El modo de vida que llevamos en la sociedad actual alimenta una obsesión por la productividad y el estar constantemente conectados que termina afectando muy negativamente a nuestra energía vital. Llega un punto en el que se instala en nuestra rutina diaria un ciclo de cansancio y estrés que perjudica nuestra salud y nuestra autoestima. Y eso es un problema grave, porque precisamente la autoestima es un elemento clave en nuestro bienestar y calidad de vida. Tenerla dañada nos genera una serie de problemas, conflictos y trastornos que no nos dejan ser felices.
Lo ideal sería estructurar nuestro estilo de vida sobre un patrón sano, positivo y sencillo de seguir. De este modo, habrá tiempo para el trabajo, para el tiempo libre y el descanso, los pilares que nos ayudan a sentirnos bien. En ese sentido, la regla del 8-8-8 puede ayudarnos a equilibrar el tiempo que dedicamos a cada actividad a lo largo del día para que no se descompensen mente y organismo.
Aunque cada persona es distinta, puede ser una buena forma de corregir hábitos dañinos como la adicción al trabajo o la falta de sueño. La fórmula es la siguiente: 8 horas de trabajo, 8 horas de ocio, 8 horas de sueño = felicidad. Según indica la psicóloga Sara Navarrete en la revista 'Telva', "con el simple hecho de aprender a distribuir las horas del día en estos tres grupos ya habremos conseguido un gran paso".
El método invita a optimizar estas horas, no para trabajar menos, sino más efectivamente. Este tiempo de trabajo es nuestro momento de máxima productividad, por lo que debemos dedicarlo a las tareas que requieren más esfuerzo y concentración. Se trata de aprovechar lo que Navarrete llama 'momento flow' para centrarse en lo más fácil durante el resto de la jornada. Hacerlo así reducirá el estrés y mejorará la productividad.
Una vez finalizada la jornada laboral, es el momento de dedicarse al tiempo del ocio. No siempre será posible que estas ocho horas sean seguidas, pero deben delimitarse en la jornada y emplearse en desconectar al cien por cien. Para lograrlo hay que encontrar actividades que nos motiven y nos aporten satisfacción. Desde dar un paseo a ir al teatro y al cine, pasando por apuntarse a algún curso o practicar alguna actividad deportiva. "Nuestra mente y nuestro cuerpo necesita descansar, no sólo durmiendo, sino cambiando de actividades", explica la psicóloga.E s un modo también de mejorar la salud cognitiva y potenciar nuestra salud cerebral.
Pensar que dormir es perder el tiempo es un error. Una cuidada rutina de sueño es esencial para rendir en el trabajo y en el tiempo libre. "Procura no acostarte muy tarde, cenar al menos una hora antes de ir a la cama, no tomar café o estimulantes por la tarde, tomar un baño antes de acostarte, o leer durante 15 o 20 minutos antes de apagar la luz. Todo esto te ayudará a tener un sueño reparador. Aparca el móvil al menos una hora antes de acostarte y evita ver películas hasta tarde si tienes que levantarte temprano, y más si son de acción o miedo", explica Navarrete.