Reencontrarte con un viejo amigo con el que no te hablas: cómo reaccionar
David Bustamante y Poty del Castillo emprendieron caminos separados cuando el coreógrafo conoció a Miguel Torres, actual pareja de la actriz y padre de Miki, su segundo hijo, pero sus destinos parece haberse reencontrado
Todos hemos pasado por ese momento de ver a alguien con quien teníamos una relación muy cercana y no saber reaccionar: ¿qué hacer y qué evitar?
Valorar qué se quiere recuperar de la vieja amistad y ser consciente del paso de los años son algunas de las pautas recomendadas por los psicólogos
Las separaciones a veces implican separación de amigos. Cuando David Bustamante y Paula Echevarría terminaron, la pandilla de amigos quedó tocada. El cantante y Poty del Castillo emprendieron caminos separados cuando el coreógrafo conoció a Miguel Torres, actual pareja de la actriz y padre de Miki, su segundo hijo. Sin embargo, las aguas parecen haber vuelto a su cauce, como se ha visto en un acto promocional del gobierno de Cantabria. Bustamante y del Castillo, ambos cántabros, coincidieron en el photo-call y no dudaron en saludarse como dos viejos colegas. ¿Tablas escénicas, simple saber estar o alegría sincera? Lo cierto es que reencontrarse con una antigua amistad, con la que puede haber algún conflicto o alguna cuenta pendiente, no es sencillo, más aún si esa distancia ha sido muy prolongada.
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Momentos de duda
David Bustamante y Poty del Castillo son famosos. Pero incluso los ciudadanos anónimos hemos pasado por ese momento de ver a alguien con quien teníamos una relación muy cercana y no saber reaccionar. La buena noticia es que hay formas de hacerlo con elegancia con el objetivo de que ese reencuentro resulte fructífero para los dos partes. Entre las principales recomendaciones:
- Evitar los comentarios sobre el físico. Este tipo de comentarios pueden ser muy socorridos en cambios físicos evidentes (por ejemplo, si la otra persona ha adelgazado mucho o se ha teñido el pelo), pero pueden volverse en contra de uno, aunque el comentario sea elogioso. Nunca se sabe qué ha motivado realmente ese cambio físico, quizá haya algo traumático detrás, como una enfermedad, un accidente o un mal momento; por tanto, mejor no sacarlo a colación.
- No hablar de asuntos financieros o profesionales. Las preguntas para saber dónde estamos trabajando, si nos sentimos reconocidos (y, por tanto bien pagados) pueden ser un arma de doble filo, especialmente en un mundo laboral tan cambiante. Si la amistad se retoma, será el momento de llegar a esos temas.
- Muestra un interés sincero. Sin entrar en aspectos muy concretos, bríndale tu apoyo y confianza. Esto, en el caso de quieras reiniciar el vínculo. En cualquier caso, mostrarse ante alguien como una persona capaz de ayudar en momentos de debilidad es una simple muestra de humanidad.
¿Y si queremos volver a ser amigos?
La situación es algo distinta aquí. Cuando nos reencontramos con alguien con quien teníamos una buena relación, la tendencia es retomarla como si el tiempo no hubiera pasado. Pero el reloj no se ha detenido y eso puede impactar en el vínculo, sobre todo si se ha creado una familia y se han tenido hijos. Antes de lanzarnos a la conquista de esa vieja amistad, parece conveniente plantearse las siguientes cuestiones.
- ¿Vale la pena? No siempre merece la pena resucitar una amistad como puede no merecer la pena retomar otras cosas o actividades del pasado. Al igual que sucede con los jeans de cintura baja o un corte de cabello estrafalario, la gente también puede dejar atrás a las amistades.
- Valora las expectativas. Los cambios importantes en la vida, ya sean problemas médicos o cambios en la vida, desde tener un hijo hasta divorciarse o cambiarse de casa, pueden afectar a la calidad de la amistad. Los años también pasan factura. En cierto modo, la persona con la que te reencuentras puede ser un extraño por las distintas circunstancias de la vida.
- Piensa qué quieres. Quizá es lo más importante: ¿qué quieres de esa nueva y, al tiempo, vieja relación? Tal vez no deseas volver a tener la misma intimidad. O sí. Una vez que lo sepas, sería bueno confirmar si tus objetivos coinciden con los de la otra parte. De esa forma, sabrás qué puedes esperar. Hay amigos para irse de viaje o para irse de compras o para compartir club de lectura. Somos polifacéticos y la amistad refleja ese mundo poilédrico.
- Date y daros tiempo. Las prisas se llevan mal con las relaciones personales. Han pasado años, así que conviene afianzar la relación antes de integrarla en todos los momentos de la vida. Si el proceso de reintegración es apresurado, puede haber decepciones, ya que las relaciones rara vez son simétricas, más aún cuando se han desconectado durante años.
- Abre la mente. Puede ser que la amistad se retome y se intensifique. Pero también es habitual que la relación no alcance el mismo estado de gracia ni la misma intimidad. No es culpa de nadie: el simple transcurso de la vida hace que ya no podamos estar tan disponibles como antes o que nuestros intereses hayan cambiado. Si la relación no te convence, piensa en resignificarla. Finalmente, las relaciones sociales, en sus diferentes modalidades (excepto, lógicamente, las tóxicas), proporcionan calidad de vida. Puede que Bustamante y del Castillo hayan reconsiderado todo esto a la hora de retomar su amistad.