La siesta de la cuchara: el método de Dalí para ser más creativo

  • ¿Puede la siesta ayudarnos a ser más creativos y a despertar nuevas ideas? La ciencia dice que sí

  • La ciencia avala que la siesta de la cuchara que practicaba Salvador Dalí nos permite ser más resolutivos

  • ¿En qué consiste esa siesta que puede ayudarte a ser más eficiene en tu día a día?

Cosas que representen a los españoles hay muchas, pero pocas como la siesta. Esa cabezadita de después de comer o tras acabar de trabajar que consigue revitalizarte para el resto de la tarde. Algo por lo que el resto del mundo nos considera vagos. Sin embargo, a lo largo de los años la ciencia ha ido estableciendo como la siesta puede ser beneficiosa para nuestra salud, especialmente si lo hacemos como está recomendado, una cabezada corta, nada de estar horas roncando en el sillón. En todo caso, más que recuperar sueño perdido, la siesta puede ayudarnos a ser más creativos, o eso dicen los científicos.

La siesta de la cuchara

La ciencia se ha fijado en las siestas de Salvador Dalí que él mismo explicó que le ayudaban a madurar sus ideas y a potenciar su creatividad, un método que bautizó como la siesta de la cuchara. ¿En qué consiste? Lo que el pintor catalán hacía era acostarse siempre con una cuchara en la mano y dejaba, justo debajo, un platito para que justo en el momento en el que se dormía, la cuchara se cae sobre el plato despertándolo. En base a esto, el artista decía que ese breve sueño le permitía potenciar su creatividad y le hacía despertar nuevas ideas.

Pues bien, parece que la ciencia apoya la teoría de Dalí. En 2021 el Instituto del Cerebro de París de la Universidad de Soborna publicó un estudio en la revista Science Advances en el que apuntaba que la creatividad aumenta tras un sueño ligero, antes de llegar a dormirse profundamente. Ese punto entre estar despierto y llegar a la primera fase del sueño se lo conoce como hipnagogia, una sensación que seguramente habrás experimentado en más de una ocasión porque puedes notar la sensación de estar cayéndote o llegar a tener alguna alucinación.

Más resolutivo y creativo

Para el estudio reunieron a 103 voluntarios a los que se les pidió resolver un problema matemático, que tenía su propio truco, aunque no era muy evidente. Se les pidió resolverlo y no tuvieron éxito, solo 16 lo lograron. Es entonces cuando se le pide al resto que se echen lo que ya conocemos como la siesta Dalí o la siesta de la cuchara y así ver cómo se desenvolvían después. En concreto tuvieron 20 minutos para descansar con una botella en la mano y estando conectados a una máquina para observar sus ondas cerebrales.

De esta manera, los dividieron en tres grupos. El primero se había despertado con la caída de la botella y registró sus pensamientos. El segundo fue creado con personas que estuvieron despiertas y, el último, con los que lograron llegar a dormirse profundamente.

¿Los resultados? El 83% de los que habían tenido una siesta al estilo Dalí lograron resolver el problema al despertarse, mientras del grupo de los despiertos solo el 31% y el 14% de los que se habían dormido por completo. Por tanto, los que se echaban esa siesta tienen tres veces más de posibilidades de encontrar la solución que el resto de los grupos.

“Estos resultados sugieren que hay un punto óptimo para la creatividad en el suelo en el cual los individuos están suficientemente dormidos para acceder a elementos inaccesibles en la vigilia, pero no demasiado como para olvidarlo al despertar”, explicó el psicólogo de la Universidad de Santa Mónica Jonathan Schooler a una publicación científica.