Preparacionistas: ¿tiene sentido la tendencia en alza que lo deja todo listo por si se acaba el mundo?

  • El 'preparacionismo' es un movimiento global que promueve la necesidad de tomar previsiones de cara a posibles escenarios de caos y desabastecimiento

  • Ficciones como la española 'El gran apagón' o la reciente 'Dejar el mundo atrás', producida por los Obama, dan cuenta de esta 'necesidad' que está en el imaginario colectivo

  • La pandemia fue un escenario catastrófico real que ha reforzado el movimiento en todo el mundo con los consiguientes excesos y actitudes paranoicas

El personaje de Kevin Bacon en 'Dejar el mundo atrás', la nueva cinta catasrofista de Netflix producida nada menos que por Barack y Michelle Obama, es lo que se conoce como un 'prepper' o 'preparacionista', es decir, un tipo de persona que, dependiendo de las circunstancias puede ser percibida de manera muy distinta: en tiempos normales es visto como un loco o un paranóico, pero cuando sobreviene el caos puede parecer el tío más listo del mundo. ¿Por qué? Porque está preparado.

Aunque muchos citan como su origen la Gran Depresión económica que azotó EE UU en la década del 30 del siglo pasado , en realidad, el 'preparacionismo' surgió como movimiento en la época de la Guerra Fría, cuando la primera 'amenaza nuclear' real irrumpió en el imaginario colectivo. Otros sitúan su nacimiento en la publicación, en 1980, de 'Life After Doomsday' de Bruce D. Clayton. En cualquier caso, el movimiento tiene una base de sentido común inapelable: ante la llegada del caos, el desastre natural, o la desarticulación de nuestro sistema de vida y de consumo, es mejor estar preparados para la supervivencia.

Hasta ahí todo bien, y desde grupos como el español preparacionistas.org se esfuerzan en aclarar que "no se trata de ser alarmistas ni mucho menos, sino de ser precavido tomando las medidas preventivas necesitas". Intentan alejarse de la típica imagen, entre caricaturesca y tremendista que nos venden las películas, la de un tío atrincherado en u búnker con una automática a punto para disparar al primer que se atreve a asomarse por "mi propiedad". Y no es que esos tíos no existan, de hecho, 'Doomsday Preppers' (algo así como 'Preparacionistas del Apocalípsis), una serie que emitió el National Geographic Channel hace diez años, daba cuenta de un montón de gente que había pasado de temer una pandemia (ay) a temer el apocalipsis zombi o a una invasión de secuestradores de cuerpo o de coreanos (para ellos eran casi lo mismo). Pero lo cierto es que el movimiento en sus versiones más sensatas y realistas, busca prever escenarios que, visto lo visto con la pandemia, precisamente, se perciben como posibilidades cada vez más reales. "Esto no implica tomar medidas extremas -insisten en la web preparacionistas.org-: simplemente se trata de añadir una capa de protección extra a la seguridad que ya tenemos".

Muchas de esas medidas tienen que ver con cosas elementales como el aprovisionamiento de agua, alimentos conservados o medicinas básicas, y también con entrar en conocimiento con habilidades básicas de supervivencia ante una eventual 'desconexión'.

La desconexión

El plot de series como la española 'El Gran Apagón' o películas como "Dejar el mundo atrás" es simple: ¿qué ocurriría si, ya sea por causas naturales o por un factor humano como un ataque cibernético, fallaran todos los sistemas de comunicación que rigen casi la totalidad de nuestras vidas en Occidente? La respuesta de todas esas ficciones predictivas es la misma: el caos y la desarticulación social. El dinero, los alimentos, el transporte, la electricidad, la comunicación... todo depende cada vez más de sistemas que son vulnerables. Ese es el mensaje.

Es allí donde entrarían en juego las medidas de supervivencia que van más allá del acopio de provisiones. Tener ideas básicas de primeros auxilios, depuración de agua, el uso de paneles solares o agricultura de proximidad parece sensato. Eso es muy diferente a vivir en un estado de paranoia o a salir a arrasar con el papel higiénico del Mercadona a la primera señal de alerta.

La parte buena es que la red está llena de sitios con consejos razonables sobre habilidades básicas de supervivencia y sobre autosostenibilidad -una tendencia que cobra fuerza más allá de actitudes alarmistas- la parte mala es que también están quienes encuentran en el 'preparacionismo' una forma de canalizar la angustia y la paranoia contemporáneas. En esos casos de los único que escapan es de la realidad.