La muerte de Aless Lequio, el único hijo de Ana Obregón, devastó el ánimo de la actriz. Fue en mayo de 2020. El destino pareció entonces cebarse con ella: un año más tarde, en mayo de 2021, murió su madre, y en septiembre de 2022, su padre. Las tres personas que más ha querido en su vida, según declaró en ese momento, desaparecieron en apenas tres años. Hoy es noticia por algo sorprendente: la maternidad por gestación subrogada de su segunda hija, una decisión al tiempo feliz, controvertida y difícil. Analizamos las aristas de la mano de la psicóloga y terapeuta de pareja Lara Ferreiro.
El sentido común dice que no parece bueno superar la muerte de un hijo sustituyéndolo por otro. ¿Qué dice la psicología al respecto? "No es sano. Lo que le podría estar pasando a Ana Obregón es un duelo no resuelto, puede estar desarrollando un amor por sustitución", explica Lara Ferreiro.
La situación psicológica de la actriz es muy compleja: ha perdido a su hijo y sus padres en poco tiempo. La ilusión de un nuevo hijo cumple esa función restitutiva. "El amor por sustitución es una reparación patológica para la persona que lo vive. Si lo llevamos a las fases del duelo, podríamos decir que está entre la fase dos, la de la ira y la tristeza, y la tres, la del miedo y el dolor. En ese estado entre fases, surgen fantasmas, esperanzas de que la situación que provoca el duelo se resuelva. En esta fase también está contraindicado tomar decisiones importantes. Creo que antes de ir a una gestación subrogada, es mejor ir a terapia", asegura la experta.
Es indiscutible que un bebé aporta alegría a una casa. Se convierte automáticamente en el 'juguete' de la familia. En este caso, dadas las circunstancias, en esa pequeña se depositan muchas esperanzas y, también, muchas incertidumbres. Las principales, la edad de la actriz (68 años) y su situación anímica. "A Ana, este bebé le dará fuerzas para seguir viva. Pero, desde el punto de vista emocional, está en una situación difícil y en Estados Unidos no se hace ningún examen psicológico para iniciar una gestación subrogada", señala Ferreiro.
Sobre los beneficios de esta nueva maternidad, la experta tiene su opinión dividida: "Como todo, tiene sus ventajas y sus desventajas. En este caso, Ana Obregón podría tener un ciclo vital alterado; es decir, tiene edad de ser abuela y no de ser madre. En la lucha que emprendió cuando se le 'apagó la luz' [la muerte de su hijo Aless], esta niña es su motivo para vivir. Económicamente, esa hija va a estar muy bien cuidada, con mucho cariño. Ana aliviará su dolor, pero es difícil que se reponga. Esa cicatriz nunca se va a poder cerrar, pero sí que podrá sobrellevarlo mejor".
Sabemos que podemos tener una edad en el DNI y otra en nuestro cuerpo. Y otra en nuestra psique. Sentirnos algo más jóvenes nos protege de la vejez y nos da impulso para vivir de manera plena. Físicamente, Ana Obregón se mantiene en forma; anímicamente, el escenario puede ser distinto.
Para Lara Ferreiro, en este caso, la edad cronológica importa. Los años no perdonan. "Es la peor desventaja", confirma la psicóloga. "Cuando esa niña tenga 20 años, la madre tendrá 88. En ese momento, puede estar enferma, y la niña, al ser una familia monoparental, no va a poder apoyarse en otra figura. La crianza va a ser muy complicada. La niña puede ser completamente feliz, pero cuando vaya madurando tendrá que ir asimilando una historia familiar compleja. Además, es importante pensar -supongo que lo ha hecho- en una figura de guardia y custodia para cuando ella no esté", asevera la experta.
"Lo peor que le puede pasar a un ser humano es la muerte de un hijo. No hay consejos para superar ese duelo, pero hay cosas que pueden ayudar a calmar el dolor. Una de ellas es hacer terapia con técnicas de trauma. Lo segundo es que hay que tener un proyecto vital al que agarrarse; en este caso, está muy bien la fundación contra el cáncer en recuerdo de su hijo Aless. También hay que intentar transitar todas las fases del duelo, aunque nunca vaya a neutralizarse porque asistir a la muerte de un hijo es como morir en vida, pero hay que intentar hacer duelo y, sobre todo, no tomar decisiones en las fases centrales, entre la ira y el dolor. Es muy importante, igualmente, hacer rituales de despedida; por ejemplo, lo que a veces hace Ana cuando da las campanadas, ese momento de mirar al cielo, nombrar a su hijo y lanzarle un beso. Eso es un aporte de energía".
Ferreiro insiste en la importancia de tener una red de apoyo. "Es fundamental que haya una redarquía, un tejido formado por la gente que te quiere; más aún en este caso, donde se le puede juntar el duelo por sus padres", asegura. La actriz parece que lo tiene entre su entorno cercano, especialmente sus hermanas Celia y Amalia, y sus amigos y compañeros de profesión.
Las razones por las que se tienen hijos son únicas. En el caso de las gestaciones subrogadas, con un proceso administrativo largo y costoso, hay mucho tiempo para pensar por qué y para qué. La pregunta que flota en la opinión pública es si se puede reparar la muerte de un hijo con el nacimiento de otro. Salvador Dalí nació exactamente nueve meses después de la muerte de su hermano, también llamado Salvador. El genio nunca pudo superarlo y admitía en su entorno cercano sentirse el fantasma revivido del ausente.
Los tiempos de esta nueva maternidad de Obregón pueden haberse medido milimétricamente. "Este embarazo parece que ha sido muy ritualizado. La madre biológica se quedó embarazada en junio, el mes en que su hijo Aless hubiera cumplido 30 años", señala la experta para quien esta nueva maternidad va a suponer una lluvia de críticas para la actriz y el inicio de un camino lleno de dificultades. "La tacharán de egoísta y de no pensar en la edad. Puede ser una irresponsabilidad porque es una familia monoparental y también se enfrenta a la dificultad de contarle el trauma a su hija, quien quizá pueda sentirse a la sombra de un hermano fallecido", concluye la psicóloga.