Hace un año que dejamos de estar confinados. Sin embargo, los efectos de aquellos largos meses siguen vigentes. Los universitarios españoles presentan una alta prevalencia de problemas emocionales y académicos tras la pandemia del coronavirus, según concluye el estudio Problemas y Demandas de Tratamiento Psicológico del Alumnado Universitario en la Pospandemia realizado por investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo, junto a otras 35 universidades españolas.
Una de las conclusiones más importantes del trabajo es que hay que establecer medidas dirigidas a la prevención y tratamiento de los problemas psicológicos entre los universitarios, ya que afectan no solo a su calidad de vida, sino también al rendimiento académico, una circunstancia que puede acabar en el abandono de los estudios.
El estudio se llevó a cabo entre marzo y abril de 2022 y contó con la participación de 5.221 estudiantes de grado y postgrado de universidades españolas públicas y privadas, coincidiendo con la vuelta a las aulas tras la retirada de las medidas de aislamiento social.
Ansia, primer trastorno
Más de dos tercios del alumnado de la universidad española que participan en este estudio presenta sintomatología ansiosa. Un 47,6% del alumnado alcanza puntuaciones indicativas de caso clínico de ansiedad; otro 24,9%, de caso probable y un 27,5% no refiere sintomatología ansiosa relevante.
La ansiedad se presenta como un problema transversal entre estudiantes universitarios con la misma gravedad y frecuencia en todos los cursos de formación de grado y postgrado. Sin embargo, existen diferencias estadísticamente significativas entre el alumnado de Artes y Humanidades, que presenta valores mayores frente que el resto de ramas.
El consumo de sustancias adictivas ha sido referido por otros investigadores como una respuesta de los universitarios para calmar la sintomatología ansiosa a raíz de la pandemia. El 60% afirma que la pandemia no cambió sus hábitos de consumo. El 20% señala haber incrementado este consumo y otro 20% declara haberlo disminuido.
La depresión es el otro trastorno mental más frecuente. Más del 40% de los universitarios españoles participantes en el estudio presentan sintomatología depresiva. Un 21% del alumnado alcanza puntuaciones indicativas de caso clínico de depresión; otro 21,1%, de caso probable; y un 57,8% no informan de ningún síntoma relevante.
De nuevo, el alumnado de Artes y Humanidades presenta mayor sintomatología depresiva. Siguiendo la tendencia general, también se observa que es el alumnado de Ciencias de la Salud quien mayor bienestar psicológico muestra respecto a las demás ramas.
Un 60% del alumnado de primer curso de grado de la universidad española afirma tener bastantes dificultades para mejorar su método de estudio. En el resto de los cursos de grado, hasta un 40% informa del mismo nivel de dificultad y otro 20% reconoce una dificultad moderada.
De forma estadísticamente significativa, los alumnos de máster y doctorado tienen menos problemas. Estas dificultades son trasversales a las ramas de conocimiento, sin que existan diferencias entre ellas. Un 53,1% de los encuestados estaría dispuesto a ayuda psicológica por sus dificultades con el método de estudio.
Los datos del estudio obligan a hacerse algunas preguntas. "Como sociedad, debemos preguntarnos ¿qué estamos haciendo mal?", plantea la psicóloga clínica Silvia Álava en la web Éxito Educativo. En opinión de esta experta, la realidad sobre la salud mental en España ha cambiado, pero los recursos para gestionarla no lo han hecho. "Después de la pandemia, el 25% de los estudiantes padece trastornos de salud emocional, una de cada cuatro personas", afirma.
Los jóvenes universitarios tienen problemas para enfrentarse a su día a día. ¿Cómo puede resolverse? "Tenemos que dotar a los jóvenes de estrategias de gestión del tiempo, de técnicas de estudio y también de ventilación emocional. Algunas universidades, de hecho, tienen centros de psicología aplicada que pueden ayudar", señala
El nivel de exigencia que la sociedad muestra hacia los universitarios y las perspectivas de futuro tampoco ayudan a su salud emocional. Para la psicóloga, "Hay que trabajar las soft kills entre los estudiantes universitarios para que puedan lograr sus expectativas". Esas soft skills son la empatía, la creatividad, la capacidad de comunicación, el trabajo en equipo, las dotes de liderazgo, su capacidad de adaptación y la resiliencia , la habilidad para no tirar la toalla o para recogerla si nos hemos deshecho de ella, cuando el desencanto asoma.