Dieta VLCKD o cómo perder 20 kilos de grasa y ni uno de músculo
Un equipo de investigadores ha demostrado que una dieta cetogénica muy baja en calorías tiene efectos altamente beneficiosos para reducir la grasa
Un nutricionista analiza el estudio y nos explica en qué consiste este patrón alimenticio
¿Funciona? ¿Se puede seguir a largo plazo? ¿Es para todo el mundo?
Perder mucha grasa y nada de músculo es el sueño de cualquiera que se pone a dieta. Normalmente, nos enfrentamos a problema, cuando las dietas son hipocalóricas, el ejercicio está restringido y eso nos lleva a una disminución rápida de la masa muscular. Sin embargo, existe una excepción, la VLCKD o dieta cetogénica muy baja en calorías que, de acuerdo con un reciente estudio, tiene efectos altamente beneficiosos para reducir la grasa corporal y mantener la musculatura involucrando mecanismos epigenéticos, que son clave para el tratamiento de la obesidad. Hablamos con Xavier González, dietista-nutricionista de CreuBlanca especializado en nutrición clínica y deportiva para que nos explique en qué consiste este patrón alimenticio, quién puede llevarlo a cabo y si tiene o no el temido efecto rebote.
Qué es la dieta VLCKD
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Este patrón de alimentación se basa en una dieta cetogénica muy baja en calorías. "Consiste en realizar una baja ingesta de carbohidratos: pan, pasta, arroz, féculas, fruta, etc... para que el cuerpo produzca pequeños módulos de combustible en el hígado llamados cetonas, que se utilizan como fuente de energía", explica el experto. Las cetonas son un tipo de combustible alternativo para el organismo, que consume cuando hay escasez de glucosa en sangre.
De esta manera, el cuerpo cambia sus suministros de combustible para funcionar casi únicamente con grasa. !Al entrar en cetosis, los niveles de insulina se vuelven muy bajos y eso permite que la activación de la grasa y su quema aumente!. De ahí que sea un mecanismo eficaz para la pérdida de peso. "Sobre todo, está demostrada su eficacia en personas obesas y deportistas de entre 30 y 60 años", apunta González.
Aún así, esta pauta nutricional no está suficientemente testada en personas con problemas hepáticos, cardiovasculares y otras patologías asociadas excepto los trastornos metabólicos donde sí existen estudios con resultados positivos. "El riesgo de realizar este tipo de dieta son las consecuencias en la salud del organismo a corto-medio plazo, como es la cetoacidosis, alteración del ph en sangre, malestar general y problemas cardiovasculares en función del tipo de estrategia realizada".
¿De verdad se mantiene la masa muscular?
El estudio, publicado en la revista Clinical Nutrition, y liderado por científicos del CIBEROBN, demuestra que este tipo de intervención nutricional puede inducir una pérdida de hasta 20 kilos, la mayor parte de grasa visceral, que es la más peligrosa, y de preservar la masa muscular. "Además, los pacientes que siguen esta intervención nutricional presentan una reducción en el apetito, mejoras en la calidad del sueño, en la función sexual y, en definitiva, en la calidad de vida global", afirma Ana B. Crujeiras, la autora principal.
Sin embargo, González asegura que a día de hoy no hay una suficiente evidencia que permita afirmar que no hay una pérdida de la masa muscular. "La mayoría de estudios no tienen una muestra suficientemente amplia como para poder corroborarlo. Incluso, trabajan con una actividad de baja intensidad en lugar de fuerza. Por este motivo, no se puede afirmar que con este tipo de estrategias se pueda proteger al 100% la masa muscular".
Otro tema a tener en cuenta es el temido efecto rebote, que aparece cuando la pauta no enseña a adquirir buenos hábitos y la pérdida del peso y masa muscular es muy rápida. "Si no se plantea bien el seguimiento de este tipo de estrategia y luego no se realiza una buena educación nutricional, lo más probable es que se pueda generar ese efecto rebote", asevera el experto.
Además hay que tener en cuenta que no hay suficientes estudios que puedan definir la dieta cetogénica como un estilo de alimentación saludable a largo plazo. "Al final, y es mi opinión como profesional, en el momento en que eliminamos o reducimos por completo un grupo de alimentos que nos pueden dar beneficios, tiende a costar generarlo como un hábito, ya que, se trata de saber comer de todo en las medidas necesarias para controlar la salud y luego disfrutar de ello. Está claro que como estrategia a corto plazo hay evidencias para decir que es útil, pero siempre con muchos matices, como la actividad física que realizamos, los parámetros patológicos de quien la quiera realizar, el buen seguimiento de un profesional, etc”, concluye el nutricionista.