El nuevo mundo: una española en China cuenta cómo es su día a día al volver la 'normalidad'
Sara Landesa (46), empresaria española en China, nos lleva dos meses de ventaja en la desescalada
¿Qué dejas de hacer aunque duela? ¿Qué normalizas aunque ahora parezca imposible? ¿Tendrás un 'Heath code' en el móvil que diga si has pasado el coronavirus? ¿Cómo serán lo bares, los parques de niños, la oficina?
Seguro que tú también lo has sentido: primer paseo con sol en la cara, primer subidón. Pero miremos más allá. ¿Cómo será la cotidianidad cuando pasemos la última fase de la desescalada? Tras lo que nos adelantó a mediados de marzo en el reportaje 'Lo que está por venir' y el 1 de abril en 'El primer día tras la cuarentena' (más o menos donde estamos ahora), Sara Landesa (46), empresaria española que vive en China desde hace quince años, nos adelanta en esta tercera entrega cómo es el mundo coronavírico dos meses después de dejar el encierro. Es decir, cómo será cuando lleguemos a nuestro verano. ¿Qué dejas de hacer aunque duela? ¿Qué normalizas aunque ahora parezca imposible?
Dejando a un lado las diferencias culturales y climáticas obvias, lo cierto es que hemos ido pisando bastante fielmente sus huellas en esta pandemia. Fueron los primeros en sufrirla y los primeros en ir diciéndole adiós. Landesa vive en Chengdu, hogar oficial del 80% de los pandas del país, situado a 1.150 km de Wuhan, más o menos la distancia que hay de su Galicia natal a Barcelona (cerca para las coordenadas chinas), y sigue muy atenta desde allí nuestros avances (esperemos que no los retrocesos). Incluso se remangó desde el primer momento para ayudar.
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"De modo personal he enviado casi 5.000 mascarillas en 21 paquetes a amigos y familia en España, para propio uso y para regalar", explica por Skype en medio de una intensa jornada de trabajo en su empresa de exportaciones Ask China Consultant. Ella hace de intermediaria fiable entre el cliente y la fábrica, y se asegura muy mucho de que no se repitan los fraudes. Se las sabe todas, pero eso daría para otro reportaje. Está recibiendo bastantes pedidos de Italia, pero no de España, y eso la crea cierta frustración. "Me piden residencias y hospitales, sobre todo de Lombardía, pero no de mi país debido al monopolio creado por la centralización de compras, y la verdad es que me da rabia, con la falta que hace ahora mascarillas para la gente que empieza a salir", añade.
Antes de ir punto por punto, pedimos a Landesa que nos explique qué es lo que más siente que ha cambiado. Y se va a lo emocional. "La relación con la gente es más cercana, te sientes más unida a los demás por haber pasado por lo mismo, aunque paradógicamente la relación con tus amigos es menos frecuente: los bares ya están abiertos pero aún no he salido con ellos a tomar una copa. Solo un par de días a tomar una cerveza con una amiga y a un sitio abierto", explica, para decepción del lector medio español, cuya añorancia por los bares y las cañas comienza a alcanzar cotas épicas.
¿Entonces nadie va?
A ver, están abiertos y ya se empieza a ver gente en grupo, con amigos, pero no como antes. Funcionan mejor si tienen terraza abierta. Y con distancia de seguridad entre mesas. Aquí no se queda en las casas, lo normal es quedar para comer o cenar fuera o ir a una casa de té o un bar y si la cosa se anima llegas al karaoke o a un pub. Cines aún no han abierto.
¿Tenéis código de salud?
Sí, yo lo llevo en el móvil. Se llama 'Health code'. Es un código QR que dice a las autoridades cuál es tu momento con respecto al virus. Si lo has pasado, si no... Esas cosas. Hasta el momento solamente lo tuve que enseñar en el hospital cuando fui a ver al médico hace poco por otras cosas. Lo tenemos todos. Al principio había gente que no y llevaba un papel y ya está, no pasaba nada.
¿Aún se siente cierta paranoia al ir al súper?
