Trocanteritis, una dolencia muy común en mujeres entre 40 y 60 años: ¿sabes cómo identificarla y tratarla?

  • Las caderas tienen suma importancia a la hora de realizar las actividades de la vida diaria, estabilizan el tronco a través de la pelvis, reparten las cargas que transmiten los miembros inferiores y permiten el movimiento a la hora de caminar, correr, subir escaleras o sentarse.

  • La causa más frecuente son los microtraumatismos que se producen por la fricción constante entre el músculo y la bolsa serosa.

El dolor en la cadera está entre uno de los padecimientos más comunes en el ser humano, y más entre las mujeres de entre 40 y 60 años. La bursitis trocantérea o trocanteritis es un dolor e inflamación en las bolsas sinoviales que están alrededor del trocánter y puede causar un fuerte dolor que se extiende a lo largo de la pierna. La bursa es una bolsa rellena de líquido sinovial que amortigua y ayuda a prevenir el roce de tendones y estructuras óseas. Su función principal es evitar posibles daños en los tendones y proteger los ligamentos y articulaciones.

Actúa como una especie de deslizador, es decir, permite la flexo-extensión de la cadera. Normalmente los movimientos repetidos en la zona causan una inflamación en las bursas. Esto sucede por una fricción contra el trocánter, provocando el aumento del líquido sinovial. La inflamación puede ser tan aguda que impide llevar una vida normal. El dolor en toda la pierna se debe a que el musculo tensor de la fascia lata, cuyo tendón, se extiende desde la parte externa del muslo hasta la rodilla, pasando sobre el trocánter. Si no se trata a tiempo, la bursitis puede afectar a los tendones lo que a su vez puede traer un problema degenerativo llamado tendinosis.

Síntomas

  • El principal dolor es el de la cadera, más específicamente en la zona externa del muslo, pero dicha dolencia puede extenderse por toda la pierna.
  • Dificultad a la hora de realizar acciones sencillas como levantarse de una silla, sentarse, subir las escaleras e incomodidad a la hora de caminar.
  • Los hormigueos en la pierna y en la cara externa del muslo..
  • Debilidad muscular junto al cansancio y pérdida de fuerza en la pierna.
  • Inflamación visible y sensibilidad al tacto en la zona afectada.
  • Por la noche los dolores pueden intensificarse debido los movimientos involuntarios que pueden presionar la cadera.

¿Qué la puede causar?

  • Laxitud ligamentosa.
  • Pie valgo.
  • Dinámica en pronación y aducción.
  • Genu valgo, más acusado en mujeres.
  • Acortamiento de la fascia lata, glúteo mayor, medio y aductores.
  • Desequilibrio muscular entre la musculatura de la cadera y el muslo.
  • Alteración de la articulación sacroilíaca y bloqueo lumbar.
  • Dormir siempre del mismo lado.
  • Uso excesivo o tensión de la cadera al hacer ejercicio o estar parado durante períodos prolongados
  • Lesión de la cadera, como al sufrir una cadera
  • Tener una pierna que es más larga que la otra
  • Espolones óseos en la cadera
  • Problemas de la columna vertebral, incluyendo escoliosis y artritis de la columna vertebral
  • Desbalance muscular que pone más tensión alrededor de los músculos de la cadera
  • Infección (rara vez)
  • Artritis reumatoidea
  • Gota
  • Pseudogota
  • Diabetes.

¿Cuáles son los tratamientos de la trocanteritis?

  • Suspender o modificar temporalmente las actividades o ejercicios de alto impacto que provoquen el dolor en la cadera.
  • Descanso parcial pero no total. Esto es porque la inactividad puede perjudicar aún más al paciente. La natación es una actividad recomendada en estos casos debido a que el afectado puede realizar una terapia física sin lesionar la cadera.
  • Colocar compresas frías o hielo entre 10 a 15 minutos, durante dos o tres veces al día por tres semanas.
  • Antiinflamatorios naturales tipo cúrcuma, harpagofito o árnica durante la primera semana del tratamiento. O los pautados por el médico o traumatólogo.
  • Cuando el tratamiento osteópatico y los fármacos no surten efecto, lo más recomendable es una infiltración de corticoides.

El tratamiento quirúrgico es exclusivamente para casos excepcionales. Si al paciente el tratamiento convencional no le ha funcionado y tiene alrededor de 6 meses con los dolores, lo más recomendable es la cirugía. El cirujano retirará la bursa inflamada y si hace falta corregirá algún defecto en el hueso o relajará el musculo de la fascia lata. Hay dos formas de realizar la operación:

  1. Una cirugía endoscópica: El cirujano realizará diminutas incisiones donde se colocará unos tubos que servirán para introducir un artroscopio y el material quirúrgico. No será necesario llegar a la articulación de la cadera, basta con centrarse en el trocánter mayor.
  2. Cirugía abierta: Esta puede realizarse si hay alguna dificultad para acceder al punto con la artroscopia. La incisión se realizará en el trocánter mayor, se busca acceder al peritrocantéreo para poder realizar la cirugía. La recuperación en estos casos es más lenta y deja cicatrices.