La pandemia por el coronavirus no solo ha tenido consecuencias físicas en los pacientes. La incertidumbre, la ansiedad y los problemas psicológicos han sido una constante en miles de familias y contagiados. Aunque haya causado situaciones de estrés en las personas sanas, debido a la inestabilidad laboral y las horas de confinamiento, la gravedad de esta situación reside en las personas que ya sufrían patologías previas o enfermedades como el cáncer. Marta de la Fuente, responsable del Servicio de Psicología de MD Anderson, tiene algunas claves que pueden ser de interés para las familias y pacientes que sufren esta situación.
Considerados como población de riesgo, muchos de ellos continúan teniendo miedo a las consecuencias que pueda tener el virus en sus organismos. De la Fuente, responsable del Servicio de Psicología de MD Anderson, cree firmemente en que lo importante en estos casos es "acompañar a los pacientes en su proceso emocional". La empatía en estos casos es muy necesaria; las familias deben "comprender, sin juzgar ni presionar, dando flexibilidad y seguridad. "Todos no nos hemos expuesto de la misma manera a salir y, por eso, es importante que cada uno haga su propia desescalada", apunta.
La responsable de Psicología también recomienda no fomentar conductas de miedo ni aprensión, en tanto que estas pueden limitar al paciente. Salvo que sea necesario por la propia conducta de la persona en cuestión, "es clave no trasladarle nuestros miedos, angustias y fobias", detalla. "Ante momentos de ansiedad hay que intentar tranquilizar, pero escuchando y respetando las angustias y miedos que pueda tener la persona", explica.
No todos los pacientes han vivido la situación de la misma manera. La experta distingue dos pacientes oncológicos, con perfiles diferenciados. Muchos de ellos lo han vivido, en su opinión, "como una sobrecarga, ya que han experimentado más sensación de vulnerabilidad y miedo", además de "dificultades en el manejo de la incertidumbre", según de la Fuente.
En el otro extremo se encuentra aquellos que no han intensificado el estrés. Este perfil, aprovechando sus métodos de control de la incertidumbre -debido a su experiencia con el cáncer- ha sobrellevado la situación mucho mejor. "Muchos pacientes ya contaban con estrategias personales", subraya. "Sí que es verdad que estos pacientes tienen más miedos, pero son miedos racionales y objetivos por ser población de riesgo", explica la especialista.
Volver a la rutina puede ser clave a la hora de salir de esta situación de forma exitosa. Recuperar la vida normal, los contactos con los seres queridos, tomar unas cañas si la situación lo permite, puede favorecer a que los pacientes recuperen el buen humor en la medida de lo posible.
Además, también se recomienda hacer del entorno un espacio seguro para que se sientan lo más cómodos posible. "Si los pacientes ven que llevamos la mascarilla, limpiamos los espacios y respetamos la distancia con ellos, se van a sentir más seguros", expresa de la Fuente. También hay que mantenerles informados sobre aquello que vaya aconteciendo. Todo ello con el objetivo de "ir haciendo frente a los miedos poco a poco para que no les limiten", concluye.