Después de su nominación a mejor actriz de reparto en los premios del Sindicato de Actores Penélope Cruz entraba en las quinielas de las nominaciones a los Oscar por su papel de Laura Garello, mujer de Enzo Ferrari, en el biopic del creador de la escudería italiana, película que se estrena en apenas dos semanas en España. Finalmente, no ha podido ser, pero la actriz ya ha ido dando píldoras de su trabajo en 'Ferrari' que no ha sido precisamente sencillo, pues su relación con el mundo del motor no ha sido siempre demasiado agradable.
Junto a Adam Driver la actriz protagoniza una de las películas más esperadas, pero en una entrevista para Elle, la de Alcobendas ha expresado que es paradójico que esta película le esté dando tantas alegrías debido a que tiene “miedo a conducir”, una fobia que se conoce como amaxofobia y que, generalmente, se desencadena por inseguridades, porque un ser querido haya estado involucrado en un accidente o por algún recuerdo desagradable con el mundo del motor.
Algo del estilo es precisamente lo que le ocurrió a Penélope Cruz, que desde pequeña tiene un trauma después de contemplar como su hermana Mónica sufría un accidente. “La atropelló un coche delante de mí cuando yo tenía ocho o nueve años. Recuerdo que llevaba un abrigo rojo”, señala la ganadora de un Oscar.
“El tiempo se detuvo. Es un gran trauma, porque la vi perder el conocimiento. En el hospital le decía a la gente que mi hermana acaba de ser atropellada por un coche”, rememora sobre aquel episodio que le marcó de por vida.
La amaxofobia puede llegar a provocar ataques de pánico o de ansiedad en una persona solo por la simple idea de tener que ponerse al volante de un vehículo, es decir, es una fobia, por lo que no tiene nada que ver con las inseguridades normales que cualquier persona puede tener cuando se enfrenta a un tipo de conducción concreta, como conducir en un lugar que no conoce o hacerlo por la noche.
¿Cómo puede superarse este problema que, al igual que Penélope Cruz, sufren miles de persona en el mundo? Principalmente con ayuda psicológica que le permita ir enfrentándose poco a poco a situaciones con el volante que le hagan que ese pánico vaya reduciéndose progresivamente. Todo ello acompañado de otras técnicas adaptadas a cada persona, como pueden ser las de relajación.