Ir al supermercado, y más con el alza de los precios, significa llevar la lista de la compra de lo más preparada para comprar lo que necesitamos y que luego en casa no desaprovechemos nada. Entre esos pasillos llenos de productos hay que tener cuidado con qué metemos en el carrito y qué no, ya que hay productos que por mucho que nos gusten o nos vengan bien, quizá nunca deberíamos comprarlos. ¿Cuáles son?
Normalmente, se ha creído que el fiambre de pavo es uno de los embutidos más saludables y ha estado presente en dietas y meriendas infantiles. No obstante, su bajo aporte calórico no quiere decir que sea sano. La mayoría de fiambres envasados tienen menos de un 60% de carne y están plagados de almidón, azúcar, aditivos y sal. Es necesario fijarse bien en el listado de ingredientes, donde se especifica la proporción de carne empleada en su elaboración y elegir los que tengan al menos un 90%; además de consumir con cierta moderación.
Es un ultraprocesado repleto de conservantes, aditivos, azúcar y sal, que poco o nada tiene de carne de este crustáceo. Existen otras opciones mucho más completas y verdaderamente saludables para añadir a las ensaladas, como atún, huevo o proteínas de origen vegetal, como la quinoa o las lentejas.
Abandona los zumos procesados, tienen mucho azúcar y, en la mayoría de los casos, poco porcentaje de fruta entre sus ingredientes. Siempre puedes hacerlo tú mismo con frutas o verduras de temporada o, mucho mejor, tomar la pieza entera; incorporarás también la fibra, que genera sensación de saciedad y ralentiza el proceso por el que el azúcar pasa a la sangre.
Se ha popularizado su consumo como tentempié, pero cuidado. Contienen una gran cantidad de sal y suelen estar elaboradas con aceites refinados. Si, además, están cubiertas de chocolate o yogur, el problema empeora ya que su contenido de azúcar y de grasas saturadas es muy elevado. Lo ideal para comer entre horas es recurrir a una pieza de fruta, un puñado se frutos secos al natural o una infusión.
Hay que prestar atención a los aderezos de las ensaladas. El vinagre balsámico que podemos encontrar en cualquier supermercado es un vinagre de vino de gama baja, aromatizado, con colorantes artificiales y mezclado con caramelo. ¿La solución? Recurrir al aove, vinagre de manzana y un toque de pimienta o incluso, hacer nuestras propias salsas caseras y saludables como pesto o vinagreta de mostaza.
Están repletos de azúcares, conservantes, colorantes, saborizantes. Hay que acostumbrar al paladar a tomar siempre el yogur normal, que mantiene la proteína, la grasa, los azúcares naturales y todo esto es bueno para el funcionamiento del organismo. También, hay que prestar atención con los 0.0, ya que, al quitarles la materia grasa, les añaden edulcorantes que tienen el mismo efecto en el cuerpo que el azúcar.
Hay mucha gente que las incluye en su rutina, sin tener ningún tipo de intolerancia, pensando que son más saludables; hay que tener en cuenta los ingredientes, ya que este tipo de “leches” suelen contener mucho azúcar.
Son dulces disfrazados. La mitad de sus componentes son jarabe de glucosa y otros azúcares, lo que las convierte en productos de escaso valor nutricional. Lo mejor es hacerlas en casa con ingredientes saludables como los dátiles, la avena, frutos secos, semillas de chía o lino…
Suelen contener salsas o ingredientes como el pan, cebolla frita o bacon con alto contenido en sal, grasas y azúcar. En lugar de comprarla ya hecha, apuesta por utilizar ingredientes frescos por separado y elaborar bowls mucho más variados, nutritivos y apetitosos.
Este edulcorante es muy recurrente cuando se trata de buscar alternativas al azúcar común. Contiene hasta un 90% de fructosa, cantidad que supera a la de cualquier otro endulzante. El hígado es el órgano responsable de metabolizar la fructosa, y cuando se hace un consumo elevado, lo convierte en grasa hepática.
Tradicionalmente, se ha pensado que la margarina era menos perjudicial que la mantequilla por su valor calórico; sin embargo, los ingredientes utilizados para este ungüento vegetal no son saludables, ya que contiene una gran cantidad de aditivos.