Hay un negocio monstruoso detrás de las redes sociales, en concreto de los bulos que se esconde en ellas. Existen una serie de plataformas tecnológicas que ganan dinero con la polarización y hacen del enfrentamiento una vía para enriquecerse. 2.600 millones de euros. Es el dinero que hay detrás de estos bulos. Para que nos hagamos una idea - y hablando de un tema que está tan de actualidad como las vacunas -, se ha gastado más dinero en desinformar sobre ellas que en las dosis físicas.
Pfizer, una de las farmacéuticas que las está produciendo, está anunciada en webs que van en contra ellas. ¿Y cómo es esto posible?, te preguntarás. Pues bien, las compañías pagan a plataformas como Google por promocionarlas y, su algoritmo, busca públicos y los conecta con esos anunciantes, pero en la mayoría de los casos lo hacen sin filtros de control. Hay unos 42.000 anuncios al año que terminan en sites de desinformación y las tecnológicas se escudan en que ellos no son medios de comunicación y que albergan todo tipo de líneas editoriales.
Sin embargo, el problema no es solo del algoritmo que une anunciantes y lectores, sino también del comercial que hay detrás, ya que algunas tecnológicas pagan cantidades desorbitadas a personas que comparten estas fake news pero que les reportan muchos beneficios. Es lo que ha ocurrido con el caso de Joe Rogan y sus podcast antivacunas en Spotify, que le han costado a la compañía que otros artistas como Neil Young abandonen la plataforma.
¿Y qué pasa con las reacciones a este tipo de desinformaciones? Facebook asegura que bloquea trimestralmente más de nueve millones y medio de comentarios de odio, sin embargo, de acuerdo con dos economistas de la Universitat Oberta de Catalunya, esos solo representan el 10% de los que se publican. Lo más preocupante es que muchos de esos discursos de odio que empiezan en las redes sociales, terminan en delitos de odio en las calles. Pero ¿quiénes están detrás de todo esto? ¿Cuáles son los nombres de las personas que se enriquecen a costa de ellos? Te lo contamos en el vídeo, dale al play.