Sí, aún hay mucho pedido online. Un truco a la hora de hacer la compra es lo que se llama el sistema coreano: intentar utilizar solamente la mano que normalmente no te llevas a la cara cuando sales a la calle. Si te llevas a la cara la mano derecha entonces debes intentar hacer las cosas con la izquierda, así si te frotas la nariz o los ojos inconscientemente no pasará nada.
¿Sigues usando mascarilla?
Siempre. Se quedarán mucho tiempo. Llevo usadas docenas. Tipo FFP2 y quirúrgicas, algunas las utilizo para probar muestras de las fábricas. Estos días estoy utilizando una de tipo quirúrgico con filtración bacteriana superior al 95% (o sea que filtran igual que las FFP2, que es la que realmente protege) pero son más frescas y más cómodas para utilizar con el calor. Esas estarían muy bien para el verano español.
¿Y guantes?
No, solo los tenderos: si te tocas la cara con un guante infectado o con la mano infectada el resultado es el mismo.
¿Se ha dejado de subir en ascensores?
Yo me autoprohibo subir si hay alguien dentro. Tampoco se ve muy bien que alguien se suba si tú ya estás. Para dar al botón llevo un bolígrafo con tapa: le quitas la tinta y se utiliza esa parte de la tapa para pulsar, luego vuelves a taparlo. La mano nunca llega a tocar ni boli ni ascensor. Sirve también para el cajero automático o la fotocopiadora en el trabajo.
¿Y cómo se hace en los restaurante?
Te toman la temperatura al entrar y tienes que registrarte en la puerta porque es un lugar donde te quitas la mascarilla. No están llenos. Casi todos compensan mandando a domicilio.
¿Cómo es ir a un concierto ahora?
¿A un qué? Por ahora no hay y dudo mucho que los vaya a haber por bastante tiempo.
¿Las resacas son iguales?
¡A mi edad las resacas son todas igual de malas! (risas).
¿El amor cambia?
No cambia, pero no ayuda pasar 24 horas diarias juntos. Mis amigos que no tienen pareja lo están pasando un poco mal para ligar, eso sí, hay menos posibilidades de conocer gente nueva y casi nadie quiere quedar.
¿El trabajo?
Hay menos reuniones y viajes de negocios. La gente ya va a la oficina, pero están acondicionadas con paneles acrílicos para separar a las personas pero dejándolas verse. Y todo el mundo utiliza mascarilla en la oficina, las empresas las facilitan todos los días, una por la mañana y otra por la tarde.
¿Se va el miedo?
No, pero hay menos.
¿Y la alegría?
La falta de vida social quita mucha alegría.
¿La gente se va de vacaciones ya?
Pues sí, la gente está empezando a hacer visitas turísticas. A principios de abril fue la festividad de qingminjie, día de difuntos en China, hubo tres días de vacaciones y mucha gente los pasó en otras ciudades.
¿Ya han abierto los parques infantiles?
Era muy raro ver a niños en la calle cuando la gente empezó a salir y extrañísimo que bajasen a la comunidad de vecinos, que aquí son muy grandes y tienen parques y columpios. Hasta que poco a poco se los empezó a ver y ahora ya juegan con otros niños, todos con mascarillas. Hace un par de semana abrieron los colegios de Sichuan. Aquí no se les prohibió salir pero ninguno salía por precaución. Eso ha sido diferente en España.
¿Ha cambiado cómo se ve la economía mundial desde China?
La economía nacional se ha resentido muchísimo, pero todos los chinos lo aceptan y consideran que la prioridad del gobierno de salvar vidas ha sido acertada. La mundial se resentirá igual porque el consumo ha parado en seco y no es un problema local que se resuelve exportando. ¿Cuánto hace que no vas a una tienda a probarte ropa, por ejemplo? Aquí se ha compensado produciendo material médico para atender a una población de mil trescientos millones de personas. Y luego para exportarlo.
¿Ha cambiado cómo se ve España desde China?
Desafortunadamente, España ahora sale todos los días en las noticias: los chinos no se explican que los españoles no utilicen mascarillas.
- Extra: aquí puedes ver diez consejos de las autoridades chinas para evitar el contagio al salir de casa.