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Es un año complicado con la pandemia, el último trimestre desde casa y el retraso a julio del examen, pero tus hijos saben perfectamente a qué se enfrentan. Sus profesores les tienen bien informados y bien entrenados para la gran prueba que decanta el acceso a la universidad. Pero ¿tú sabes bien cómo va la ponderación de notas? ¿Sabes que unas décimas son determinantes? ¿Sabes que en la mayoría de las CCAA hay una segunda convocatoria en el mismo mes de junio? ¿Sabes que cada comunidad tiene exámenes diferentes y puntúa con criterios diferentes, pero luego todos los alumnos compiten con su nota en la misma liga?
Si aún estás un poco despistado, aquí te vas a enterar bien de todo. La EVAU de ahora se parece mucho a la Selectividad de tu generación, pero algunas cosas han cambiado. Y si eres de "los chicos y chicas del PREU", lo de ahora de parecerá un paseo comparado con lo que tuviste que enfrentar tú.
Empecemos muy por el principio. La nota de la EVAU es determinante para el acceso a los títulos de las universidades públicas. Si tienes claro que irán a una universidad privada o que estudiarán en el extranjero, tus hijos no necesitan hacer la EVAU, pero conviene que la tengan hecha porque la nota de la fase general que obtengan es válida durante un año. Si quisieran cambiar su camino al año siguiente, aún la pueden aprovechar.
Otra pequeña diferencia con nuestra época. La primera convocatoria solía ser en los primeros días de junio en la mayoría de las CCAA; y la segunda, la primera semana de julio. Algunas comunidades mantienen la convocatoria de septiembre y realizan la primer a mediados de junio. Este año, con el coronavirus, todo a la primera semana de julio.
Es la nota mínima de acceso a un grado universitario en una universidad que se fijó el curso pasado. Cada universidad tiene unas plazas para cada grado; empieza a repartirlas entre quienes las han solicitado empezando por el alumno con nota más alta; de ahí van bajando hasta que ya no caben más. La nota de ese último alumno en entrar es 'la nota de corte'. Puede que este curso esa nota sea unas décimas mayor o menor; depende, sobre todo, de la demanda del grado en esa universidad.
Ésta es la principal diferencia con la antigua Selectividad. Tus hijos se presentarán a la Fase Obligatoria (o general) y, si quieren subir nota, se presentarán a la Fase Voluntaria (o específica). Salvo que la carrera y la universidad deseadas apenas tengan demanda y no tengan límite de plazas, deberán presentarse a la Fase Voluntaria. Aunque saque buena nota en Bachillerato y en la fase general de la EVAU, los puntos extra de la fase específica pueden ser determinantes en la competencia con el resto de alumnos, sobre todo, porque la mayoría se presenta.
El rendimiento total del Bachillerato es determinante (60% de la nota), pero más puede serlo la nota de la fase específica voluntaria (hasta 4 puntos que pueden añadirse al final). Veamos cuánto pesa cada calificación en el nota final de admisión y cómo se calcula.
Nota de la EVAU: es la obtenida en la fase voluntaria o general. Es imprescindible que esta nota llegue al 4.
Nota de Acceso a la universidad: es la suma de la nota de la EVAU multiplicada por 0,4 y la nota media del Bachillerato multiplicada por 0,6:
Imaginemos un 7 en la EVAU y un 8 de media en Bachillerato:
7x0,4 + 8x0,6= 7,6*
Es imprescindible que esta nota llegue al 5.
Nota de la Fase Voluntaria: aportará un máximo de 4 puntos que se sumarán a la Nota de Acceso. El cálculo depende de la importancia que cada universidad dé a las materias voluntarias de las que se ha examinado tu hijo. Cada universidad publica en su web la ponderación que da a cada una de las materias de Selectividad para entrar en cada una de sus carreras.
Tu hijo podrá examinarse de dos o más materias en esta fase voluntaria, pero el sistema sólo tendrá en cuenta las dos mejores notas. Sólo admitirá las que superen el 5.
Cada calificación se multiplica por 0,2 (si la universidad ha designado la materia como prioritaria para la titulación a la que quiere acceder tu hijo) o por 0,1 (si no la considera prioritaria).
Imagina que las mejores calificaciones de tu hijo en esta fase son 7,5 y 6,5 y que sólo la primera está ponderada con un 0,2 por la universidad. Ocurriría esto:
7,5x0,2 + 6,5x0,1 = 1,5 + 0,65 = 2,15
Esto significa que tu hijo añadirá 2,15 a su Nota de Acceso.
Es la suma de la Nota de Acceso y la calificación de la fase voluntaria.
De acuerdo al ejemplo anterior: 7,6* + 2,15 (voluntaria) = 9,75.
Esa será la Nota de Admisión con la que competirá con los demás alumnos de toda España.
Cada alumno realiza la EVAU que ha diseñado su comunidad de acuerdo al currículum de Bachillerato, que, a su vez, es diferente en cada autonomía. Las calificaciones responden también a criterios de evaluación propios. Por ejemplo, se desconoce si algunas CCAA podrían estar siendo más exigentes con las faltas de ortografía que otras.
Pese a eso, hay un único sistema de acceso: todas las notas van al mismo saco y un alumno de otra comunidad con una décima más que tu hijo puede arrebatarle una plaza en la carrera que desea en la universidad de tu ciudad. Esta cuestión levanta ampollas cada verano y reivindicaciones políticas de unificar la prueba de la EVAU en todo el Estado. Que comunidades con baja puntuación en PISA saquen mejor calificación en la EVAU que las comunidades sobresalientes en PISA hace pensar que la pruebas no son equiparables y las notas tampoco.
El Gobierno ha rechazado la posibilidad de centralizar la Selectividad, pero ha aceptado estudiar los exámenes de cada comunidad, en cuanto a contenidos y criterios de evaluación, como reclama la Coordinadora de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP), que pide que el Ministerio establezca unos procedimientos que garanticen "que todo el estudiantado del territorio estatal tenga las mismas oportunidades formativas y de acceso".
Pero la comisión técnica de estudio prometida por el Gobierno aún no se ha creado. La EVAU de este año seguirá igual que siempre. Entretanto, la Conferencia de Rectores de todas las universidades ha creado su propia comisión para analizar si verdaderamente hay desequilibrios en la dificultad de las pruebas que menoscaben la igualdad de oportunidades.