Cómo hacer que a tu cerebro no lo domine la ansiedad este verano: "Desconectar no es tan fácil"

Para la mayoría, el verano es sinónimo de playa, paz y descanso. Pero a algunas personas la temporada estival les provoca ansiedad, estrés y depresión. El calor hace que nuestro cuerpo consuma mucha energía para regular la temperatura interna, lo que mantiene al cerebro hiperactivado, en un estado de aceleración que nos altera el sistema nervioso.

Además, en verano nos cuesta más conciliar el sueño, y la falta de descanso aumenta los síntomas de angustia. Las altas temperaturas acentúan nuestra sensación de agobio e influyen negativamente en nuestro estado de ánimo. Por no hablar de que aunque el verano sea sinónimo de vacaciones, estas no cubren toda la estación. Por lo tanto, habrá días de mucho calor en los que también estaremos obligados a ser productivos.

La ingeniera especialista en neurociencia Ana Ibáñez, autora de 'Sorprende a tu mente' (Planeta), nos explica que "cuando hablamos de ansiedad es como si nuestro cerebro estuviera viendo 'visiones' de una situación estresante, aunque no exista ningún estrés o peligro real. Es decir, es un producto de nuestra mente no consciente, de nuestra imaginación, y puede durar mucho tiempo, años incluso".

La pataleta de un niño asustado

Por eso, cuando en el día a día algo hace que nuestro cerebro recuerde alguna de esas situaciones que tenemos almacenadas en las que sintió miedo en el pasado, la ansiedad se adueña de nosotros, a pesar de que ni siquiera seamos conscientes de que registramos aquella información. En estos casos Ibáñez compara al cerebro con un "niño asustado que está haciendo una pataleta para demostrártelo".

¿Cuál es la solución que plantea? "Utilizar con nuestro cerebro las mismas técnicas que utilizaríamos para calmar a un niño asustado". Es decir, "lo despistas con otra cosa". "Cuando un niño aparta su foco de atención de la situación que le asusta y ve otra que le motiva, se calma instantáneamente. Y eso es exactamente lo que tienes que hacer. Después de aceptar los síntomas que tu cerebro te provoca, vas a despistarlo con otra cosa. Vas a ponerte una canción que te guste, vas a coger el teléfono y llamar a alguien, vas a salir a dar un paseo, te vas a poner a hacer algo manual, vas a hacer deporte... Lo importante es hacer cualquier cosa salvo quedarte más tiempo mirando la 'pataleta' de tus síntomas", detalla la experta.

Mover el foco hacia otro lugar

"Si dejas de prestar atención a esos síntomas y llevas tu atención a otro lugar, empiezan a pasar cosas muy interesantes. No se trata de ignorar un sentimiento, sino de mover el foco hacia otro lugar mucho más agradable", añade la también especialista en alto rendimiento cerebral. "Cuando en un momento de ansiedad pones una canción que te gusta y bailas un poco, cuando sonríes, aunque no tengas ganas, cuando hablas con alguien de otra cosa, tu cerebro se queda perplejo. Se pregunta: ¿cómo voy a estar asustado si estoy bailando? ¿Si estoy hablando de otras cosas? Y empieza a relajar su miedo".

También hay ocasiones en las que nos sentimos momentáneamente bien pero terminamos volviendo a las andadas. "¿Cuántas veces, cuando sientes ansiedad, empiezas a hablarte a ti mismo desde la desesperación? ¿Cuántas veces te dices: 'Ya está aquí otra vez', 'Esto me va a pasar siempre', 'Me siento fatal', 'Esto me supera' y un largo etcétera? Cada vez que te asustas por lo que estás sintiendo, estás dándole razones a tu cerebro para seguir sucumbiendo al miedo. Ve el miedo en ti y entonces se asusta aún más. Rompe esa cadena. Acepta que lo que te pasa es incómodo, fruto de un sistema que quiere protegerte, pero no le hagas caso. Ten la certeza de que si logras hablarle y tranquilizar a ese niño, el malestar va a ceder", concluye la experta.

Más consejos contra la ansiedad de verano

Además de seguir la técnica de Ibáñez hay otro consejos que podemos seguir para superar la ansiedad en los meses de temperaturas altas. Es vital evitar las bebidas con cafeína o con mucho azúcar, y también el alcohol, que aumenta la temperatura corporal.

Asimismo, conviene evitar las comidas en grandes cantidades y muy grasas. Por último, es aconsejable utilizar ropa que transpire el sudor y evitar la actividad física intensa, especialmente en las horas centrales del día.