La ausencia de lluvias que está viviendo España supone una ya una emergencia climática que va a tener importantes consecuencias económicas. Los agricultores son los primeros os agricultores en padecer la falta de agua, pero esto terminará afectando a más ámbitos y, en última instancia, a nuestro bolsillo. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz explica cómo la sequía está notándose ya en los precios de algunos productos.
El mayor problema de la sequía actual es que es la quinta que experimentamos en menos de 50-60 años en España. Es evidente que el patrón está cambiando. Hemos roto el clima y tenemos que repararlo. Porque, pese a lo que digan los negacionistas del cambio climático, la factura que vamos a pagar será cada vez mayor si no frenamos esto.
El año pasado los agricultores registraron pérdidas de 8.000 millones de euros. Pero en 2023 pueden duplicarse o incluso triplicarse si el patrón de lluvias continuar igual. Los cultivos de invierno están secos y esto va a peor año tras año. De seguir así, el precio de los alimentos puede llegar a incrementarse un 20% solo por el efecto sequía.
Los agricultores se están asomando a la quiebra. Son 70.000 euros de media lo que está perdiendo cada uno este año. Sí, tienen seguros, pero las aseguradoras también saben lo que está pasando en el campo y han multiplicado por tres los precios. Además, no solo les cobran más, sino que les aseguran menos. Así que a los agricultores se les acumulan pérdidas extraordinarias, un encarecimiento de los seguros y una menor cobertura. El resultado es un auténtico drama en el campo, y después un drama en la mesa.
Ya ha habido subidas de precios, algunas justificadas y otras injustificables, pero ahora ahora mismo la cesta de la compra amenaza con dispararse. El azúcar ya se ha disparado en los últimos tres meses. Concretamente un 31% en lo que llevamos de 2023 y está en máximos de los últimos 11 años. El café ha subido un 39% y la leche un 30%, de modo que un simple café con leche se nos ha encarecido un 30% en lo que llevamos de año. Las subidas de cereales (20%), el pan (13%), el aceite (28%), los huevos (24%), los zumos (16%) y el cacao (15%) hacen que literalmente estemos ante el desayuno más caro de la historia.
¿Cómo se podría actuar para proteger la cesta de la compra básica? En primer lugar, es necesario destinar ayudas al campo, de la misma forma que hubo ERTEs para los trabajadores durante la pandemia. Entiendo que esto lleva su tiempo y requiere el permiso de Bruselas, pero lo más urgente e inmediato es taponar esa herida.
A medio plazo es imprescindible tener cierta política de infraestructuras de agua. Garantizar el riego. Y también hay que cambiar la eficiencia del cultivo, porque la pérdida de agua que tenemos en este país es muy alta. Es desolador ver cómo esta asignatura la seguimos dejando para septiembre un curso tras otro. Ahora mismo, es tan caro pagar las consecuencias que resulta más barato pagar la prevención. Y esto no es ideología, sino pura economía. Para profundizar más en las consecuencias económicas de la escasez de agua, dale al play.