La OCU confirma lo que todos sabíamos: hay que pedir mejoras en los menús de los hospitales
La Organización también pide servicios de nutricionistas y mayor control en la apariencia de los menús
Menestra de verdura de primero, calamares en su tinta con arroz de segundo, flan de postre y un pan de 60 gramos. Este es uno de los 367.000 menús que el Hospital de la Paz (Madrid) sirve a sus pacientes para comer y uno de tantos que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han analizado en los últimos meses para llegar a una conclusión preocupante: "hay que pedir mejoras en los menús hospitalarios para evitar malnutrición en los pacientes".
Según la OCU, "hasta un 40% de los alimentos que se sirven en los hospitales vuelve a la cocina sin haberse consumido y, teniendo en cuenta que los menús están ajustados para cubrir las necesidades nutritivas de los pacientes, esto significa que muchos de ellos no comen lo suficiente". Es decir, que los pacientes, o bien pasan hambre durante su estancia hospitalaria o bien adquieren comida de fuentes externas, como familiares o las propias máquinas de vending de los hospitales.
MÁS
Los motivos de la desgana
Una de las tareas principales que, según la OCU, no se realizan hoy en día en los hospitales, es el seguimiento de los menús que no se comen ni el análisis del rechazo de la comida. En su estudio han detectado que estas causas pueden estar motivadas por la propia enfermedad y la medicación, que pueden afectar al apetito y al gusto, así como otros factores ambientales como comer en la cama, a deshoras o en una bandeja.
Sin embargo, también afectaría directamente la calidad de la comida. Según la OCU, "los menús de los hospitales tienen en ocasiones materias primas de buena calidad, pero un aspecto poco atractivo con colores, sabores y aromas apagados, especialmente, cuando se trata de dietas restrictivas, que limitan la ingesta de ciertos alimentos".
Por ello, lanzan una propuesta a los hospitales: incluir un servicio de nutrición exclusivo para los pacientes y adaptar los menús a sus necesidades reales, haciendo, además, que la comida sea atractiva y no se tire a la basura por esos motivos.
La OCU, por último, lamenta y critica que, en algunos centros, "el desayuno presenta un exceso de hidratos de carbono rápidos, con galletas, mermelada y zumo envasado" y que se debería aumentar "la presencia de cereales integrales, verduras frescas y frutas de temporada que, a veces, son sustituidas por postres industriales".