La avellana es un fruto seco que se ha utilizado durante siglos en la alimentación humana debido a su sabor delicioso y su alto valor nutricional. Esta pequeña nuez redonda, con un sabor dulce y ligeramente amargo, es una excelente fuente de proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales. Las avellanas son ricas en nutrientes esenciales para mantener un cuerpo sano y fuerte.
Altas también en fibra, un nutriente que ayuda a regular el tránsito intestinal, a prevenir enfermedades digestivas y a reducir los niveles de colesterol en sangre, lo que es muy beneficioso para la salud cardiovascular. ¡Todo son ventajas!
Como hemos comentado, también están cargadas de vitaminas. Son una gran fuente de vitamina E, que es un antioxidante que ayuda a proteger las células del cuerpo contra los radicales libres, y vitaminas del grupo B, entre las que destacan la tiamina, la riboflavina y la niacina, clave para mantener el sistema nervioso y el sistema cardiovascular en buen estado.
Las avellanas también nos aportan una amplia variedad de minerales esenciales para la salud, como el calcio, el hierro, el magnesio, el fósforo, el potasio y el zinc, necesarios para mantener huesos, músculos y órganos en general, en buen estado, ayudando a regular el equilibrio hídrico del cuerpo.
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Beneficios de las avellanas
Cuidar de la salud del corazón. Se trata de un fruto secorico en grasas buenas y fibras, por lo que ayudan a disminuir el colesterol malo LDL, los triglicéridos y aumentar el colesterol bueno HDL. Por su alto contenido de vitamina E, un potente antioxidante, favorece la disminución de la inflamación en el organismo, disminuyendo el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Control de la presión arterial. Gracias a su aporte de magnesio, ácido fólico y de potasio, las avellanas también podrían ayudar a controlar la presión arterial, debido a que ayudan a mantener la salud de los vasos sanguíneos.
Fortalecer el cerebro y la memoria. Este fruto también es muy rico en ácido fólico, magnesio, zinc, algunos micronutrientes que son necesarios para la transmisión de impulsos nerviosos, aumentando la capacidad de memoria y aprendizaje, siendo una opción ideal para los niños en edad escolar, así como para las personas mayores que tienen problemas de memoria.
El azúcar a raya. Gracias a su contenido de fibras y a los nutrientes que posee, como el ácido oleico y el magnesio, el consumo de avellanas ayuda a reducir y controlar el azúcar en la sangre, aumentando la sensibilidad a la insulina, convirtiéndose en un gran aliado de personas diabéticas.
Control de peso. Aportan una buena cantidad de fibra, esto hace con que se genere mayor sensación de saciedad, por lo que consumirlas en pequeñas cantidades, podrían ayudar a la pérdida de peso por su efecto saciante.
Prevenir el cáncer. Su alto contenido en antioxidantes, vitaminas y minerales que pueden ofrecer algunas propiedades anticancerígenas. Estos frutos secos poseen un antioxidante conocido como proantocianidinas, los cuales protegen contra el estrés oxidativo. Además de esto, su contenido de vitamina E y de manganeso protegen contra el daño de las células que podrían causan cáncer, disminuyendo así su riesgo.
Aumento de la energía. Este fruto seco es una excelente fuente de energía por su elevado contenido de grasas, así como de proteínas, siendo muy buena opción para aumentar la disposición física y mental durante el día.Además de eso, la avellana sirve para mejorar el rendimiento en personas que realizan ejercicio físico, ya que es rica en minerales como potasio y magnesio, que promueven el buen funcionamiento muscular.
Piel lustrosa. La vitamina E y otros antioxidantes presentes en las avellanas también son beneficiosos para la salud de la piel, ya que ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro y a protegerla contra los efectos dañinos del sol y otros agentes externos.
Beneficiarse de las propiedades de las avellanas es muy sencillo, pues se pueden comer crudas, tostadas, en cereales, como topping en ensaladas y yogures o incluso como postre o acompañamiento de carnes.