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La felicidad, como concepto, puede variar según la persona. Sin embargo, en lo que todos estamos de acuerdo es que queremos experimentarla, al menos a dosis puntuales. Con darse cuanta del momento en que ocurre ya estaríamos avanzando mucho. Podríamos decir que se trata del condimento secreto para desarrollarnos plenamente en todos los ámbitos de la vida.
Según una de las conclusiones del estudio que la Universidad de Harvard realiza sobre esta emoción desde hace más de 80 años, la edad a la que más felices son las personas es a partir de los 60 años. Además, asegura que "todo el mundo puede dar giros positivos a su vida".
En ocasiones, es complicado saber por dónde comenzar ese cambio en nuestra rutina aunque, según el psiquiatra Enrique Rojas, hay nada más y nada menos que siete consejos que, si sigues en tu día a día, podrían llevarte hasta la felicidad plena.
Durante los años de vida, acumulamos errores y fallos que, incluso pasada una larga temporada, siguen apareciendo de forma recurrente en nuestra mente. Por ello, es importante “cerrar las heridas del pasado, reconciliarse y saber perdonarse a uno mismo”.
En este caso, entre cabeza y corazón. Según el doctor, “son dos grandes componentes de nuestro patrimonio psicológico que muchas veces se llevan a la gresca”. Por eso, es muy importante saber crear una armonía entre ambos.
La vida al fin y al cabo es un cúmulo de acontecimientos que ocurren y se suceden como si de una montaña rusa se tratase, sin embargo, es importante tener siempre la capacidad de “ver el ángulo bueno”. Rojas señala que para ello, lo que hacen os psiquiatras es “cambiar el foco de atención de una persona”.
Es una pieza esencial. Según Enrique, debe ser “firme, sólida, consistente y pétrea”.
Igual de importante es tener claras las ideas sobre el futuro, del que tú mismo eres el encargado de crearlo alrededor de un cuadrado de temas: amor, trabajo, cultura y amistad. El psiquiatra afirma que “la felicidad es una tetralogía en la cual tienes vida afectiva, vida profesional, la cultura, que es la estética de la inteligencia y la amistad”.
Cuando eres joven, mantienes siempre la continua premisa de querer vivir sensaciones intensas y fuera de lo común que alimenten tu espíritu más aventurero. Sin embargo, con el paso de los años, el pensamiento cambia y prefieres vivir en paz, lo que aporta tranquilidad a tu organismo.
“Una persona se hace vieja cuando sustituye sus ilusiones por sus recuerdos y cuando mira más hacia atrás que hacia delante”, dice el doctor que opina que, para conseguir mantener la ilusión, es importante contar con retos, objetivos y planes por delante.