Blanche y JLo tienen la misma edad: por qué ha cambiado tanto tener 50 en las últimas tres décadas
Analizamos, en clave sociológica, cómo está cambiando la percepción de la edad
¿Las claves? El aumento de la esperanza de vida, el cambio social y la incorporación de la mujer al mundo laboral
"En los años 80, con 50 ya se estaba camino de la vejez y físicamente se estaba mucho peor que ahora"
Espectacular. Es la única palabra con la que se puede la actuación de Jennifer López en el intermedio de la Superbowl. A sus 50 años la cantante no deja de sorprender y demostrar que los años no pasan por ella. O pasan, de un modo en el que la elasticidad y la fuerza del cuerpo siguen presentes. La comparamos con otra gran seductora, en esta ocasión de los años 80, con Blanche Deveraux, protagonista de 'Las chicas de oro' y vemos que, con la misma edad, ellas no tienen nada que ver. Hablamos con Helena Trujillo, psicoanalista de SESMI, para que nos explique qué ha pasado en estos 35 años para que el cambio sea tan radical.
Aumento esperanza de vida
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76,4 vs. 83,1. Es la evolución de la esperanza de vida en España si comparamos 1985 vs. 2019. Ha aumentado, prácticamente seis años. "Es uno de los principales factores y se ha dado gracias a los avances científicos y médicos, y, por supuesto es muy determinante", explica Trujillo.
No se trata solo de tener más años por delante sino también de cómo se llega a esa edad y cómo enfrentas el tiempo. "En los años 80 ya se estaba camino de la vejez, ya se habían tenido hijos y físicamente se estaba mucho peor que ahora". Además, el cuidado personal tampoco estaba a los niveles que actualmente.
Presencia del divorcio
La mujer ha conseguido mucha más autonomía, ha ganado poder de decisión sobre su propia vida. "Antes el fin era casarse y tener hijos, su felicidad se veía totalmente desplazada frente a la del hombre. El importante era él, en todos los aspectos. Su felicidad y su placer", explica Trujillo.
Ahora eso no es así, si no eres feliz tienes la capacidad de poder decidir si quieres o no quieres seguir adelante con la relación y eso ha influido mucho, este cambio de mentalidad, rejuvenece. "Una mujer de 50 ahora se atreve a romper con todo y sabe que le queda mucho por delante, que no es el final de nada. Es consciente de que tiene mucho tiempo y posibilidades para disfrutar". No se resigna.
Ya no depende del deseo del hombre sino que trabaja en su propio deseo, vida y sexualidad. "Deja de ser objeto y pasa a sujeto equivalente al hombre. Esta modificación es fundamental tanto para la propia mujer como para la sociedad", añade la psicoanalista.
Cambio social: el feminismo
A lo largo de estos 35 años la mujer ha ido ganado cada vez más terreno en el mundo laboral. Se ha pasado de tener una función doméstica, en la mayoría de los casos, a tener un papel determinante en el ámbito económico. "Ahora incluso las madres que han dejado a un lado el plano laboral mientras sus hijos eran pequeños, llega un momento que buscan reincorporarse y eso ocurre sobre los 40 años", apunta la psicoanalista.
Hace años era impensable encontrar a una mujer en altos cargos y, ahora, aunque las cifras siguen siendo alarmantes frente a las de hombres, se va ganando terreno. Esto quiere decir que la mujer tiene prioridades y quiere desarrollarse fuera de la familiar. Sin embargo, "es cierto que a los 50 hay muchas mujeres que deben replantearse su vida porque salen de altos cargos y hay que ayudarlas a ver que no se ha acabado su carrera, que no entran la recta final".
La mentalidad de la propia mujer
Pese a todo lo anterior, Helena Trujillo asegura que en las consultas muchas veces ve que las condiciones externas y las propias de la mujer han evolucionado a un ritmo diferente. "Veo mujeres de cuarenta o cincuenta que llegan en un estado melancólico en el que no saben cómo afrontar la madurez". Los cambios personales, el desprendimiento de los hijos, no siempre es algo fácil de llevar. Ahí entra en juego el psicoanálisis para ayudar a ver a la mujer el potencial que tiene.
"Intentamos crear un espacio en el que la mujer pueda hablar y expresarse sin ser juzgada. Tiene que construir un mundo nuevo lleno de energía y de proyectos, lejos del antiguo sometimiento sexual. Guiamos a la mujer a identificar lo que le ha llevado a esa situación y le damos las herramientas para aprender a valorarse más y a trabajar en su propio proyecto, como persona y como mujer", concluye la psicoanalista.