Shinzo Abe, ex primer ministro japonés y uno de los políticos más importantes del país asiático, ha muerto este viernes tras recibir varios disparos mientras pronunciaba un discurso durante un evento de campaña en la región de Nara. Un hombre armado con una escopeta tiroteó por la espalda a Abe, de 67 años, quien recibió al menos dos impactos en el cuello y falleció poco después en el hospital. El individuo, detenido al instante, ha sido identificado como Yamagami Tetsuya, un hombre de 41 años en el paro y exmiembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa.
La muerte a tiros de Abe, que gobernó Japón durante tres mandatos hasta retirarse en 2020 por razones de salud, ha conmocionado al país. La sensación entre los ciudadanos es de total incredulidad y todo el mundo se pregunta qué motivos han llevado al agresor a cometer este crimen. El caso nos retrotrae a otros asesinatos impactantes que han pasado a la historia, en algunos casos incluso alterando su curso, y que marcaron la memoria colectiva. En Uppers repasamos algunos de los más célebres.
El gran predicador de la no violencia y líder espiritual y político de la India. Fue una figura esencial en la independencia del país, pero desaprobó los conflictos religiosos que vinieron después. Los extremistas lo consideraron un traidor a la causa y el 30 de enero de 1948, a la edad de 78 años, uno de esos fanáticos integracionistas, Nthuram Godse, le disparó tres balas en el pecho a quemarropa cuando oficiaba un rezo comunitario en una plaza de Nueva Delhi.
Sus cenizas fueron arrojadas al río Ganges y el homicida fue ahorcado en 1949, pero la sombra de la sospecha siempre se cernió sobre el presidente del partido Mahasabha, Vinayar Damodar Svarkar. Gandhi ya había sufrido dos atentados fallidos aquel enero del 48. En 1984, Indira Gandhi, hija del otro gran héroe nacional Jawaharlal Nehru, gobernaba el país cuando murió tras recibir 31 impactos de bala.
Posiblemente el magnicidio más famoso de la historia. John Fitzgerald Kennedy era, desde 1960, el segundo presidente más joven de Estados Unidos y estaba en la cima de su popularidad cuando murió asesinado el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas. Lee Harvey Oswald, un marine con problemas psiquiátricos, fue arrestado y acusado del asesinato perpetrado en una caravana de autos descapotados en la que el presidente desfilaba con su esposa Jaqueline.
Recibió dos disparos, uno en la cabeza, provenientes de un francotirador. Oswald se declaró inocente y dijo ser un chivo expiatorio. El caso nunca estuvo claro y ha dado lugar a múltiples teorías de la conspiración que han alimentado la cultura popular del siglo XX.
La cara más visible del movimiento por los derechos civiles fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1965. Martin Luther King fue conocido por sus esfuerzos orientados a terminar con la segregación estadounidense y la discriminación racial por medio de la no violencia. El 4 de abril de 1968, en una época en que la había orientado su actividad a oponerse a la guerra y a luchar contra la pobreza, fue asesinado en Memphis cuando se preparaba para liderar una marcha de los basureros negros locales.
James Earl Ray, un segregacionista blanco con antecedentes policiales, le disparó desde un balcón y una bala acabó en la garganta de King. El asesinato provocó una oleada de motines raciales en muchas ciudades estadounidenses.
Aquel 1968 fue un año especialmente convulso en Estados Unidos. El senador Robert Francis Kennedy, hermano del presidente asesinado en 1963, concurría en las Primarias para obtener la nominación como candidato demócrata a la presidencia de los EEUU. Kennedy había vencido a Eugene McCarthy en la elección primaria de California pero le dispararon momentos después de realizar su discurso de victoria a la madrugada del 5 de junio de 1968, falleciendo el 6 de junio.
Sirham Bishara Sirham, un palestino de ascendencia jordana de 24 años, fue el autor de los disparos a quemarropa, según sus palabras, por su posición favorable a Israel en el conflicto de Oriente Medio. Pero al igual que ocurrió con JFK, sus asesinato ha propiciado numerosas teorías de la conspiración, alguna apuntado a la CIA como responsable directa. Sirham fue condenado a pena de muerte, y su pena después fue conmutada a cadena perpetua. A día de hoy sigue en la cárcel.
El de Sharon Marie Tate, una de las grandes estrellas emergentes en la industria del cine de los 60, fue el crimen que cambió para siempre la imagen de Hollywood. El 9 de agosto de 1969 fue asesinada junto a su hijo no nato (tenía ocho meses de gestación, fruto de su relación con Roman Polanski) y varias personas más en su casa de Cielo Drive, en Los Angeles. La autora material fue Susan Atkins, una de las integrantes de 'La Familia', la secta de adoradores del carismático Charles Manson que irrumpió en la vivienda.
La masacre, entre otros crímenes que alentó en su particular Helter Skelter, convirtió a Manson en uno de los mayores monstruos del siglo XX y propició que la seguridad se extremase en la meca del cine. Fue sentenciado a muerte, decisión conmutada después a cadena perpetua, y falleció en 2017 por cáncer de colon y paro cardiorrespiratorio a la edad de 83 años.
El 8 de diciembre de 1980, a las puertas del bloque de apartamentos Dakota en Nueva York que linda con Central Park, Mark David Chapman acabó con la vida de una de las mayores leyendas musicales del siglo XX. John Lennon acababa de publicar el álbum 'Double Fantasy' con el que regresaba a la actividad en buena forma. Le había autografiado a su asesino una copia del disco pocas horas antes de que éste le disparara cinco veces por la espalda con un 38 en la entrada del edificio en el que vivía junto a Yoko Ono.
El ex Beatle fue trasladado a la sala de emergencias del cercano Hospital Roosevelt y fue declarado muerto a su llegada. El sueño había acabado. Chapman era fan y nunca intentó huir. Simplemente buscaba "la gloria personal". Con el tiempo ha perdido perdón desde la cárcel en la que más de 40 años después sigue encerrado.