Hasta la mitad de la vida, aprendemos de los demás y tomamos de los otros conocimientos y experiencias. En la segunda parte, hay que devolver lo atesorado en esos años. Esto se dice, a grandes rasgos, en muchas corrientes filosóficas. Y aunque el concepto es de una profunda belleza, se puede enriquecer con otro: siempre se puede empezar algo nuevo, siempre podemos ser principiantes en algo.
Pati Galatas también fue en su momento principiante en la práctica del yoga. Hoy, es un referente en esta disciplina que ha logrado trasvasar mucho de sus conocimientos en 'Yoga para cambiar tu vida' (Lunwerg), la crónica de un viaje de crecimiento personal a través de esta disciplina milenaria. La muerte de su marido empujó a Galatas a buscar otro sentido a su existencia. El yoga fue así convirtiéndose en un refugio de paz, pero también en una fuente de fuerza, clarividencia y templanza. ¿Quién no quiere algo de esto para sí mismo? La buena noticia es que se puede llegar al yoga desde cualquier momento vital, desde cualquier edad. A los cincuenta también. Así lo confirma Pati Galatas en esta entrevista para Uppers.
Los cincuenta son una edad simbólica, es como si comenzara la segunda parte de la vida. ¿Qué crees que nos aporta el yoga en esa parte del camino?
Los cincuenta son una edad fantástica. Es cierto que es una etapa en la que se producen cambios fisiológicos importantes en la mujer que influyen en la energía, las emociones, el descanso. Si no te lo cuentan antes, puede ser muy desconcertante, pero es un periodo que no dura para siempre. La práctica de yoga y una alimentación limpia son herramientas poderosas que te ayudan a navegar esta etapa vital, a manejar los tsunamis emocionales, a volver a tu centro una y otra vez y a dormir mejor. Puedes hacer una práctica de yin yoga o yoga nidra antes de dormir. Las posibilidades son infinitas.
¿El yoga ayuda a envejecer mejor?
Pensar que a partir de tal edad ya no puedes hacer esto o lo otro no es real y puede llegar a ser muy limitante. Debe ser el propio cuerpo y la sabiduría interna la que dicte los ajustes que has de ir haciendo. Ni falsas creencias ni que te dicen los demás. Escuchas a tu cuerpo y actúas en consecuencia. Eso es lo que aprendemos en la práctica de yoga, aceptando lo que viene con naturalidad. El yoga ayuda a envejecer mejor porque te mantiene en forma y en contacto con tu interior, con lo que es realmente importante, con lo que es inalterable, que nunca envejece.
Si nunca se ha practicado yoga, ¿los cincuenta pueden ser un buen momento?
Diría que los cincuenta, como cualquier otra edad, es un momento magnifico para empezar con la práctica de yoga también. Sinceramente, no le pongo cifras a la vida. Hoy puedo hacer más cosas de las que hacía antes, en todos los sentidos, incluyendo muchas posturas de fuerza o flexibilidad que me parecían imposibles hace años.
En tu caso, la edad ha sido una ventaja...
Hoy estoy más y mejor entrenada física, mental y emocionalmente. Y eso solo te lo da el tiempo, la constancia y, en mi caso, una práctica de yoga continuada en el tiempo. Mi maestro siempre decía que debía trabajar mas vez más la fuerza cada año que pasara porque con el tiempo vamos perdiendo masa muscular. Ahora, mis prácticas son más conscientes, como todo lo que hago en general. Y eso lo da la edad.
Imagina una persona mayor que está pensando en iniciarse en el yoga. ¿Qué le dirías para animarla?
Le diría que pruebe una clase, sin juicios ni exigencias. Que deje las expectativas a un lado y empiece a moverse en la esterilla. Y que cuando acabe tumbada en la postura final de savasana se tome un momento para sentirse y comprobar la diferencia en el estado de la persona que entró por la puerta del estudio y la que sale. Y que entonces valore el regalo de la práctica. Es solo una hora de su vida que lo puede cambiar todo.