“Las élites tecnológicas, las personas inmensamente ricas, son conscientes de que nos vamos al carajo y lo que están haciendo es diseñar un plan B basado en huir del mundo para protegerse ellos solos. El mundo de los cohetes, del metaverso o sus mansiones fortaleza”. Estas fueron las palabras que la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, pronunció el pasado fin de semana en un mitin de Sumar. Unas declaraciones polémicas que han suscitado críticas, pero que tendrían más fundamento del que, a priori, parecen tener en una primera escucha.
Sin ir más lejos, en 2017 el astrofísico y cosmólogo Stephen Hawking declaraba que “no tenemos futuro si no colonizamos el espacio. Tenemos que salir de la Tierra”. Además, el experto añadía que “el mundo se está volviendo demasiado pequeño para nosotros, los recursos físicos se están explotando a un ritmo alarmante. Ha llegado la hora de explorar otros sistemas solares”.
La visión apocalíptica de Hawking no se quedó ahí y ha seguido extendiéndose durante los últimos años, pero Díaz se refería con sus palabras a las ideas de un pensador concreto, a las reflexiones del periodista Douglas Rushkoff, que en las últimas semanas ha dado algunas entrevistas en España debido a la edición en español de su libro ‘La supervivencia de los más ricos’ (Capitán Swing) y que ya había hablado de ello en otros medios de referencia internacional como The Guardian o New York Times.
Se trata de un libro que parte de una reunión que el periodista tuvo en 2017 con cinco grandes ejecutivos con patrimonios de diez cifras. “¿Qué región se verá menos afectada por la crisis climática que se avecina, Nueva Zelanda o Alaska?”, fue una de las preguntas que le lanzó uno de los hombres, mientras otro le explicaba que había terminado su búnker subterráneo y le preguntaba cómo mantener la lealtad de su cuerpo de seguridad después del suceso.
Con 'el suceso' se refería al colapso medioambiental, a los virus imparables, a la rebelión de las máquinas, a lo que hará que el mundo se desmorone. Y llegó a una conclusión tras su charla con ellos: “para ellos el futuro de la tecnología se centra en una sola cosa: escapar”, escribió en un artículo en el que contaba su experiencia tras aquella reunión.
Lo que Rushkoff sacó en claro fue que las grandes fortunas del planeta no confían en la civilización ni en su futuro, por eso ya diseñan sus estrategias para sobrevivir o para poder escapar cuando ya no haya marcha atrás. Y no solo hablamos de búnkeres, Elon Musk quiere colonizar Marte, Mark Zuckerberg pretende sobrevivir en el metaverso y otros, como Ray Kurzweil (Google) o Sam Altman (OpenAI) transfieren sus mentes a superordenadores.
“La gente ve a los titanes de la tecnología como héroes, pero quiero que se vea que la visión del futuro que tienen Thiel, Musk o Zuckerberg es muy oscura”, explicaba el pensador hace unos días a El País en una entrevista. “Están organizándose para el apocalipsis, como si hubieran visto el fin de la civilización”, señala.
En otra entrevista con eldiario.es Rushkoff apunta que “los milmillonarios tecnológicos saben que sus negocios están llevando al mundo al colapso y quieren usar la tecnología para huir de nosotros”. "No pueden aislarse en comunidades tan pequeñas. Es lo que intenté explicarles: la única forma de escapar a esa catástrofe que temen es evitar que suceda. Pero no están siguiendo ese camino. Ya no piensan en búnkeres, pero no trabajan para evitar que el mundo sufra. Siguen intentando escapar”, recalca.