La ansiedad es un trastorno emocional que afecta a gran parte de hombres y mujeres. Normalmente, va a asociada a un patrón de pensamiento en el que priorizamos los acontecimientos del futuro, normalmente en tono negativo. Ese cúmulo de pensamientos nos hace vivir en modo de alerta continua. Sin embargo, también los espacios pueden proporcionar estados más o menos vigilantes. Y, al revés: también estados de relajación. Aquí es donde entra el Feng Shui, la milenaria disciplina china que ayuda a encontrar la armonía de nuestro entorno para crear un ambiente agradable y sano para nuestro bienestar. Con unos pequeños cambios podemos incorporarlo en nuestro hogar y lograr un impacto real en nuestra mente. Expertos como los de Estudio Crisadi, especialistas en arquitectura y diseño de interiores, comparten las cinco claves del Feng Shui para reducir la ansiedad en nuestras casas. Si, además, combinamos estas técnicas con otras de mindfulness, el resultado está casi garantizado.
Son fundamentales para combatir nuestra ansiedad. Esto se debe a que cuando tenemos un ataque de ansiedad o de pánico, nuestra mente se siente atrapada y una visión despejada como un paisaje o un panorama claro nos ayudará al instante a despejar y calmar nuestra mente. Además, es esencial la entrada de luz natural, nos proporcionará una sensación de calma constante. Para ello, las ventanas deben estar siempre limpias y utilizar unas cortinas de colores claros para que pueda pasar la luz. Y respecto a la iluminación de noche, utiliza siempre lámparas de luz natural.
Nuestros muebles, estanterías, mesas y cualquier espacio espacio de nuestro hogar siempre deben estar ordenados. El orden y la limpieza es fundamental para lograr un entorno armónico, que desprenda buenas energías, equilibrio y que proporcione salud. Hay que evitar los bloqueos que producen el desorden y la acumulación, provocando estrés. Apuesta por el minimalismo, conserva solo lo necesario y significativo en tu hogar. De esta forma, se logrará un ambiente sano para nuestro bienestar.
En el Feng Shui los colores representan los cinco elementos básicos de su filosofía, cada color presenta una energía propia y potente. Para obtener una sensación de tranquilidad y relajación recomienda colores con tonos claros o suaves como los pasteles o los agua. Los tonos azules te ayudarán a combatir el estrés, la ansiedad y la depresión. Puedes ir incorporando estos tonos a distintos aspectos de la casa, como las paredes u objetos de decoración. La clave es ir reduciendo poco a poco los colores intensos, ya que producen sensación de caos.
Se han convertido en un objeto decorativo con muchas funciones, diseños e imprescindible en los hogares. Pero para el Feng Shui no lo son. Los espejos solo deben colocarse en los espacios donde son necesarios, como el baño. Esto se debe a que los espejos generan un desgaste energético y pueden crear obsesiones insanas al ver nuestro reflejo constante. Solo deben estar en lugares y posiciones adecuadas y siempre tenerlos limpios.
Hay que evitar los estampados en la medida de lo posible. La utilización de demasiados patrones, figuras, estampados o elementos decorativos crean sensación de desorden, que a su vez provocan estrés. El Feng Shui recomienda reducirlos al completo. Si no es posible, utiliza colores pasteles y diseños de patrones grandes. De esta manera, se creará una sensación de más orden y armonía. Los motivos de los estampados también son importantes: mientras que las flores tranquilizan, los motivos muy abigarrados o donde reine la asimetría provocan el efecto contrario.