Mandar Christmas se ha puesto de nuevo de moda. La costumbre de enviar una tarjeta de buenos deseos en Navidad comenzó en la últimos años de 1800. El Reino Unido comenzó entonces a organizar su servicio postal y nada mejor que apelar a los buenos sentimientos de las Fiestas para dar a conocer el servicio. Hasta entonces, solo los miembros de la clase alta disponían de un empleado capaz de entregar en persona y esperar para obtener la respuesta de la misiva.
Con el auge de lo online, pensar en quiénes deben recibir la felicitación, qué texto la acompaña, qué ilustración queremos mandar, cuándo y dónde pasaron a mejor vida. Pero si se mira con atención ahí afuera, mandar felicitaciones está resurgiendo lenta pero implacablemente. ¿Por qué?
"A mí me hace más ilusión recibir un christmas físico que me envíe un amigo a un correo o un mensaje de Whatsapp", confirma la psicóloga Lara Ferreiro.
Para la experta, las razones están claras. "Genera mucha calidez. Tener un christmas o una carta escrita a mano significa que alguien te ha dedicado un tiempo exclusivo, de calidad, exclusivamente para ti. Es muy ilusionante saber que esa persona se ha molestado y que siente la motivación y el cariño suficiente hacia ti para hacer eso. Te sientes muy querida por esa persona", asegura.
"Segregamos neurotransmisores. También lo hacemos en cumpleaños, aniversarios y siempre que recibimos un regalo. Ahí de desata un cóctel de sustancias combinadas de distintas maneras. Estos neurotransmisores son oxitocina, dopamina, serotonina y endorfinas. Las liberamos tanto al recibir como al regalar; por eso, hay gente que dice que le hace casi más ilusión regalar que recibir", explica Ferreiro. La personalidad es lo que hace que cada uno disfrute más de una manera o de otra. "Si eres narcisista, te va a gustar más recibir. Y si eres generoso, vas a segregar más química de la felicidad regalando", señala la psicóloga.
Este baile hormonal se da en el área cerebral de la amígdala, la zona de las emociones. "Cuando alguien se preocupa de nosotros, segregamos las hormonas del amor. Y eso es lo notamos cuando recibimos un christmas, nos dan un abrazo o nos regalan algo. La oxitocina, de hecho, es la hormona de las relaciones de confianza, mientras que la serotonina nos aporta calma".
Parecería que escribir y mandar o recibir Christmas es un bálsamo emocional. Pero también tiene algunos efectos indeseados. "A algunas personalidades de tipo ansioso, el efecto inesperado o sorpresa les genera mucha ansiedad. Hay gente que recibe un christmas y piensa que lo tiene que devolver. ¿Cómo va a hacerlo? Algunas personas piensan que no son capaces de hacerlo. No todo el mundo tiene esa sensación agradable. A algunos la incertidumbre de esperar les genera ansiedad o la de no saber qué regalar. También hay personas que cuando regalan algo esperan la reacción de la otra personas o tienen miedo a decepcionar", explica Ferreiro.
Recibir una felicitación correo postal es algo mágico, pero entregarla cara a cara también tiene su magia. "Se activan las neuronas espejos, estas neuronas que hacen que conectemos con la otra persona con mucha empatía y mucho amor. Verse cara a cara es algo muy potente; por eso se dice, por ejemplo, que en las redes sociales, en las que no vemos a la otra persona, se pueden decir barbaridades", señala la experta.
Para esta psicóloga, recibir un Christmas está cargado de efectos positivos. "Indica que nos han dedicado tiempo. Y eso nos hace sentir muy queridos, que somos importantes para la persona que nos lo manda. Refuerza nuestra autoestima social, ayudas a crear vínculos de confianza, segregas las hormonas de la felicidad y del placer, hace que nos sintamos parte de una comunidad. Somos seres sociales que nos alimentamos de todo eso", asegura la psicóloga, para quien escribir una simple tarjeta navideña es hablar uno de los lenguajes del amor. "Lo que nos hace sentir ese christmas, en estos tiempos de estrés, es que nos quieren", concluye Ferreiro.