¿Cuántas veces echas mano del móvil para ver qué está pasando en redes o comprobar si tienes mensajes de Whatsapp o en el mail? Seguro que la realidad se queda corta respecto a lo que crees. Mirar la pantalla del teléfono nada más despertarnos, estar pendiente de él al ver nuestra serie favorita o tenerlo como 'centinela' en nuestro puesto de trabajo (para que no se escape ninguna notificación) son señales de eso que se llama FOMO o 'Fear of Missing Out', el miedo a perderse cualquier cosa que se comparta en el universo digital. Según los expertos, el FOMO puede generar ansiedad, como si perder algo de esa información fuera a impactar de manera negativa en nuestras vidas.
Sin embargo, la realidad es que mucho de esa información es irrelevante o, al menos, no es urgente ni tiene una consecuencia directa en la vida cotidiana. En ese escenario ha surgido una nueva tendencia que invita a reflexionar sobre la necesidad de cuidar del bienestar emocional propio a través de la introspección. En contraposición al FOMO surge JOMO, 'Joy of Missing Out', la alegría de perderse las cosas. El objetivo de esta tendencia es valorar el tiempo para uno mismo, desconectarse de las exigencias externas y centrarse en el presente.
"La presión constante por estar al día con todo lo que ocurre, ya sea en redes sociales, eventos o actividades, puede generar altos niveles de ansiedad, fatiga emocional y un sentimiento continuo de insatisfacción. En cambio, abrazar este nuevo enfoque centrado en la calma y en la toma de decisiones conscientes permite priorizar nuestras necesidades personales y desarrollar una relación más saludable con el tiempo y la tecnología", señala Carla Álvarez Llaneza, psicóloga de Blua de Sanitas.
La experta destaca que la desconexión voluntaria tiene efectos positivos en la salud mental. "Cuando elegimos conscientemente alejarnos del ruido digital y de las exigencias sociales, nuestro cerebro experimenta una reducción en los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta la producción de serotonina, lo que mejora nuestro estado de ánimo", asegura.
De hecho, practicar este enfoque de autocuidado no solo disminuye la ansiedad, sino que también favorece aspectos como la introspección, el autoconocimiento y la creatividad. "Al darnos permiso para no estar disponibles todo el tiempo, creamos espacios para reflexionar, resolver problemas y disfrutar de actividades que realmente nos nutren a nivel emocional", añade esta psicóloga.
El primer efecto positivo del JOMO es que nos hace conscientes de una situación a la que debemos poner límites. Existen distintas estrategias para hacerlo, pero los expertos recomiendan los siguientes tips:
Asimismo, la práctica de este enfoque puede ser particularmente beneficiosa para quienes enfrentan el burnout laboral. "Esta manera de gestionar los compromisos sociales permite reequilibrar la balanza, devolviéndonos el control sobre cómo queremos invertir nuestra energía y tiempo", concluye la experta.