Cómo parar los 60.000 pensamientos intrusivos de tu día: "Una mente que divaga es una mente infeliz"
Tenemos 60.000 pensamientos al día, más de 40 al minuto: ¿nos controlan ellos a nosotros o nosotros a ellos?
Monia Presta, psicóloga clínica: "El 80% de nuestros pensamientos son negativos, pero podemos revertir esta manera de pensar continuamente introduciendo hábitos de autocuidado"
Siete recomendaciones de experta para rebajar la producción de pensamientos
Pensar. Dedicamos nuestro tiempo a estar pensando, no siempre de manera productiva. Pensamos incluso cuando no queremos hacerlo. Pensamientos incesantes, que se recrean, sobre todo, en el pasado y el futuro. Si pensamos mucho en el pasado, la tristeza puede asomar. Si nos dirigimos al futuro, probablemente suframos ansiedad. ¿Y el presente? El presente es eso que pasa entre que vamos y venimos de lo que ya ocurrió a lo que ocurrirá.
Algunos de estos pensamientos consiguen instalarse de manera casi obsesiva, dando lugar la famosa rumiación. Lograr parar esta 'mente mono', llamada así para definir la caótica organización de nuestras ideas, es uno de los principios del bienestar y también el objetivo del libro 'Tu Cerebro Emocional: saca partido de lo que sientes y transforma tu vida' (RBA), escrito por Monia Presta, psicóloga clínica especializada en gestión emocional, neurociencias, psicofisiología clínica, sexología y terapia de pareja.
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Tenemos 60.000 pensamientos al día, más de 40 al minuto, muchos de ellos anticipatorios y negativos. ¿Nuestra mente está programada para no dejar de pensar?
El cerebro procesa información continuamente, también cuando dormimos. Efectivamente, nuestro cerebro procesa 60.000 pensamientos diarios de los cuales la mayoría son negativos, el 80% aproximadamente.
¿Por qué son pensamientos malos?
Son negativos porque tienen que ver con la sobrevivencia del ser humano y la evolución de la especie. El hombre de las cavernas tenía que detectar los peligros y amenazas del ambiente. Era y es una manera para solucionar los problemas y reaccionar lo más rápidamente posible frente a los peligros. El cerebro está programado para centrarse en pensamientos negativos para permitirnos sobrevivir. Por eso es tan difícil alcanzar el bienestar y la felicidad interior si no se hace un trabajo psicológico de consciencia y crecimiento personal. Con mi Método TIE, la Terapia Integradora Estratégica, ayudo las personas a lograr este bienestar interior psicológico y físico.
Se dice que una mente que divaga es una mente infeliz. ¿Estás de acuerdo? ¿Realmente es positivo pensar tanto?
Una mente divagante y con escasa atención sobre el presente es una mente estresada e infeliz. Pensar mucho no es positivo. En mi libro 'Tu Cerebro Emocional: saca partido de lo que sientes y transforma tu vida', hablo del hecho de que la mente miente. Al revés de lo que decía Descartes, hay que dejar espacio al sentir, porque la mente engaña. Hoy en día ya no vivimos rodeados de dinosaurios y al mismo tiempo vivimos como si fuéramos todavía en el paleolítico porque nuestro cerebro está programado para solucionar problemas. Si añadimos que en la sociedad 3.0 hay que correr, ir de prisa y no dejar espacio al Dolce Far Niente (el arte de no hacer nada) todo este mecanismo se agrava.
¿No hacer nada de vez en cuando es terapéutico?
El Dolce Far Niente ayuda a calmar la mente y centrarnos en el presente, en el aquí y ahora. El modo simpático en que vivimos dispara el cortisol tóxico, aumenta la frecuencia cardíaca y respiratoria y dispara la ansiedad. Poder serenar la mente activando el modo parasimpático es una manera para bajar revoluciones y centrarse en el presente que es lo único que existe. Por tanto, poder pensar menos y activar el sentir a 360 grados es una solución óptima para conectar con nuestra brújula interior, las emociones y ser felices en nuestras vidas. Mi lema y lo que transmito a mis pacientes es: "Quiero vivir en modo simpático". Sabemos que el cerebro es neuroplástico, que significa la capacidad de generar nuevas neuronas y por tanto nuevos aprendizajes a lo largo de toda la vida. Y esa es la maravilla de nuestra mente.
