Esa sensación de que has compartido algo importante para ti y nadie lo ha entendido. O ese momento en el que querías explicar algo, aparentemente sencillo, a tu compañero de trabajo y habéis acabado a gritos. No estás solo. Tras una reunión desastrosa con un empresario de éxito que estaba convencido de estar rodeado de idiotas, el coach Thomas Erikson decidió que había que hacer algo y, para ello, ideó un revolucionario método de clasificación del comportamiento que divide a las personas en cuatro tipos: los Rojos, dominantes y ambiciosos; los Amarillos, espontáneos y optimistas; los Verdes, pacientes y amables, y los Azules, metódicos y precisos.
A esta clasificación de personalidades le siguió un libro: 'Rodeado de idiotas', un compendio de herramientas para identificar estos cuatro tipos e interactuar con ellos. Con un trasfondo psicológico y partiendo de situaciones cotidianas, nos permite mejorar nuestras habilidades sociales y afrontar los conflictos en nuestra vida profesional y personal con el objetivode sacar lo mejor de nosotros mismos y de aquellos que nos rodean. 'Rodeado de idiotas' lleva más de 10 millones de ejemplares vendidos. ¿Qué es lo que le convierte en un libro tan imprescindible? El propio Thomas Erikson lo explica en una entrevista para Uppers.
¿Por qué escribiste 'Rodeados de idiotas'? ¿Te sentías rodeado por ellos?
¡En absoluto! Pero todos nos hemos sentido en esa situación de estar en una reunión, por ejemplo, y sentir que eres el único que se está enterando de algo. Y algunas veces nos hemos ido de sitios así, con esa sensación de estar rodeados de idiotas.
¿Por qué solemos creer que 'los otros' son idiotas?
Creo que no nos comprendemos y que tendemos a poner etiquetas, sobre todo negativas. De hecho, no hay tantos idiotas por ahí como creemos. Son muy pocos, pero se mueven mucho, así que nos los encontramos bastante.
¿La sensación de estar rodeados de idiotas implica cierta idea de superioridad o, simplemente, es la sensación de 'Nadie me comprende'?
Quizá no exactamente superioridad, pero tendemos a creernos una especie de referente de lo que los demás deberían ser, pensar o actuar. En cuanto las personas empiezan a hacer cosas diferentes a las nuestras, el tema se complica. Cuanto más alejado esté alguien de mi comportamiento normal, más extraño me va a parecer. Para mí, esa es la clave.
¿Esa especie de idea de superioridad revela poca empatía y compasión en nuestra sociedad?
Un estudio de la Universidad de Michigan muestra que la empatía ha disminuido en el mundo un 40% en los últimos 30 años. La mayoría de esa pérdida ha ocurrido después de 2005, el mismo año en que se lanzó Facebook y el primer iPhone. Seguramente, hay más causas, además de las redes sociales, pero sin duda nos ha afectado, tanto a nosotros como a la sociedad en la que vivimos.
¿La diversidad es el antídoto que una sociedad tiene para la falta de empatía?
Creo que cuanto más diverso es un grupo, mejor. Da más perspectiva; por ejemplo, vemos diferentes maneras de pensar y de resolver problemas. El truco es encontrar líderes que sepan tratar con todos los tipos de personas. Si el líder -da igual qué tipo de liderazgo ejerza- está lleno de prejuicios, así terminarán la mayoría de las personas a las que se dirige.
Al cumplir años, ¿nos sentimos más o menos comprendidos por los demás?
¡Qué gran pregunta! Tengo 58 y ya no trato de convencer a la gente de nada. He descubierto que no se puede cambiar a la gente. Al único que me puedo cambiar es a mí y ya es bastante complicado. En general, me siento menos incomprendido porque ya sé cómo expresarme para que los demás entiendan lo que quiero. La comunicación depende del receptor y si no le llego a alguien, tendré que volver a intentarlo.
En tu libro hablas de cuatro personalidades: roja, amarilla, verde y azul. ¿Cómo defines cada una de ellas?
Las personas rojas son persuasivas, les gusta decidir y son competitivas; no paran hasta lograr sus objetivos. Las amarillas son optimistas, entusiastas, creativas y muy sociales; son básicamente felices. Las personas verdes son ideales como amigos, saben escuchar, son pacientes, saben trabajar en equipo y dar apoyo a los demás cuando es necesario. Por último, la personalidad azul corresponde a personas curiosas, reflexivas y muy detallistas. También pueden ser reservadas.
¿Cómo se relacionan con los demás cada una de estas personalidades?
Los rojos y los amarillos son extrovertidos y se las arreglan bastante bien. Verdes y azules son introvertidos, pero también se relacionan bien. La conexión entre amarillos y verdes funciona porque ambos creen firmemente en lo que hacen. Pasa algo parecido con los azules y los rojos, muy buenos cumpliendo tareas y objetivos. Pero, a partir de ahí, surgen retos continuamente.
¿Cuáles son nuestros 'pecados' cuando nos comunicamos con los demás?
Asumir que los demás son, actúan y piensan como nosotros. Pero no es así. Al margen de quien seas, aunque seas absolutamente brillante, siempre estarás en minoría. Nos falta autoconocimiento, no nos conocemos lo suficiente.
¿Qué consejos nos das para evitar esa sensación de que somos unos incomprendidos o de que nos rodean los idiotas?
Primero, ¡leerse mi libro! También puedes hacer el test de mi web (surroundedbyidiots.com). Pero, básicamente, mírate al espejo: cuanto más te entiendas a ti mismo, más entenderás por qué no te comprenden los demás. Y recuerda: no puedes cambiar a nadie, pero sí puedes cambiarte a ti.