TikTok, la red social más popular de los últimos años, está en el punto de mira. Su extraordinaria capacidad de influencia y el posible acceso a los datos de sus usuarios por parte del gobierno chino han hecho saltar las alarmas en EEUU y la UE. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz analiza cuál es la situación tras la comparecencia del CEO de la compañía, Shou Zi Chew, en el Congreso estadounidense y las opciones que habría a partir de ahora.
Es importante destacar la relevancia que tiene en la actualidad esta aplicación que permite hacer vídeos cortos con dispositivos móviles. Fue lanzada en 2016 por la empresa china ByteDance y desde entonces no ha parado de crecer. En España registra ya 16,3 millones de usuarios, lo que significa que uno de cada tres españoles tiene instalada la aplicación. Aún más impresionantes son los números al otro lado del Atlántico. En EEUU son 150 millones de usuarios, uno de cada dos estadounidenses.
Es cierto que la mayor parte de su target está sobre todo entre los 18 y 24 años, pero lo más importante es su algoritmo, absolutamente brutal a la hora de mantenerte enganchado. Se trata de la red social con mayor engagement, da igual la franja de edad. Su talón de Aquiles, al menos hasta ahora, es su escasa capacidad para monetizar toda esa fidelización. No es capaz de generar tanto dinero como Facebook, Instagram o Snapchat.
Pero, ¿por qué está inquietando tanto a los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido o la Unión Europea, hasta el punto de prohibírsela a sus funcionarios? La clave está en la sospecha de que las autoridades chinas podrían violar el derecho a la intimidad a través de los datos recogidos en la aplicación. Porque sí, los servidores centrales están en China y el gobierno chino tiene acceso a ellos, incluso sin necesidad de una orden judicial.
La confirmación por parte de ByteDance de que varios empleados de la red social espiaron a periodistas de la revista 'Forbes' que investigaban el vínculo de la rama estadounidense de la empresa con China disparó todas las alarmas. Si se han intervenido los teléfonos de periodistas, también están en riesgo los de políticos y ciudadanos. Hay mucho miedo a que Tiktok pueda ser un arma, cargada y disparada.
Las explicaciones del CEO de la compañía en la Cámara de Representantes de EEUU tampoco han sido especialmente convincentes. Ha defendido la seguridad de los datos que tiene la aplicación (ojo: contactos, fotos, vídeos, geolocalización de los usuarios) y ha marcado distancias con Pekín, pero no ha ofrecido realmente garantías.
Entonces, ¿se va a prohibir TikTok? No parece muy probable. Y más difícil aún es que alguna empresa pueda comprarla. Solo Google o Meta podrían permitirse desembolsar los 50.000 millones de dólares que vale, y en cualquier caso las leyes antimonopolio lo impedirían. Lo que se puede hacer es negociar, y en eso estamos. Si quieres ver el análisis completo de la situación de TikTok de Javier Ruiz, dale al play.