¿Podemos bajar la producción de pensamientos con cambios en el estilo de vida?
Podemos revertir esta manera de pensar continuamente introduciendo nuevos hábitos de autocuidado para calmar los pensamientos y entrar en un estado de serenidad interior. El cerebro necesita 21 días para crear nuevas conexiones neuronales y 66 para integrar los nuevos hábitos. Con constancia y 'dedic-acción' es posible conseguir un estado de paz y felicidad interior.
Bajar los decibelios
¿Qué nos supone tanto ruido mental? ¿Qué consecuencias tiene para nuestra salud?
El ruido no permite activar el modo parasimpático, no permite centrarse en el presente y dispara trastornos como la ansiedad, la depresión y conectar con nuestras emociones y necesidades más profundas. Los pensamientos recurrentes y negativos tienen a que ver con la función adaptativa que he descrito anteriormente. La mayoría de los problemas psicológicos y físicos que tienen las personas están conectados con la represión de las emociones, que nos indican el camino a seguir para tomar decisiones correctas y tener salud integral. Identificar y gestionar bien las emociones son factores claves para tener salud psicofísica.
¿El ruido externo también afecta a la actividad mental?
El ruido externo puede generar fatiga, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, menor capacidad de adaptación al ambiente y el síndrome de indefensión aprendida que influye en la gestión de la conducta emocional y cognitiva. Dejar la mente en blanco es un bálsamo para nuestra salud.
¿Puede ser el silencio el antídoto a una mente divagante? ¿Qué beneficios nos reporta el silencio?
El silencio ayuda a regenerar el cerebro, así como se regenera durante la noche cuando dormimos. De hecho, favorece la regeneración neuronal y cerebral, activa el sistema parasimpático, baja las pulsaciones y calma la respiración. Además, permite conectar con nosotros mismos, nuestras emociones, escucharnos y mejorar la salud emocional, psicológica y física.
Entre los recursos habituales para parar la rumiación están la meditación o el mindfulness, la psicoeducación o la reestructuración cognitiva. Además, has creado el método TIE (Terapia Integradora Estratégica). ¿En qué consiste?
El método TIE consiste en reconocer nuestras emociones, abrazarlas, conectar con nuestras necesidades, nuestro cuerpo y gestionar bien las emociones para pensar mejor y actuar de manera beneficiosa para nuestras vidas. Recomiendo igualmente practicar la Teatroterapia y Arteterapia, que también forman parte de mi método. Las artes nos conectan con el sentir, con el juego, el niño interior. Son fundamentales para estar en el aquí y ahora y reducir el ruido mental.
Tiempo para nosotros
Puesto que todos estamos expuestos a nuestros pensamientos, ¿qué nos recomiendas en el día a día? ¿Qué podemos hacer para que no se apoderen de nuestra vida?
Ante todo es importante dedicarse diariamente un espacio de 25 minutos mínimo a una hora, el tiempo ideal, con rutinas de autocuidado personal. Puede ser a primera hora antes de empezar todas las actividades del día. Hay que ponerlo en la agenda, así como se ponen todas las actividades. Con la neuroplasticidad cerebral es posible introducir el nuevo habito en 66 días.
¿Y otras recomendaciones?
En mi libro comparto 21 ideas sencillas para mejorar tu vida y mantener el equilibrio interior. Las siete fundamentales:
- Practicar el Dolce Far Niente.
- Dejar un espacio a la improvisación sin programar nada durante un día y sorprenderse. Eso ayuda a ser más relajados, flexibles y entrar en un estado de flow, de fluir.
- Volver a jugar. Buscar un hobby que ayude a conectar con el niño o niña interior. Cuando se juega se conecta con el tiempo presente, así como hacíamos de niños. Es un estado de despreocupación y conexión con la espontaneidad, las emociones y el placer.
- Practicar yoga, pilates, deporte y ejercicios de relajación.
- Hacer détox digital para dejar la mente en blanco.
- Escuchar música relajante, ayuda a tener un humor más positivo y optimista y activar el sistema parasimpático.
- Ver películas divertidas para activar todos los músculos de la cara y los neurotransmisores de la felicidad.