Ser adicta a una persona tóxica es más frecuente de lo que parece y puede suceder en todas las edades y en todas las fases de la vida. De hecho, es frecuente superar los 50 'enganchado' a una relación que hace daño y que lesiona la autoestima. La psicóloga Lara Ferreiro, autora del libro 'Adicta a un gilipollas', ha creado un método que permite reconocer esta adicción y superarla. Así lo explica en el vídeo y en la siguiente entrevista.
¿Qué es la adicción emocional?
Es un enganche tóxico y disfuncional que se crea entre una persona adicta y otra tóxica. Este enganche le genera dolor, sufrimiento, inestabilidad emocional y frustración. La adicción emocional es similar a la de otras sustancias, como el alcohol o las drogas. Mi experiencia en un centro de desintoxicación de drogas me hizo darme cuenta de que igual que existía la adicción a las drogas, existía la adicción emocional. Estamos hablando de una obsesión, una atracción irresistible, irrefrenable, por conseguir 'consumir' a esa persona, con pérdida de control de impulsos, sobre todo.
¿Cómo la reconocemos?
He creado un 'yonqui-test' con siete ítems muy definitorios. Hay que preguntarse si en nuestra relación siempre acabamos dolidos o frustrados, si no conseguimos la relación de pareja que queremos, si hemos permitido comportamientos tóxicos, si nuestra pareja nos 'engancha' como una droga emocional, si lo aguantamos todo por amor, si repetimos patrones en nuestro tipo de pareja y si nos falta auto-estima.
¿Podemos superarla?
Primero hay que identificar que tenemos esa adicción, eso es muy importante. Sin eso, no hay nada. Además, he creado un programa pionero de desintoxicación de seis semanas, parecido al de desintoxicación de las drogas, pero aplicado a parejas. En Psicología, esas seis semanas es el tiempo mínimo que se necesita para deshacer ese tipo de vínculos.
¿Cómo transcurren esas seis semanas?
La primera es la de la ruptura decidida y en la última abordamos un plan de prevención. Entre medias, hay que pasar por las seis etapas del duelo, del dolor intenso a la neutralización. En ese duelo habrá negación y viviremos un fuerte shock emocional; pasaremos por el volcán de las emociones hasta caer en el 'pozo negro', la fase de más desesperación. Poco a poco, conseguiremos remontar adaptándonos a la nueva situación, lograremos extraer un aprendizaje, y, finalmente, conseguiremos neutralizar a la persona tóxica.
¿Después del duelo, qué viene?
Después, hay que abordar un plan renove, superar el síndrome de abstinencia y diseñar lo que será una nueva etapa personal. Es importante saber qué tipo de adicta somos, existen diez clases relacionadas con el tipo de persona tóxica que sea la pareja. A partir de ahí comienza un proceso que durará 42 días.
¿A qué te refieres por el plan renove?
Es la fase tres del 'desenganche'. Se trata de renovar casa y amistades. Se hace el reparto de los objetos de cada uno (y se envían por mensajero, no hay que verse) y se bloquea a la persona tóxica en las redes sociales. Hay que quitar fotos, objetos etc. La fase del síndrome de abstinencia, la siguiente fase, es peligrosa. Ahí es donde se quiere consumir la droga, por mucho daño que nos haya hecho. El objetivo es controlarse a través de lo que llamo 'el semáforo de consumo'. Tenemos tres estados emocionales: verde, ámbar y rojo. Cuando estamos en rojo, se consume. Cuando se tiene ese deseo de 'consumir' a la persona hay que hacer una serie de técnicas para bajar y llegar al verde.
¿Cómo culmina el programa de desintoxicación?
En la fase cinco, la del nuevo comienzo, hay que apuntarse a distintas actividades, es una semana muy movida. La seis es un plan de prevención, de anti-caída, que enseña qué hacer si se vuelve. Tanto en la web como en mi libro hay descargables para poder llevar las tareas al día. Y muy importante, en el caso de las personas con hijos, hay un programa específico para evitar caer en la adicción.