis masivo, rápido y eficaz para detectar, sobre todo, a los pacientes asintomáticos, infectados del virus, pero sin manifestaciones clínicas. Algunos de ellos pueden ser súper contagiadores.
Con tales evidencias, algunos laboratorios han creado dos nuevas pruebas capaces de detectar de manera fácil la presencia de la Covid en nuestra saliva. Uno de ellos son los laboratorios Synlab, responsables en España del desarrollo de estas nuevas PCRs, que estarán disponibles próximamente en algunas clínicas españolas y en la web del propio laboratorio.
A diferencia de las otras pruebas, para las que son necesarias la participación de un profesional sanitario, la toma de saliva o de enjuague bucal la realiza el propio paciente, lo que contribuiría a desahogar la presión sobre los centros de atención primaria, si estas nuevas pruebas se impusieran de manera general. Además, serían mucho más cómodas de usar entre la población infantil y en otros colectivos vulnerables, como los pacientes de mayor edad. "Actualmente, el procedimiento de la toma de muestra para la detección viral mediante el ensayo de PCR con hisopos nasofaríngeos es molesto e incómodo para muchas personas", señala Santiago Valor, Director Médico del grupo Synlab.
Por otra parte, al ser pruebas mínimamente invasivas, eliminan el contacto cercano con los examinadores, minimizando la probabilidad de contagio entre los sanitarios. Su última ventaja es que permitirían hacerse de manera masiva, al reducir la intervención de los profesionales médicos.
Con estas nuevas pruebas, los pacientes ganamos en comodidad, ¿pero perdemos en fiabilidad? "A nivel de sensibilidad y especificidad las pruebas de saliva o de enjuague bucal son prácticamente idénticas a la PCR actual", explica Diana Bulimaga, asistente médica en Clínica Neolife, uno de los centros en los que estarán disponibles estas pruebas. Si una PCR nasofaríngea tiene una especificidad (capacidad de detectar los verdaderos negativos) del 100%, la prueba de saliva alcanza el 97,6%, y la de enjuague bucal, el 99,6%.
Ambos métodos diagnósticos se han validado comparando el resultado obtenido en los nuevos tipos de muestras con el resultado obtenido en las muestras nasofaríngeas realizada en paralelo a esas mismas personas. Durante la fase de pruebas, ha sido determinante la elección de dispositivos de toma de muestras, ya que, por ejemplo, algunos tipos de enjuagues. "Los nuevos dispositivos de toma de muestra han sido seleccionados minuciosamente para realizar la validación de la forma más óptima, evitando o rechazando otros dispositivos menos seguros. No todos los dispositivos permiten un análisis correcto y con la garantía de obtener unos valores de sensibilidad y especificidad excelentes", explica Santiago Valor.
Al igual que la PCR por muestra nasofaríngea o los test rápidos de antígenos, las nuevas pruebas no detectan los anticuerpos IgG e IgM, generados por el sistema inmunitario tras producirse el contagio. Para obtener esta información el paciente debe someterse a un test rápido de anticuerpos, con un simple pinchazo en el dedo (sangre capilar), o realizarse el test ELISA a través de una analítica de sangre.
Ya sea en un centro médico o desde casa, con el kit que proporciona el laboratorio, la toma de muestras consiste en realizar un enjuague bucal profundo con un líquido específico o coger una muestra de saliva siguiendo ciertas instrucciones, como beber agua media hora de la recogida de la muestra. Curiosamente, la prueba de saliva parece más complicada que la del enjuague. "Hemos detectado que aunque normalmente los clientes no tienen dificultad en realizar una toma de muestra mediante saliva, en algunos casos no ha resultado posible o cómodo", señala Caio Mendonça, director comercial del laboratorio.
¿Y para obtener el resultado? En el caso de optar por la compra online, habrá que remitir las muestras por mensajero al laboratorio que va a analizarlas. Si se hace a través de una clínica, los profesionales de cada centro serán los encargados de mandar las muestras al laboratorio. En caso de resultado positivo, es necesario comunicar este resultado a las autoridades sanitarias. En muchas ocasiones, los diagnósticos pueden obtenerse en el día. El coste de estas pruebas, que de momento solo pueden hacerse en la medicina privada, oscila entre los 118 y los 125 euros.