El speedwatching o consumo acelerado de videos, ¿cómo afecta a la atención de tus hijos?
El speedwatching es un fenómeno cada vez más común en las generaciones jóvenes, aunque afecta a todos los sectores de la población
Se trata de la reproducción de contenidos a velocidades más rápidas de aquellas con las que fueron producidos
Esta nueva costumbre se suma al consumo compulsivo de videos, 'reels', memes o 'stories' producidos en plataformas como Tik Tok
Si tienes un hijo, hija o hije adolescente, alguna vez habrás notado que escucha audios que parecen enviados por Alvin y las Ardillas. En realidad, esque ha activado una función de reproducción rápida: 1,5 x o 2 x, significando esto último que está escuchando un audio al doble de la velocidad normal. Son cada vez más las personas reproducen los vídeos y podcast de las plataformas a estas velocidades. ¿Por qué? Y más importante aún ¿esto puede tener consecuencias?
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Esta tendencia, conocida como 'speedwatching', es mucho más frecuente en los grupos de adultos jóvenes y adolescentes, aunque todos los sectores de la población son susceptibles de recurrir a ella en algunas ocasiones, según los expertos. "Es un modelo de consumo que ofrece varias ventajas, aunque también tiene consecuencias -apunta Sylvie Pérez, psicopedagoga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)-, más aún en las generaciones jóvenes que se encuentran en un periodo de formación y aprendizaje, así como en un proceso de madurez de capacidades como la atención, la retención, la comprensión y la memoria", sostiene.
Velocidad de los jardines
Desde que la plataforma de vídeo YouTube introdujo la posibilidad de acelerar la velocidad de un vídeo en 2010, distintas aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram, redes sociales como TikTok, y los podcast o plataformas de vídeo en directo como Netflix o Amazon Prime Video ofrecen entre sus funciones la opción de incrementar la velocidad del contenido de 1x hasta 1.25x, 1.5x e incluso 2x. Una herramienta que hoy en día es una pauta común para el consumo de audios, vídeos y conferencias que el alumnado utiliza en su etapa educativa.
"El 'speedwatching' es la respuesta a visualizar las cosas desde un mundo con prisas, en el que la gestión de los tiempos de espera no es suficiente. De hecho, en muchas ocasiones y en muchos campos se está yendo demasiado rápido en este proceso, especialmente para los más jóvenes, incluso adolescentes", comenta Pérez.
¿De dónde viene esta costumbre? "Si no tienes tiempo... -dice Coco (17), escuchar audios es insoportable, da muchísimo palo. Y luego hay gente que te manda cosas de dos o tres minutos y no me gusta tener que quedarme pegada a eso". Una generación que tiene los dos o tres minutos como límite de lo tolerable. Otros factores que explican el 'speedwatching' son, aunque resulte obvio, el propio hecho de que exista la posibilidad. Prácticamente no hay plataforma de contenidos que no tenga ya incorporada esa función. Y a la 'falta de tiempo' se suma la ansiedad por no participar de alguna acción o actividad, también conocida como miedo a estar ausente o fenómeno FOMO, por sus siglas en inglés.
Consecuencias
Según Pérez, la estimulación rápida y permanente genera una gratificación en el cerebro y no requiere tanto esfuerzo mental. "Y debido a esta estimulación constante, es normal que no se procese toda la información aportada y se pierda la valoración del esfuerzo que hace el emisor del mensaje, ya sea el profesor, un compañero o el propio producto audiovisual", advierte Pérez.
En cuanto a datos concretos sobre el 'speedwatching', según el gigante tecnológico Google y Alphabet, "los usuarios de YouTube ahorraron un promedio de más de 900 años de tiempo por día al mirar vídeos a velocidades más rápidas". 900 años que no vivirán, claro.
"Aunque a muchos de nuestros usuarios les encanta esta función, para algunos la velocidad todavía no es lo suficientemente alta. Incluso hemos recibido solicitudes para agregar velocidades de reproducción de 3x, 3.5x y 4x", destacaba Neal Mohan, director de producto de YouTube en 2022.
Ocurre los mismo con el consumo de podcasts: las estadísticas del consumo España durante este año publicadas por la plataforma iVoox reflejan que hasta un 10,48 % de los usuarios escuchan los programas a una velocidad acelerada. "La retención y comprensión de la información permite interiorizarla y desarrollar sobre esta base la capacidad crítica, pero con el consumo acelerado estamos anulando esa capacidad, así como la atención o la gestión de los tiempos de espera", explica la experta sobre los posibles efectos de esta tendencia de consumo.
Riesgos y posibles beneficios
Un reciente trabajo de la Asociación Americana de Psicología (APA) señala que reproducir más rápido un vídeo, en este caso una conferencia, por un lado tiene el beneficio de recibir una mayor cantidad de información en menos tiempo, pero por otro afecta a la comprensión de dicho contenido.
"Actualmente, vivimos en la cultura de la prisa y el estrés, un modo de vida que puede afectar en mayor medida a los jóvenes y menores en etapas educativas. Los adultos mayores tienen el cerebro formado, pero un menor, adolescente o joven se encuentra en una fase de construcción, por lo que su cerebro es más frágil y mucho más débil", argumenta la psicopedagoga, quien detalla que, si este tipo de consumo se prolonga o se convierte en costumbre, "se necesita mucho más esfuerzo para contrarrestar el daño que esto haya podido ocasionar en capacidades como la atención, la concentración, la retención, la memoria o la crítica, así como en el desarrollo cognitivo, emocional y social".
Por otro lado, estudios recientes explican que los adultos más jóvenes pueden ver vídeos de conferencias a velocidades más rápidas sin déficits significativos en la memoria, mientras que el rendimiento de los adultos mayores a velocidades más elevadas se ve afectado. Es más, las velocidades de reproducción más rápidas pueden llegar a reducir las distracciones en los jóvenes, un grupo social más propenso a distraerse.
"Ante tanto estímulo acelerado, el cerebro 'se aburre' y, si no recibe este tipo de estímulo a esa velocidad, se vuelve más pasivo, ya que no está acostumbrado a estar atento ni concentrado, sino exclusivamente a la recepción de estímulos. Fenómenos como el 'speedwatching' hacen que nos volvamos más primitivos y solo actuamos ante el estímulo-respuesta sin procesamiento de la información", detalla la experta de la UOC.
"Convertir el 'speedwatching' en una norma puede causar graves consecuencias en los grupos sociales más jóvenes, por lo que se debe recurrir a esta técnica de una forma consciente y responsable, evitando su abuso continuado para asegurarse tanto la comprensión de los mensajes como el disfrute del contenido audiovisual", concluye Pérez