¿Cuántas veces has pensado lo que harías si pudieses dar marcha atrás en el tiempo, has sentido que no has aprovechado bien los años pasados o has dejado pasar un tren sin plantearte siquiera subir? Son sensaciones que, en mayor o menor medida, todos hemos experimentado. La experiencia es un grado y la soberbia de la juventud nos impide escuchar consejos de aquellos que ya lo han vivido porque nos sentimos invencibles. Sin embargo, cuando miramos el paso del tiempo con perspectiva, somos capaces de hablar con nuestro 'yo' del pasado y darle algún que otro tirón de orejas. Es esto precisamente lo que ha hecho el bloguero Miguel Herranz en su espacio 'Montones de papel', donde, a modo de decálogo, establece una conversación con su 'yo' de los 25.
1. Olvídate de ahorrar pasta. Vive. Viaja. Disfruta. El dinero va y viene. El tiempo sólo avanza. ¿Cuándo vas a volver a tener 20 años el tercer viernes de junio? Nunca. Sal, diviértete y no mires mañana lo que te fundiste anoche.
2. Sé sincero pero no seas gilipollas. Es decir, di la verdad pero no seas hiriente. A veces es mejor callarse y hacer como que todo está bien que abrir la boca y romper la armonía del momento. La sinceridad muchas veces está sobrevalorada.
3. No discutas con extraños. Nunca. Bajo ninguna circunstancia. No pierdas el tiempo en dar lecciones a gente que no te importa. Es mejor asentir y seguir hacia adelante. Volvemos al punto 1: tu tiempo es limitado. No lo malgastes con idiotas. Huye de quienes te roben la energía.
4. Vete de España. Sal. A donde puedas y como puedas. Ve mundo. Conoce otras culturas. Abandona el pueblo como Totó en Cinema Paradiso y regresa si hace falta, pero vete. Se aprende más viviendo un mes fuera por tu cuenta que en veinte años en casa.
5. Aprende inglés. No porque quede genial en tu CV. Hablar inglés te abre puertas porque es la lengua franca. En inglés te entiendes con casi todo el mundo y te va a hacer falta para ligar, para pasar una aduana y, depende de dónde, hasta para tomarte un café.
6. Cuida tu cuerpo. Esto no significa que no bebas, que no comas de más y que no te fumes un pitillo de vez en cuando. Significa que hagas deporte y que lo introduzcas dentro de tu rutina diaria. Levanta pesas. Corre. Tener un cuerpo sano es clave para disfrutar más de la vida.
7. No tengas miedo a pedir perdón si te equivocas. La soberbia no sirve para nada. Si cometes un error y de verdad lo sientes, dilo. Y aprende del error, aunque lo vayas a volver a cometer. Las disculpas, por cierto, se ofrecen, no se exigen.
8. Y al contrario: perdona a quien te ofrezca una disculpa sincera. Todo el mundo tiene derecho a cometer un error, así que sé comprensivo cuando lo hagan. En algún momento tú también la vas a cagar y agradecerás que hagan por entenderte.
9. La pasión es un valor seguro. Encuentra aquello que te gusta y busca una manera de convertirlo en tu modo de vida, excepto si aquello que te apasiona te va a hacer morirte de hambre. Si ese es el caso, conviértelo en una afición y dedícate a algo que te deje tiempo para disfrutarla.
10. No tengas miedo a equivocarte. Vas a tomar decisiones erróneas, quieras o no. Lo que marca la diferencia no siempre es la decisión en sí, sino tu forma de afrontar las consecuencias de la misma. Casi todo tiene arreglo si lo miras con la perspectiva adecuada.
11. No te tomes demasiado en serio a ti mismo. Por mucho que tu madre te diga que eres muy guapo y muy listo, no eres especial. De hecho, el 99% de la humanidad no lo es y no pasa nada. Tener un ego desorbitado no sirve para nada y además te hará parecer un imbécil.
12. No juzgues a los demás. Nunca. Bajo ninguna circunstancia. Especialmente porque no sabes qué pueden estar pasando. Cada uno vive como puede o como quiere y tú no eres nadie para opinar sobre lo que hace el resto. Además, recuerda el punto 3.
13. La universidad no es la panacea. Te lo digo yo, que soy profesor. Estudiar está muy bien porque te abre puertas, pero el mejor aprendizaje se adquiere con la práctica. No te ofusques si pasas por Derecho de puntillas, es sólo el primer paso.
14. La gente normalmente no cambia. Quien es idiota, es idiota, y es bastante posible que quien te la juegue una vez te la acabe jugando dos. Pero recuerda el punto 8, todo el mundo merece una segunda oportunidad. Nunca una tercera.
15. No te obsesiones con planificar demasiado las cosas. Salvo que quieras llevarte una decepción, claro. Está bien tener unas líneas maestras, pero es muy posible que el plan salga mal. Vale más tener capacidad de adaptación ante la adversidad que ser un perfecto estratega.
16. Intenta montar tu propia empresa. Y arruínate con lo poco que tengas. Casi seguro va a salir mal, pero vas a aprender un montón sobre cómo no comenzar un negocio. Haz caso a Belén Rubiano.
17. Aprende a no hablar de más. Es mejor pasarse por defecto que por exceso. Haz que tu interlocutor siempre se quede con ganas de más. Vale para los negocios pero también para ligar. Jamás seas ese que va a una conferencia y hace una pregunta más larga que la ponencia.
18. Cultiva la disciplina. En el fondo aquí está todo. Si eres capaz de domesticar tus instintos y respetar tu propio orden interno, tienes mucho ganado. La fuerza de voluntad no viene de serie, hay que entrenarla. Hazlo.
19. Sonríe siempre. Ser agradable con la gente, especialmente con aquellos que te prestan un servicio, ayuda a que consigas tu objetivo mucho más deprisa. No subestimes el poder de tratar bien a los demás y hacerlo con una sonrisa en la cara.
20. Dedica menos tiempo a pensar en el proceso. Busca siempre la eficiencia en tus esfuerzos, pero no te obsesiones. Corrige sobre la marcha. Y sobre todo, no hagas que el proceso en sí te distraiga de trabajar en tu objetivo. Sobre todo si tu objetivo es escribir una tesis.
21. Prioriza siempre las experiencias sobre las cosas. La gente materialista es un coñazo, nunca tiene suficiente de nada. Cuanto menos necesites para ser feliz, más fácil te resultará alcanzar ese estado. Las cosas se pierden, las experiencias siempre viajan contigo y no pesan al hacer una mudanza.
22. Sé siempre generoso. Aunque no tengas nada. No hay nada más triste en la vida que ser un cutre y un agarrado. Sé espléndido con el resto, especialmente con aquellos que tienen menos que tú. Compartir es vivir, y más si se comparte con amigos.
23. Aprende a disfrutar la soledad. Tener pareja puede ser algo muy gratificante, pero ser emocionalmente dependiente es un coñazo. Para ambos. Si vas a estar con alguien, que sea porque quieres, no porque lo necesitas.
24. Busca siempre el lado bueno. Nada ni nadie es puramente maldad. Todos tenemos algo bueno y si esperas el tiempo necesario lo acabarás descubriendo. Busca siempre la parte positiva y trata de ver el vaso medio lleno. En el mundo sobran actitudes negativas.
25. Lee. Todo lo que necesitas saber está en los libros. No aceptes consejos de nadie. Y menos de tu futuro yo en un blog.