"Hola, ¿cómo estás?": claves de mediador para recuperar una amistad perdida
Pedro Almodóvar y Carmen Maura, George Michael y Elton John, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón...
Todos nos enfadamos con ese amigo que siempre ha estado ahí
La psicóloga Amaya Prado nos aporta algunas claves para retomar una amistad perdida
Todos corremos el riesgo de enfadarnos con ese amigo que ha estado siempre ahí. Sobre todo si ha estado muy cerca. A veces todo se soluciona con un café. Pero en otras, la discusión o el cúmulo de roces es tan fuerte que arreglarlo parece misión imposible. Pedro Almodóvar y Carmen Maura, George Michael y Elton John, Pablo Iglesias e íñigo Errejón... La lista es larga. Una cosa está clara: cuanto más se extiende en el tiempo el malestar mutuo, más difícil es reconciliarse en un futuro. Lo mejor en estos casos es no dejar que el enfado germine e intentar reconducir la relación cuanto antes mejor.
Si tú también tienes un amigo con el que parece que está todo perdido y te gustaría retomar la amistad pero no sabes cómo empezar, te dejamos una batería de consejos de la mano de Amaya Prado, psicóloga y mediadora del Colegio Oficial de Psicólogos (COP) de Madrid.
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Ponte en su lugar
La voluntad de acercamiento debe ser común en los dos. Si no, es mejor esperar. "Cada uno tendrá su punto de vista. Hay que tener en cuenta la perspectiva del otro", afirma Prado. En sus consultas, la psicóloga pone un ejemplo gráfico a sus pacientes: un mismo número (el 6) puede ser visto como un seis o como un nueve. ¿Quién tiene razón? Realmente, todos y ninguno. "Hay que intentar no ser rígido y empatizar. Si no se intenta poner la mirada en la perspectiva del otro, es muy difícil".
Escucha activa
Oír no es lo mismo que escuchar. Para saber cómo se siente la otra persona no es suficiente con poner la oreja; es importante prestar atención. Ten en cuenta lo que te dice, atiéndele, aunque creas que tienes la razón. "Debe notarse que quieres resolverlo, que tienes una actitud positiva". Hazle ver que vuestra amistad te importa y que ese es el motivo que te ha llevado a llamarle o acceder a un careo entre ambos. La actitud debe ser de diálogo, de comprensión y de empatía.
No saques los trapos sucios
Que no es lo mismo que abordar el motivo de la disputa si la situación lo requiere. Cada discusión es personal y tiene unas causas concretas, por lo que serás tú quien valore la idoneidad de sacar a colación la gota que colmó el vaso. Pero por lo general, has de tener en cuenta que "sacar los trapos sucios no ayuda, porque empiezas a revivir la situación que te distanció y te pones en posición defensiva más que de acercamiento. No ayuda a resolver y acercar", argumenta la experta.
Para la experta, sí hay un caso concreto en el que es indispensable hacerlo. "Si realmente no sabes lo que ha pasado y no eres consciente del por qué, igual sí es conveniente que se trate. Si ambas partes lo saben, revivir esos momentos no es productivo", valora.
Humildad y honestidad
Hay que grabar a fuego estos dos conceptos, especialmente cuando sabemos que somos nosotros quienes tenemos la mayor parte de culpa. "Lo honesto y humilde es pedir perdón de forma sincera", recomienda Prado. ¿Ideas? 'Me he equivocado / no quería hacerte sentir de esta manera, lo hice y te pido disculpas'.
Dale (y date) tiempo
Habrá que tener en cuenta, al mismo tiempo, que la otra persona tiene derecho a seguir enfadada después de todo. No pretendas arreglarlo con una sola conversación. Dependiendo de la magnitud del problema, quizá sea necesario ir sanando la relación a pasos cortos. "A lo mejor, la otra persona necesita un tiempo para recapacitar sobre todo. No quiere decir que no te vaya a perdonar; cuando esté lista te llamará", apunta. "A veces nos falla la tolerancia a la frustración; queremos que todo se resuelva inmediatamente".
¿Conviene la mediación de un amigo?
Dependerá de la relación que tengáis y la voluntad que tenga para erigirse como una figura neutral, que pueda observar las cosas desde fuera sin posicionarse ni adular a ninguna de las dos partes. "Hay amigos que con tal de darnos la razón no ven la perspectiva del otro y engordan el problema", advierte Prado. Al mismo tiempo, reconoce que también "hay personas que son muy buenas para mediar que son solucionadoras del problemas; si está muy enquistado o las posiciones son muy contrarias, podría ayudar".