Con la vuelta de las vacaciones parece que la tregua inflacionista llega a su fin y los precios empiezan a subir de nuevo, si es que alguna vez bajaron. Aceite, azúcar, arroz, patatas... y en el último mes se han incorporado los combustibles, mientras que el BCE contraataca con una subida de los tipos de interés hasta el 4,5%, su nivel más alto desde 2001, ignorando las pobres tasas de crecimiento de la zona euro. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz nos explica las causas del alza de precios y las consecuencias que pueden tener si no se frenan.
La inflación subió tres décimas en agosto y se situó en el 2,6% interanual, que es una cifra dentro de lo razonable. Lo malo es que no se va a quedar ahí. El BCE ya ha anunciado que va a ir a más durante los próximos tres años, y que no regresará al nivel de 2% hasta 2025. Cada día mas pobres, porque lo que están subiendo los precios no lo suben las nóminas.
El encarecimiento de los carburantes es el mejor ejemplo de una situación en la que al efecto lógico del mercado se le suma un efecto pillaje con el que algunos tratan de enriquecerse. El aumento del precio del petróleo (de 70 dólares el barril ya ha escalado hasta los 90) tiene un efecto directo en el de la gasolina. Hasta ahí bien, pero las disparatadas subidas de los carburantes no se explican solo con eso. La gasolina ha subido un 8,% este verano y ahora nos cuesta siete euros más llenar el depósito. La subida del gasóleo es incluso superior, del 12,7%. ¿Qué significa esto? Que hay mucha jeta en las estaciones de servicio.
Brutal es también lo que está ocurriendo en la alimentación. Productos básicos como las patatas, el arroz, el azúcar y el aceite de oliva han subido por encima del 20%. De modo que quienes antes comían mal ahora comen peor. Ya no es un problema solo económico, sino también de salud pública.
De nuevo, esto no puede explicarse solo por el efecto de la sequía y las malas cosechas. Es cierto que la producción de aceite de oliva ha pasado de 1.500 toneladas el año pasado a 620 este. Un 58,6% menos. Y eso hace que el precio se dispare. Pero también estamos viendo cómo la misma marca de aceite cuesta en España el doble que en Portugal. Y para eso no hay una explicación de mercado. Está habiendo una especulación total con la alimentación. Alguien está haciendo negocio y nadie vigila.
¿Qué nos depara el futuro próximo? Lo normal es que la inflación vuelva a colocarse en niveles del 3%, algo que sin dramático tampoco es sostenible. Y los supermercados lo empiezan a saber. Hay gente que ya no puede pagar más. Por tanto, también se tenderá hacia cierta estabilización de los precios, aunque sigan siendo extraordinariamente altos. En cualquier caso, el problema es que se están aplicando políticas de demanda a problemas que son de oferta. La gran preocupación a largo plazo es que el BCE nos meta en una recesión. Y recesión significa paro. Para saber más sobre razones y consecuencias de la subida de los precios puedes ver el vídeo con la charla completa con Javier Ruiz.