Llegar a viejo es un privilegio. Significa (aunque parezca obvio está bien recordarlo) haber vivido mucho. Nada debería impedir un reconocimiento por parte de la sociedad que implica flexibilidad, tolerancia, dignidad y comportamientos que te ayuden a tener un sentimiento de pertenencia, autoestima y afectividad. Así lo entendemos en Uppers y por eso no hemos dudado en sumarnos a la campaña #OldLivesMatter, lanzada por la Sociedad Española de Geriatría junto a otra veintena de asociaciones internacionales. ¿El objetivo? Hacer frente al edadismo, es decir, la forma de "discriminación más habitual, banalizada y universal" a nuestros mayores. Y esa discriminación está también en las pequeñas cosas del día a día. Te mostramos esos gestos y actos cotidianos, microedadismo, que es tiempo de ir cambiando.
Llámalo cortesía, educación o respeto, pero cuando vas cumpliendo años, lo de señora lo recibes como insulto. "Las señoras son un ente social, carente de individualidad, un colectivo como las palomas de las ciudades, que pululan por ahí, estorban, son pesadas y no tienen ningún valor real a menos que puedan personalizarse en el papel de madres o abuelas", escribe Carmen Pacheco en su blog. El grupo Siniestro Total ya puso el dedo en la llaga con aquella letra "riendo están las niñas, se besan las parejas y se mueren las viejas", y su chirriante final: "Cállese, señora". La escritora se declara fan de todas las señoras: "Son superdivertidas, entrañables, majísimas… Las señoras que se tiñen el pelo lila, las que se ponen bolsas de plástico en la cabeza cuando llueve…". Lo dice con humor, pero lo peor es cuando tus oídos lo reciben en forma de sentencia: ¿ese "señora" significa que no soy deseable, que me tienen que ceder el asiento o ayudar a leer el Whatsapp? En definitiva, la señora, por muy entrañable que sea, ¿tiene que hacerse ya a un lado?
Guardaremos este chiste en los anales del mal humor: "Estaba un viejito leyendo un libro de sexo, y otro le pregunta: ¿Qué lees? Historia, le responde. ¿Historia? Claro, para mí el sexo es historia". Puede que, a partir de los 65, a la libido le cueste expresarse, pero está ahí y aún puede dar mucha guerra. Aunque nos empeñemos en estigmatizarla, la sexualidad está presente hasta el final de nuestra vida y necesitará su oportuna atención, en pareja o en solitario. Hay que agradecer a Manuela Carmena que hablase de sexo con la misma naturalidad (aunque algo pudorosa) que de dinero con David Broncano en 'La resistencia'. "La edad -aseguró- no tiene nada que ver con el sexo, hay esperanza y las cosas pueden ir bien". Ante la insistencia del presentador por conocer más detalles, solo pudo confirmar: "Hay esperanza. Ánimo, que la vida es fantástica". Aunque no precisó más, sus palabras fueron un alivio.
Podemos pensar que niñez y vejez se dan la mano. Gran equivocación. Infantilizar la vejez es perder de vista la esencia de esta etapa vital. Es verdad que se necesita paciencia infinita, cuidados, cariño y habilidad para tratar con una persona que se ha vuelto dependiente, pero sigue siendo esa persona mayor que acumula mucha vida y sabiduría. Habrá que adaptar nuestro vocabulario o forma de comunicación, pero sin infantilizarlo. Seguiremos usando el tono adulto, sin diminutivos y sin apelativos cariñosos que no se usaban antes.
Que los nietos son una bendición nadie lo duda, pero esto no debe convertir a los abuelos en canguros. Ya se habla del síndrome del abuelo esclavo. Una cosa es colaborar y otra bien distinta ocuparse exclusivamente de la crianza de los nietos. Puede que los padres encuentren razones de peso -imposibilidad de conciliar la vida laboral, apuros económicos, horario de los colegios…-, pero la solución del abuelo atenta contra su salud y su derecho a tener una vejez relajada. Deberían aprender a decir no, a marcar límites muy claros y hacer lo que puedan, sin sobrecargas de ningún tipo.
Maruja Torres nos dejaba hace unos días su testimonio en redes con un contundente mensaje a los jóvenes después de que un grupo pasara por su lado rozándola y sin mascarilla: "Esta vieja os maldice". Los mayores constituyen el principal grupo de riesgo de muchas enfermedades, pero especialmente de coronavirus. Esta crisis sanitaria ha servido para realzar su vulnerabilidad, aunque realmente cada una de sus historias son un ejemplo de vida y resistencia. Hace falta que este mensaje cale en las generaciones más jóvenes que, en el egoísmo de verse ahora indestructibles, esgrimen comportamientos que pueden resultar letales.
Seguramente, nunca se habrían imaginado en la tesitura de tener que elegir qué quieren ver, cómo, a qué hora o en qué idioma. Los abuelos disfrutan de los contenidos de Netflix y de cualquier plataforma tanto como el resto, más si tienen ocasión de compartirlo con la familia. Hay auténticas joyas, como la serie 'Grace and Frankie', protagonizada por Jane Fonda. Es divertida y muy inspiradora para quien, de repente, se decida a cambiar el guion de su vida. ¿A qué esperas para compartir la clave de usuario?
Lo que sí lleva marcada la recomendación de edad son los juegos o la pornografía, sin que nunca se respete, pero no los dispositivos tecnológicos. ¿Qué habría sido de los hijos y nietos si los mayores no hubiesen podido usar la tecnología durante el confinamiento? Los que aún no sabían aprendieron a marchas forzadas y se convirtieron en alumnos aún más aventajados que sus propios maestros. La periodista Carme Chaparro nos contó en Uppers cómo enseñó a su madre a utilizar las videollamadas de Whatsapp para estar más cerca en esos duros momentos. "Ya va aprendiendo y ahora le encanta hablar con sus nietos cuando los ve y también con el resto de sus hijos", relató. Tomemos nota porque la tecnología va a conseguir que la calidad de la vejez dé un vuelco de aquí a pocos años gracias al desarrollo de aplicaciones y dispositivos cada vez más eficientes.
¿Quién decide qué es envejecer con dignidad? ¿Consiste en teñirse las canas, quitarse las arrugas o disimular los años? Ángela Molina se enfadó, con razón, cuando una clínica estética utilizó su imagen con el siguiente mensaje: "Entre pasarse y no hacer nada existe el término medio: mejorar sin transformar para retrasar el envejecimiento y llegar a los 60 con un mejor aspecto que esta bella actriz". Sin comentarios. Las redes ardieron por ella.