Cuando nunca es suficiente: la fina línea que separa al coleccionista del acaparador
Redacción Uppers
John Cusack en 'Alta fidelidad'
Casi todo el mundo ha coleccionado algo en algún momento de la vida; el problema surge al acumular compulsivamente
El acaparamiento compulsivo es un trastorno que puede afectar gravemente a quien lo padece
Un estudio de Nordsletten en Londres identifica los 12 los puntos que separan al coleccionista del acaparador
La mayoría de las personas coleccionamos o hemos coleccionado algo en algún momento de nuestras vidas. Discos, monedas, sellos, figuras, cómics...Todos tenemos algún objeto con el que tenemos algún vínculo afectivo especial, más allá de su valor económico. El problema surge cuando acumulamos compulsivamente y somos incapaces de deshacernos de los objetos, incluso de aquellos que no tienen ningún valor sentimental para nosotros.
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Hoy la línea entre el comportamiento de compra saludable y el patológico se ha vuelto difusa. La acumulación compulsiva crea condiciones de vida tan atiborradas que las casas pueden quedar totalmente atestadas. Se trata de un trastorno que en algunos casos puede no repercutir en la vida diaria del que lo sufre, pero en otros puede afectar gravemente a su funcionamiento cotidiano.
Los 12 puntos que diferencian coleccionismo del acaparamiento
Para identificar las diferencias entre el coleccionismo sano (que se puede aplicar al 30 por ciento de los adultos) y el acaparamiento, Nordsletten y compañía (2013) han realizado un estudio en Londres, entrevistando y encuestando a 29 participantes a los que se les diagnosticó trastorno de acumulación y a 20 participantes que se identificaron como coleccionistas, según informa 'Psychology Today' y recoge El Confidencial. Llegaron a la conclusión de que son 12 los puntos que separan a unos de otros:
Selectividad. Los coleccionistas se centran en objetos particulares, los acaparadores recolectan indiscriminadamente.
Planificación. Los coleccionistas planifican cuidadosamente sus adquisiciones, los acaparadores no lo hacen.
Adquisición excesiva. Los coleccionistas suelen limitar los objetos a una habitación, frente a los acaparadores que ocupan todo su espacio vital.
Desorden. Los coleccionistas organizan cuidadosamente, mientras que los acaparadores no lo hacen.
Angustia. Los coleccionistas disfrutan del proceso, los acaparadores reportaron angustia debido al desorden.
Deterioro social. Los coleccionistas no muestran deterioro social, pero los acaparadores a menudo no estaban casados y se retraían socialmente.
Discapacidad ocupacional. Los acaparadores reportaron un alto nivel de discapacidad en el trabajo, mientras que los coleccionistas no lo hicieron.
Motivaciones. Las razones de los acaparadores para coleccionar eran diferentes: pensaban que los objetos podían ser útiles para el futuro.
Identificación. Los coleccionistas se autoidentifican así, y los acaparadores no lo hacen de ningún modo.
Otras afecciones psiquiátricas. Si bien las afecciones psiquiátricas fueron comunes en ambos grupos, los acaparadores tenían mayor prevalencia de trastornos de salud mental y por consumo de sustancias.
Como curiosidad, según el estudio, los coleccionistas son más educados y tienen casas más grandes, mientras que los acaparadores tienden a tener ingresos más bajos y sus casas están más recargadas, según varias investigaciones.